Desafíos económicos de género, tema de debate del Grupo Ágora

El 26 de marzo, el departamento de Economía y el grupo académico abrieron el foro que analizó los conflictos que enfrenta la mujer en lo social, laboral y económico.

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Panelistas del foro ʽProblemáticas económicas en estudios de géneroʼ.

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05 abr 2021

Hablar del papel de la mujer en los distintos sectores de la sociedad todavía es un tema que se debate tanto en la academia, como en las instituciones que estudian la situación actual para generar información base de las políticas públicas alrededor de la equidad de género. Razón por la cual, el Grupo Ágora y el Departamento de Economía de la Universidad Norte abrieron el 26 de marzo el foro Problemáticas económicas en estudios de género, para analizar los conflictos económicos en torno a los estudios de género.

Una de los propósitos del Grupo Ágora es crear escenarios que fomenten la construcción de propuestas activas en pro de la formación académicacon el fin de debatir y generar un pensamiento crítico alrededor de los fenómenos políticos, sociales y económicos del país. En este caso, el foro contó con la participación de Karen García Rojas, egresada del Programa de Economía de la Universidad del Norte, actual asesora del DANE; Jana Schmutzler, administradora de empresas y doctora en Economía; y David García Torres, economista y magíster en Economía de la Universidad del Norte.

En el evento, que fue transmitido por YouTube, cada ponente abordó la problemática desde sus saberes y experiencias. Jana introdujo su participación contextualizando la relación entre género y economía, basándose en la situación de EEUU que, puntualmente, en 2016 tenía una representación femenina en el programa de Economía del 35% y en el doctorado en Economía correspondía un 31%. Lo anterior abrió paso a una reflexión sobre las posibles causas de la baja cifra de mujeres en la carrera de Economía y las carreras STEM.

“Realmente es una pregunta importante, cuando nosotros pensamos en qué hace la economía, nos encontramos que está relacionada con las políticas públicas y en el momento que estas no toman en cuenta el género pueden promover políticas que afecten negativamente al género femenino. En esto podemos ver que hay un problema con la falta de mujeres en la economía”, expresó Schmutzler.

Para David García Torres, docente y magíster de Economía, en sus investigaciones sobre las perspectivas de violencia de género, considera que aún no se ha logrado consolidar la información como corresponde y en ocasiones existen cifras diferentes entre medicina legal y la Policía. Pese a las altas cifras de violencia contra la mujer, que ubica al departamento del Atlántico en primer lugar, seguido de Bolívar y Magdalena, las mujeres en el país parecen no estar seguras con los mecanismos de denuncia existentes.

“Se ha hecho evidente que no existen denuncias por miedo y por no creer en la justicia, la falta de confianza y de acción de las autoridades da como resultado escases en las denuncias por parte de las mujeres. Aspectos como la impunidad, la ineficacia y procesos irregulares que existen en la justicia obstaculizan tener un panorama real de los casos”, puntualizó el docente.

Según el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, las cifras de violencia contra la mujer aumentaron durante 2020 en el Caribe colombiano. Al mismo tiempo, el contexto de la pandemia suscitó algunas otras problemáticas que afectan a este sector de la población en particular. Karen García Rojas, asesora del DANE, explicaba las desigualdades que se fortalecieron durante este periodo, enfocándose en la división sexual del trabajo. Teniendo en cuenta la encuesta nacional del uso del tiempo que se realiza cada año, en esta ocasión el DANE decidió hacer un cierre parcial de los primeros cuatro meses del 2020, arrojando resultados como: el 90% de las mujeres realiza diariamente actividades no remuneradas, mientras que los hombres realizan un 60%, es decir, con el auge de la economía del cuidado, producto del cierre de colegios y guarderías las mujeres están adquiriendo mayores responsabilidades en el hogar que no son pagas en relación con la carga que tiene el hombre dentro del mismo.

Según la misma encuesta, en 2020 las mujeres trabajaban 16 horas mientras que los hombres 12 horas, recibiendo las mujeres un pago menor (de una hora aproximadamente) con respecto al género masculino. Esas primeras brechas de participación de trabajo muestran que existe una división sexual del mismo y que las diferencias estructurales están presentes en todos los ámbitos.

“Con esta estructura de la división sexual del trabajo comprendemos que las mujeres van a tener el tiempo más escaso para competir en igualdad de condiciones en el mercado laboral, para preservar el balance entre el trabajo remunerado y la vida privada, para invertir en su tiempo de descanso y desarrollo individual. Esto empieza a generar unas inequidades que se profundizan, por ejemplo, con el nivel de ingreso y nivel educativo, entre otros”, concluyó Karen.

Ciertamente Colombia está en proceso de brindar mejores alternativas a las mujeres en materia de trabajo, sin embargo, el camino hacia la equidad entre géneros seguirá siendo un tema que se tocará en distintos espacios de la sociedad como el Foro organizado por el Departamento de Economía de la Universidad del Norte que abrió paso a toda una reflexión en torno a esta problemática en el marco del Mes de la Mujer.

Por Katheryn Meléndez Solano

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