Desde el IESE analizan el rol del educador durante la pandemia

Autoridades del Instituto de Estudios en Educación hablaron sobre cómo han hecho la transición a la modalidad remota y el rol de los educadores en esta coyuntura.

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Jose Aparicio, decano del Instituto de Estudios en Educación (IESE).

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30 abr 2020

Durante la cuarentena, una de las profesiones que más ha vivido los cambios en nuestro forma de vivir ha sido la de los educadores. Todo lo que habían planificado para este semestre, en cuestión de días, se vio en la necesidad de ser modificado y adaptado a la modalidad remota. 

“El papel se extiende más allá de los niños y jóvenes, incluso a la familia en su conjunto porque ahora no es el niño el que va a la institución, sino el profesor el que entra al hogar”, señaló el decano del Instituto de Estudios en Educación (IESE), José Aparicio. Esta nueva responsabilidad trae consigo retos que los educadores deben afrontar, como el manejo de nuevas tecnologías, formatos de clase a los que no están acostumbrados y llevar a cabo un nuevo proceso de planeación, orientación y creación de nuevos materiales. 

En medios y redes sociales padres de familia se han expresado sobre la complejidad de tener que manejar este nuevo contexto que mezcla lo familiar con lo laboral durante el decreto de aislamiento obligatorio. Teniendo esto en cuenta, el decano señaló que el rol de los licenciados en pedagogía infantil ha adquirido una nueva dimensión. 

“Para la educación en esta etapa, la presencialidad es muy importante ya que todavía no se está centrado en el aprendizaje de contenidos sino en el desarrollo de habilidades, aptitudes, competencias, disposiciones. Todo se hace a partir de la actividad del propio niño, de las condiciones que se crean, de la interacción con otros”, dijo Aparicio. Agregó que es clave reinventarse y buscar los mecanismos que permitan hacer que estas disposiciones se puedan desarrollar a través de actividades que se le puedan sugerir a los padres de familia.

Desde el IESE se están apoyando iniciativas de esta índole como la campaña nacional del Día de la Niñez, en el marco del proyecto de investigación Infancia 1A. Este programa, liderado por Elsa Escalante y Mónica Borjas, del IESE, y Mar García, PhD de la Universidad de Almería en España, tiene como objetivo examinar y comprender las dimensiones de calidad de la educación inicial y preescolar en la Región Caribe colombiana. 

Para la campaña del Día de la Niñez, que se organizó en colaboración con la Consejería Presidencial para la Niñez y Adolescencia y la Corporación juego y niñez, Escalante coordinó la participación en conjunto con el equipo de la Maestría en Educación y los estudiantes de la asignatura Juego, Lúdica y Educación del Programa de Licenciatura en Pedagogía Infantil. Diseñaron e implementaron juegos que tienen como objetivo promover buenas práctica para reducir el impacto psicológico del aislamiento preventivo.

“Los juegos se caracterizaron por ser simples, sencillos prácticos y sobretodo, basado en investigaciones científicas sobre el desarrollo emocional de la infancia en confinamiento”, manifestó la docente, PhD en Human Sciences with specialization in Early Childhood Education and Child Development. 

Según Escalante, la prioridad de los procesos educativos de la primera infancia en estas condiciones de alarma sanitaria global es la salud, el bienestar y el desarrollo integral de los niños y niñas. De acuerdo con estudios realizados por la UNICEF, UNESCO, el Banco Mundial y Brookings Institution (2019), la calidad en primera infancia se mide por el logro del desarrollo de los niños y niñas en su dimensión emocional, autorregulación, pensamiento lógico y habilidades comunicativa, y la creación de ambientes ricos en juegos, interacciones sociales (presenciales y virtuales), múltiples formas de comunicación y la expresión de emociones y afectos.

 

 

La adaptación

Desde el IESE también han vivido el proceso de adaptarse a la modalidad remota. Según afirma el decano, el hecho de que ya habían avanzado en este tipo de educación, puesto que cuentan con dos maestrías que son 100% virtuales, ya tenían una guía de ruta, y un conocimiento y experiencia acumulado. Añadió que el grupo de investigación de informática educativa, clasificado A por Colciencias, se encuentra enfocado en analizar la coyuntura y diseñar nuevas soluciones acordes a las necesidades pedagógicas que se viven. 

Escalante, coordinadora de la Maestría en Educación, señaló que la clave es flexibilidad, creatividad y pertinencia cultural. Por ello, además del desarrollo de clases remotas y blended (virtual y remota), se ha preocupado por establecer canales de comunicación a través de WhastApp, grupos de trabajo en Google Drive y la activación de nuestras cuentas en redes sociales como estrategia pedagógica de acompañamiento: Maestría Educación (Facebook) y @maeducacion (Instagram). 

Así también, desde el IESE se ha promovido la estrategia ‘Héroes en Casa’, que busca rendir homenajes a las buenas prácticas educativas en tiempo de COVID-19 de nuestros estudiantes, egresados y docentes. 

 

La visión del estudiante

Luisa Fernanda López Tortello, estudiante de séptimo semestre de Licenciatura en Pedagogía Infantil, cuenta que ha sido un proceso difícil salir de esa zona de confort de los libros y reuniones presenciales, que se habían convertido en hábito. Por eso, junto a algunas amigas que también les estaba costando la transición a la virtualidad, decidió formar una red de apoyo. 

“Históricamente se ha demostrado que el ser humano ha logrado desarrollarse y sobrevivir en sociedad, no individualmente. Este hecho aplica tanto en esferas macro, como micro. En este caso, reconocimos que cada una de nosotras tiene habilidades diferentes, que se pueden complementar”, explicó López. 

A través de aplicaciones de chat y trabajo compartido se comunican, crean cronogramas de las tareas pendientes, acuerdan momentos para trabajar de manera sincrónica, hacen videollamadas y sirven de apoyo emocional en caso de alguna dificultad. “Esta red de apoyo ha sido de gran ayuda para todas, hemos desarrollado nuevos hábitos de estudio y ahora tenemos más claridad en cuanto a los compromisos y hemos logrado mejorar en nuestro proceso de aprendizaje”, comentó la estudiante. 

 

Por Leonardo Carvajalino

 

 

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