Desigualdad y deterioro ambiental: un análisis a las políticas urbanas de Barranquilla

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Kelina Puche, directora de Fundesarrollo, durante su intervención en el foro.

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26 jun 2019

Ante el continuo esfuerzo por mitigar el deterioro ambiental y el auge del concepto de sostenibilidad, las sociedades cada vez se preocupan más por la sinergia entre las comunidades humanas y sus espacios naturales. En Colombia, uno de sus abanderados es el Foro Nacional Ambiental (FNA) y la Friedrich Ebert Stiftung en Colombia (Fescol), a través de un ciclo de foros que busca estudiar y aportar a la evaluación de las políticas urbanas necesarias en el posconflicto.

Para el caso de Barranquilla, la Universidad del Norte como miembro local del FNA, y con apoyo del diario El Heraldo, desarrolló el 25 de junio uno de los coloquios, con la participación de Fundesarrollo, la Secretaría de Planeación Distrital y profesores investigadores de la institución. Entre sus principales conclusiones matizaron la creciente desigualdad en la ciudad, el deterioro ambiental y la importancia de la planificación.

Kelina Puche, directora de Fudesarrollo, abrió el evento hablando sobre las diferentes “caras de la desigualdad” de Barranquilla, con base en un estudio que analiza la tasa de crecimiento económico, de empleo y diferentes variables de capital.

“En perspectiva, Barranquilla tiene la mayor tasa de crecimiento de empleo y la de menor desempleo del país. En el primer trimestre tuvo dos puntos negros en su desempeño económico: una caída en sus exportaciones frente al mismo periodo de 2018 y una alta tasa de liquidación de empresas. Además, desde 2016 se ha ubicado como la primera ciudad con mayor inversión pública por habitante”, manifestó Puche durante su presentación.

Sin embargo, detalló que los niveles de desigualdad están deteriorándose. Desde 2016, agregó, la ciudad experimenta un aumento progresivo de la desigualdad que, de mantener la tendencia, “al cabo de 2022 (próximo periodo de gobierno) estaríamos perdiendo 10 años de lucha contra la desigualdad”.

“Barranquilla pasó de ser la ciudad con mayor igualdad en horas de trabajo semanales en 2013, a ser la ciudad con mayor desigualdad en 2018, de acuerdo con el índice Gini (medida clásica para la desigualdad). La ciudad aunque cuenta con Gini bajo, tiene las mayores desigualdades de calidad de educación y de los menores crecimientos del promedio de Prueba Saber 11. El acceso a bienes de consumo, calidad educativa y carga laboral tienen índices bajos”, enfatizó la funcionaria.

Sistema socioecológico

Juanita Aldana, profesora investigadora del departamento de Química y Biología, analizó la ciudad, aplicando un marco conceptual de sistemas socioecológicos que habla de los territorios compuestos por las relaciones entre sus ecosistemas y la sociedad.

De acuerdo con la literatura, las ciudades ocupan aproximadamente el 3 % de la superficie del planeta, pero son el epicentro de consumo de recursos, producción de desechos y generación de las políticas asociadas al cambio global. Concentran el 55 % de la población global. En Colombia, el 77, 8 %. Es por eso que para Aldana las comunidades no pueden seguir entendiendo una ciudad sin entender el territorio que las rodea.

“Tenemos en Barranquilla, desde un gradiente más rural al más urbano, ecosistemas como el bosque seco tropical, áreas de manglares en la Ciénaga de Mallorquín, el río Magdalena, pero también otros en las áreas urbanas, como los parques urbanos e incluso los patios de las casas. Son los servicios que proveen esos ecosistemas, demandados por la sociedad para generar beneficios. Este flujo será sostenible si tenemos un sistema de gobernanza capaz de mantenerlos de forma sostenida”, manifestó la docente.

Su estudio muestra que los ecosistemas estuarinos y de manglares del área metropolitana de Barranquilla se han modificado, principalmente, "por las construcciones de Bocas de Cenizas y la desembocadura del río Magdalena". Que las zonas de humedales, aunque no han cambiado tanto en su extensión, sí han sido afectadas en la calidad de sus aguas por la contaminación.

“Estudios del Ideam nos dicen que la erosión en el área metropolitana es alrededor del 86 %, es decir, los suelos están altamente degradados, los cuerpos de agua contaminados y la sedimentación del río Magdalena sigue siendo un problema para la navegabilidad y de seguridad ante las inundaciones. Esto nos confirma que históricamente la economía crece, la población y el producto interno bruto aumenta, pero los indicadores relacionados con la calidad de los ecosistemas, como la pesca en la Cuenca del río Magdalena, ha disminuido drásticamente, al menos desde el 1975 a 2008”, señaló Aldana.

Planificación

Carlos Javier Velásquez, profesor del departamento de Derecho y director del centro de estudios Urbanum, fue invitado, junto a Pedro Pablo Oliveros, secretario de Planeación del Distrito, para compartir sus comentarios sobre los temas expuestos y brindar su visión de desarrollo de ciudad. El docente en su intervención dejó claro que, con base en las presentaciones, en el contexto de Barranquilla y su área metropolitana aún “seguimos en una visión de la planificación del desarrollo y no hemos pasado a una visión de la planificación para el desarrollo”.

“En Colombia tenemos una complejidad en las herramientas de planificación para el desarrollo. En el nivel territorial, hablando de Barranquilla, tenemos plan de desarrollo distrital local y un plan de ordenamiento territorial; pero siendo el municipio núcleo del área metropolitana, también tiene que formular su plan estratégico metropolitano, que aún no lo tiene. En la ciudad seguimos trabajando con unas directrices metropolitanas de ordenamiento que son anteriores en tiempo a una realidad que ha cambiado”, afirmó el docente.

El secretario de Planeación, Pedro Pablo Oliveros, destacó los documentos presentados por las dos ponentes y una de las misiones de la administración: volverle a dar la cara al río, a través de proyectos que miran hacia el ecosistema.

“Hay que mirar también que hay que preparar a la gente para que entienda lo ambiental y los inconvenientes climáticos, porque la falta de cultura lleva a que estos cuerpos de agua sean vulnerados”, enfatizó.

Entre las participaciones del público, el profesor Jairo Parada, del departamento de Economía, también agregó que no ha existido una verdadera institucionalidad ambiental en Barranquilla y que, frente al tema del auge económico expuesto, siempre que se hable de las tasas de desempleo bajas, hay que decir que las tasas de informalidad son altas, incluso más que las del promedio nacional.

Por José Luis Rodríguez R.

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