Disponibles nuevos tomos de la serie "Transformar para educar"

Las experiencias de innovación pedagógica de 54 docentes de Uninorte se encuentran plasmadas en Transformar para educar 4, 5 y 6, uno de los recientes lanzamientos de la Editorial Uninorte que muestran el trabajo realizado a través del programa Transformación de cursos del CEDU. 

Este proyecto, que busca intervenir las aulas de clases para apoyar a los docentes en su práctica, comenzó en 2012. Eulises Dominguez, jefe académico del CEDU, contó que la primera experiencia se centró en las clases magistrales y dio lugar a dos publicaciones sobre aprendizaje basado en equipos. Desde entonces han seguido compilando las diferentes investigaciones de aula que están implementado profesores que quieren generar un cambio en los procesos de enseñanza y aprendizaje. 

Para llevar a cabo estos proyectos, los profesores reciben un acompañamiento por parte del CEDU que comienza con una investigación de aula, que sirve de insumo para la publicación en la que el profesor da cuenta de todo el proceso. Tal fue el caso de Ana Liliana Ríos García, directora del Departamento de Salud Pública de Uninorte y una de las autoras del tercer capítulo de Transformar para educar 4, que se centra en el aprendizaje y servicio. En esta publicación se habla sobre las experiencias de servicio a la comunidad y de cómo este componente ayuda a la formación. 

La transformación de la práctica pedagógica se hizo en la asignatura Salud y Envejecimiento, una electiva que puede ser cursada por cualquier pregrado en Uninorte. La metodología de la clase constaba, antes de la intervención, de actividades prácticas que hacían los estudiantes con adultos mayores en su entorno familiar y comunitario. 

El cambio se dio en el curso para realizar intervenciones comunitarias articuladas con los objetivos de aprendizaje de la asignatura. “Una mezcla entre actividades prácticas pero que también tiene intervención que va acorde con las necesidades de la comunidad”, explicó Ríos. Para llevar a cabo esta nueva propuesta, se eligió comunidades de adultos mayores de Puerto Colombia.

La clave fue buscar un punto medio entre las necesidades que identificaron y a las que es posible darles respuesta desde los objetivos de aprendizaje del aula. “Habían sentido cómo podían aportar a personas que estaban en una situación de vulnerabilidad, que también los había hecho reflexionar sobre su propio proceso de envejecimiento”, remarcó Ríos. 

Transformar para educar 5 se centró en ambientes de aprendizaje naturalmente críticos para estudiantes de Ingenierías. En estos se busca que el estudiante tenga una experiencia significativa que lleve a un cambio importante en la manera de ver el área disciplinar en la que está funcionando y de la que hará parte como profesional. 

José Daniel Soto, profesor del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica y uno de los autores del séptimo capítulo, manifestó que habían encontrado un alto nivel de deserción en estudiantes de primer semestre a otras carreras de la institución y encontraron en las asignaturas de Introducción una forma para combatir este mal. 

Con el acompañamiento de Ken Baine, investigador y autor del libro Lo que hacen los mejores profesores universitarios, diseñaron un plan para diagnosticar la razón de esta alta tasa de cambio a otros pregrados por parte de los estudiantes y actuaron de acuerdo con los resultados. 

Uno de los hallazgos alarmantes fue que solo el 40 % de los estudiantes se encontraban plenamente satisfechos con su elección de carrera en ingenierías, mientras que el resto de estudiantes de la muestra tomada se dividían entre quienes veían la carrera como una manera de surgir económicamente y los que habían sentido presión por sus padres para elegir este camino profesional. 

La forma de combatir estas cifras fue volcar las asignaturas de Introducción a las ingenierías de lo teórico a lo práctico. “La idea era retar al estudiante para que con sus conocimientos y la instrucción del profesor pueda lograr nuevos objetivos”, explicó Soto. La modificación en la metodología cambió completamente la percepción de los estudiantes frente a la asignatura, que ahora se centra en la creación de proyectos prácticos y trabajo en equipo, al tiempo que generó una relación de mayor cercanía con los docentes que las impartían. 

Aprendizaje y servicio es una de las aristas de Uninorte y por ello, el tema volvió al foco para la sexta publicación de Transformar para educar. En esta ocasión, las áreas del conocimiento fueron desarrollo social, ciencia política y relaciones internacionales, salud pública, psicología y contaron con el apoyo de la docente de Uninorte, María Amarís. 

Mario De La Puente, de la División de Derecho, Ciencia Política y Relaciones Internacionales y autor, junto a Rocío Vela, del tercer capítulo de Transformar para educar 6, anotó que este ejercicio realizado ha sido una base fundamental para poder expandir investigaciones de campo desde el punto de vista de métodos de enseñanza y aprendizaje en contextos socioeconómicos diferenciados, especialmente en lo referente a la consecución de resultados académicos en cursos como Desarrollo económico y Política comparada. 

En la prueba piloto de la que se habla en el libro, los estudiantes debían enseñarle a 52 preadolescentes de un colegio de Barranquilla conceptos básicos de ciencia política. A través de esta práctica, los docentes quisieron verificar qué tanto a partir de su propia percepción, la enseñanza de conceptos políticos les hacía a los estudiantes mejorar sus competencias transversales. 

Según De la Puente, uno de los aprendizajes que les quedó a los participantes de la actividad fue la capacidad de reconocer los sesgos que tienen sobre lo que “significa la política y lo que puede representar de cara al futuro”. 

Los relatos de los profesores Ríos, Soto y De La Puente son solo una pequeña muestra del arduo trabajo realizado. Las 27 experiencias que componen las tres nuevas ediciones de Transformar para educar dan cuenta del compromiso con la excelencia que tiene Uninorte, no solo para mejorar la experiencia de los estudiantes dentro y fuera del aula de clase; también para compartir y divulgar los hallazgos de estas investigaciones —a los que se puede acceder de manera gratuita— para el beneficio de la educación. 

Por Leonardo Carvajalino