Ecocampus siembra otros 520 mangles en el Parque Isla Salamanca

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Esta actividad de reforestación fue impulsada por Ecocampus para acercar a la comunidad estudiantil a los problemas ambientales de la región.

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27 oct 2016

El sábado, 22 de octubre, un grupo de estudiantes y profesores de la universidad participaron en una jornada de reforestación en una zona  deteriorada de la Vía Parque Isla Salamanca. Sembraron 520 plántulas de mangle negro (Avicennia germinans), rojo (Rhizophora mangle) y amarillo (Laguncularia racemosa), que previamente habían sido germinadas y cultivadas en el Aula Viva de Restauración Ecológica, que se encuentra dentro del campus universitario.

Esta siembra, impulsada por el programa Ecocampus para acercar a la comunidad estudiantil con los problemas ambientales de la región, se desarrolló a la altura del Kilometro 16 de la carretera que comunica a Barranquilla con Ciénaga; específicamente en un terreno cercano a cuerpos de agua menores en donde la presencia de los manglares ha disminuido debido a las sequías y las altas concentraciones de sal en el agua del ecosistema.

Carrol Gómez, coordinadora de Ecocampus, destacó que afortunadamente las recientes lluvias han mejorado las condiciones de la zona, lo que podría darle más posibilidades de supervivencia a las plántulas de 40 centímetros de altura que el grupo trasplantó en el lugar.

“Sembramos tres especies diferentes al margen del agua y en el suelo, por eso la metodología de siembra fue diferente y las condiciones climáticas nos favorecieron también; gracias a las lluvias el nivel del agua estaba más alto, y la concentración de sal no es tan fuerte para que estos crezcan mejor”, sostuvo Gómez y añadió que a futuro se planean hacer monitoreos periódicos cada tres meses, para reportar el crecimiento de estos árboles.

La actividad contó con el apoyo de miembros de Parques Nacionales Naturales de Colombia. Carlos Villamil, profesional de restauración y monitoreo de mangles de esta organización, ofreció a los asistentes indicaciones sobre el proceso de siembra, que consistió en cavar agujeros poco profundos al margen del agua, teniendo en cuenta las características propias de cada una de las especies.

“En el borde de la Ciénaga Grande generalmente crecen especies de mangle rojo y amarillo, y detrás de la franja de agua hay mangle negro; esto se debe a que el amarillo puede estar en sitios más elevados donde hay inundación, mientras que el negro en suelos un poco más consolidados y más expuestos”, describió el experto.

Características de los mangles sembrados

Durante la jornada de reforestación, Villamil también explicó a los asistentes las características que diferencian a las tres especies de mangles y cómo estas a su vez les permiten sobrevivir en las particulares condiciones de su ecosistema.

Por ejemplo, el mangle negro es la especie dominante en la Ciénaga porque tolera muy bien las grandes concentraciones de sal del agua, así como el déficit hídrico; esto es gracias a sus extensas raíces que pueden alcanzar los 30 metros de longitud, estas a su vez cuentan con unas estructuras llamadas neumatóforos, que se ven en la superficie de los manglares como pequeñas lanzas que apuntan hacia el cielo, y que permiten al árbol respirar. “El sedimento puede tener concentraciones muy bajas de oxigeno, así que los neumatóforos son como un snorkel para las raíces, para que estas pueden tomar oxigeno”, dijo Villamil.

Por su parte, el mangle rojo tiene hojas lanceolada, de color verde brillante, y gracias a los taninos de su corteza tiñe el agua a su alrededor de un tono rojizo. Mientras que el mangle amarillo tiene hojas que son fáciles de reconocer por ser alargadas y redondeadas en la punta.

Estudiantes como Yurina de Moya, quien cursa cuarto semestre de la maestría en Ciencias Biomédicas de Uninorte, mostraron su satisfacción tras haber participado de esta jornada de reforestación. “Si estamos hablando de disponibilidad de recursos y sabemos que hay un deterioro de los mangles, me parece muy significativo que se empiece por educar a la misma comunidad estudiantil y que todos conozcamos este tipo de especies y su importancia”, apuntó de Moya.

Por María Margarita Mendoza

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