El emprendimiento ecológico que vende la naturaleza como recreación

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Iván Acevedo es egresado de Negocios Internacionales de Uninorte.

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14 ene 2014

A sus 23 años de edad, Iván Acevedo, egresado del programa de Negocios Internacionales de la Universidad del Norte, ha logrado con esfuerzos propios sacar adelante dos ideas de negocios que hoy son una realidad, convirtiéndose en ejemplo de emprendimiento en el Caribe.

Durante sus prácticas en el Centro de Emprendimiento de la Universidad, Acevedo presentó un proyecto que desde hace 4 años y medio tenía en su cabeza: El Solar de Mao, la primera granja eco campestre del Atlántico, que ofrece un recorrido vivencial y pedagógico a niños y adultos, para que puedan "reconectarse" con la naturaleza agrícola y animal.

"Decidimos, con mi familia, buscar alternativas para invertir en la finca, teníamos varias opciones, vimos otras posibilidades. Pero como nosotros somos del interior y allá la forma de recreación es distinta a la de acá, surge la necesidad de tener un espacio para que las personas que no tienen relación con fincas interactúen con la naturaleza", expresó Acevedo.

El contacto directo con la fauna y flora del lugar y con animales domésticos y salvajes permite a los visitantes sensibilizarse de las problemáticas ambientales y generar conciencia ecológica, ese es el principal objetivo del emprendedor.

La granja, ubicada cerca de Galapa, abrió sus puertas al público desde abril del 2013, como resultado del trabajo de Acevedo y su familia, quienes decidieron adaptar los espacios y crear un modelo de negocio de la mano del Centro de Emprendimiento de Uninorte, el cual fue decisivo a la hora de especificar cuáles serían sus canales de distribución.

"Nos ha ido muy bien, la respuesta del mercado ha sido muy positiva. Cada vez vamos mejorando, conociendo a nuestros clientes y haciendo adaptaciones. Es un proceso de mejoras", expresó el joven. Lograr el sueño fue una tarea difícil en cuanto a la financiación del proyecto: la inversión fue grande y los recursos primarios eran pocos.

"Hemos trabajado, hemos sudado, cargado piedra, nos hemos puesto la camiseta. Reducimos costos, usamos recursos reciclados. Es una inversión grande, pero ha sido nuestra en su totalidad. En la granja todo es bonito, pero si observan todo es madera, piedra y llantas rellenas. Así también mostramos que sí se pueden hacer las cosas de otra manera", aseguró Acevedo.

Ser emprendedor es una decisión que muchos toman como proyecto de vida, el camino es áspero, largo, pero al final gratificante. "En un empleo fijo, tú sales de la oficina y te desconectas, pero ser dueño de tu propio chuzo te genera tareas adicionales y bastantes sacrificios. Todo lo que te ganas lo divides para ti y para invertir en el negocio", afirmó.

El Solar de Mao tiene grandes proyecciones que son un reto para Acevedo y su familia. El año pasado participaron en un concurso de capital semilla con Ventures, donde fue uno de los cinco finalistas entre los 200 proyectos sostenibles participantes.

Sin embargo, Acevedo también tiene un segundo proyecto en funcionamiento. Se trata de Art-Kangel, una empresa que se encarga de realizar producciones de eventos a través de efectos artificiales, que comenzó a brindar sus servicios hace 2 años.

"La costa Caribe tiene mucho movimiento de eventos, ya sea por cultura o por el enfoque que hay en el país, incluso en el extranjero. Pero no había empresa que diera la talla para hacer grandes eventos, de esa forma nació", dijo Acevedo.

Las expectativas del joven emprendedor son continuar y hacer crecer sus negocios, haciendo una diferencia en el campo de la recreación ecológica y la producción de eventos.

Por Estela Guevara

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