El escritor barranquillero que narró lo que nadie quería leer

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El escritor Jaime Manrique durante el conversatorio.

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29 ene 2018

La obra del escritor y poeta barranquillero Jaime Manrique, a pesar de ser elogiada internacionalmente, no aparece hoy en muchas de las cátedras de estudiantes y próximos literatos. Esto —según afirmó— debido a su controvertida literatura, donde predomina la homosexualidad, de la cual habló el pasado jueves, 25 de enero, en Uninorte, en el marco de la XII edición del Carnaval Internacional de las Artes.

Manrique contó a los profesores del programa de Comunicación Social y Periodismo, Johana Lalinde y Juan Pablo Ferro, que empezó a escribir para manifestar la confusión que él sentía consigo mismo, pero que lo hizo en una época donde "una sociedad conservadora como la barranquillera" de los años setenta y ochenta no aceptaría a un escritor homosexual.

“Hay cosas muy difíciles de las que hablar, eso continúa siendo así en mi vida. Tener el valor de defender tus convicciones, de decir qué es lo que piensas, quién eres, eso es algo que yo insisto mucho con mis estudiantes. Todos tienen una voz, su propia voz. Si quieren que los valoren en la vida, tienen que ustedes mismos aprender a valorar su voz”, puntualizó.

Desde muy joven Manrique migró a los Estados Unidos con su mamá y su hermana. Allá se estableció y forjó su carrera como escritor, traductor y profesor de la Universidad de Nueva York, ciudad donde reside. 

A pesar que ya no le gusta viajar y prefiere la comodidad de su casa y su cátedra universitaria, manifestó que volver a Barranquilla significa para él recorrer las calles donde conoció el Carnaval, la literatura y a sí mismo, “en la esquina de la 58 del barrio Boston, donde vivía”.

En el conversatorio la nostalgia fue un elemento permanente porque confesó que piensa jubilarse el próximo año. “He estado enseñando treinta años en los Estados Unidos y a veces tengo la sensación de que tengo 200 o 300 hijos, porque muchos de quienes han estudiado conmigo todavía se comunican conmigo y me siento orgulloso de eso, más que de mis libros. Me siento orgulloso de haber tenido el privilegio de enseñarles”, destacó. 

Aunque planea retirarse a una ciudad costera, aún no ha decidido cuál y Barranquilla está entre sus opciones. No obstante, antes planea lanzar su próximo libro, que cuenta la historia de dos sacerdotes homosexuales que se enamoran a pesar de la religión y la sociedad.

Manrique instó a los jóvenes a encontrar su propia voz, a no escribir como los demás y desde ahí empezar a contar sus historias. “Si vienen de una minoría o de una clase oprimida, la gente se siente sin voz, creen que no tienen el derecho de expresarse. Es una de las cosas más difíciles de adquirir en una educación. Desarrollen su voz, encuentren su voz y una vez que la encuentren no tengan miedo de expresarla”, finalizó.

Por Edwin Caicedo Ucros

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