El espacio semestral para la discusión sobre los avances en sostenibilidad

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Rodolfo Silva Casarín, profesor de la facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de México.

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07 nov 2017

De acuerdo con las Naciones Unidas el desarrollo sostenible busca satisfacer las necesidades del presente, sin comprometer las capacidades de las generaciones futuras. En este sentido, es una base para asegurar la creación de valor en el largo plazo, aprovechando oportunidades y gestionando riesgos desde los temas económicos, ambientales y sociales.

Por estas premisas y con el propósito de generar un espacio de discusión sobre los avances científicos del Instituto de Desarrollo Sostenible (IDS) de Uninorte, tuvo lugar el pasado viernes, 3 de noviembre, el Primer Encuentro de Sostenibilidad.

Durante el evento se presentaron las investigaciones de los miembros del IDS, en temas como calidad de agua, de aire, manejo de residuos, ciudades sostenibles e incendios forestales, además de las iniciativas regionales que se han implementado a nivel regional en torno a la sostenibilidad.

Contó con la participación especial de Rodolfo Silva Casarín, profesor de la facultad de ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México y experto en tópicos como ingeniería oceanográfica y de costas.

Silva enfatizó en la importancia de cada uno de los elementos que componen un ecosistema para el funcionamiento del mismo y cómo una modificación en uno de los componentes puede alterar completamente su equilibrio.

“Si nosotros empezamos a cambiar la configuración física de un ecosistema, vamos a cambiar su balance; por ejemplo, al construir una represa vamos a retener sedimentos, lo cual va ligado al tema de nutrientes. Un cambio de nutrientes puede cambiar el paisaje, la morfología y todos los servicios que nos da un ecosistema”, indicó.

Este concepto de conectividad se puede aplicar en el contexto de playas, uno de los temas que Silva Casarín ha trabajado ampliamente en sus investigaciones. Según el académico mexicano, medidas como el uso de espigones para retener arena y retrasar la erosión en las playas pueden traer como consecuencia la generación de otro tipo de problemas.

“Incluso para proteger determinados bienes de la erosión, cuando nosotros modificamos el medio físico, modificamos la energía y si ponemos más energía lo que va a suceder es que donde se depositaba material ya no pasara. Las especies que dependen de esto cambian o desaparecen”, señaló, añadiendo que no observar el efecto de estas estructuras en las interconexiones del ambiente puede ocasionar la pérdida de riqueza bilógica y desencadenar en la afectación de actividades humanas como la pesquería.

De igual forma, Silva explicó que el uso de rellenos de playas impide que las mismas realicen sus procesos naturales, por ejemplo, pueden impedir la generación de vegetación en las playas que sirven como amortiguamiento. “En los rellenos que he visto en todas partes se les olvida la función que tienen las plantas: son una membrana ecológica, capaz de filtrar metales pesados con sus raíces y tallo”, indica.

La protección de zonas costeras es un tópico que para Silva Casarín se ha tratado de manera marginal. Muchos países no tienen reglamentos de construcción en zonas costeras y se concentran únicamente en playas. “Esto debería incluir otros temas como el tratamiento de aguas residuales y el manejo de otros residuos, y no solo una ley de costas para proteger 60 metros de la pleamar hasta tierra adentro, que además son prohibitivas y sacan al ser humano del ecosistema”.

“Lo que debemos hacer es una gestión basada en el ecosistema, no simplemente una implementación de soluciones basadas en una visión parcial; pero a pesar de que todo lo hagamos bien, siempre vamos a tener muchas incertidumbres sobre las que vamos a tener que trabajar, como la variabilidad climática”, agregó el investigador, enfatizando que las playas son unas “zonas de gran riesgo porque tiene muchos gradientes que dependen de pequeños cambios: la calidad del agua, biodiversidad, el turismo. El riesgo lo debemos entender como los peligros que tiene y cuál es la capacidad de absorberlos”.

Una iniciativa semestral

De acuerdo con Germán Rivillas, director del IDS desde el pasado agosto, este primer encuentro es una de las estrategias planteadas en la nueva dirección para generar una cohesión dentro de la universidad, integrando dentro de la materia sostenibilidad áreas tan variadas como la Ingeniería Civil, Industrial y el Derecho.

“La idea es hacer estos encuentros semestralmente y darles una continuidad con el tiempo para abarcar todo el espectro de investigaciones que realizamos, bajo el concepto de que la sostenibilidad es transversal a cualquier área”, puntualizó Rivillas.

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