El lado humano de la innovación en las empresas

JOAQUIN-ALEGRE-VIDAL .jpeg
Joaquín Alegre Vidal, profesor de la Universidad de Valencia en el departamento de Economía y Dirección de Empresas.

Por:

10 jul 2017

En recientes años ha existido un interés creciente en el lado humano de la innovación al interior de las empresas, más concretamente en el papel que juegan las personas en plasmar iniciativas concretas de proyectos de innovación que se traduzcan en nuevos productos, servicios o diseños.

Este es un tópico que ha sido trabajado por académicos como Joaquín Alegre Vidal, profesor de la Universidad de Valencia (España) en el departamento de Economía y Dirección de Empresas, quien ofreció una conferencia el 6 de julio a un público conformado en su mayoría por doctorantes en Administración de Empresas de Uninorte.

Durante el evento, realizado en el marco de Uninorte en Verano, Alegre examinó la importancia de la innovación en las empresas, cómo esto se relaciona con la evolución del entorno empresarial a lo largo del último siglo y qué deben hacer las empresas para fomentar la creatividad en sus empleados, para así generar mayor valor agregado y aumentar la competitividad.

Según Alegre, la innovación puede darle a una empresa la capacidad de reescribir las reglas de juego en una industria y guiarla. “Ir por delante es una posición más cómoda y tener un producto que es único en el mercado proporciona una libertad para establecer precios y trabajar con márgenes más cómodos”, sostiene el académico español.

También afirma Alegre que existe una relación entre innovación e internacionalización. Un producto que es lo suficiente innovador para ser atractivo en Barranquilla, en Valencia o en Toronto, puede hacer que una empresa sea impulsada por el mercado a exportar. “Esto tiene sus ventajas, en particular en crisis como la que se ha presentado en los últimos años en España, que una empresa exportadora podía resolver sus problemas de liquidez pues trabajaba con clientes extranjeros".

El académico señala que hay estudios que relacionan la innovación con un aumento en la motivación de los empleados. “Participar en un proyecto de innovación significa para el empleado un reto que es motivador. Y si llega a buen puerto sirve no solo para la empresa sino también como un éxito personal para el empleado”. Esto, de acuerdo con el profesor, se traduce en un clima laboral más atractivo, en el sentido que los trabajadores participan de algo que, en lugar de ser rutinario, es “más creativo y recompensante”.

Hasta hace una década ser innovador era considerado una opción estratégica y así como había empresas que tomaron la decisión de ser punteras en tecnología, invirtiendo en investigación y desarrollo, otras prefirieron asumir los riesgos de la innovación y centrarse más en la eficiencia y en hacer sus productos de forma estable. “En cualquier caso – afirma Alegre – lo que se está viendo en estos años es que incluso las empresas que son más bien conservadoras han de sufrir cambios porque el entorno está cambiando. Las tecnologías, mercados y pautas de consumo cambian por lo cual deben adaptarse a cambios que ocurren fuera de la empresa”.

Pero el entorno no solo sufre cambios afuera sino también adentro de las mismas compañías. Atrás quedaron los tiempos de las cadenas de montaje, en que personas sin ningún tipo de formación realizaban labores repetitivas que les generaban cansancio y aburrimiento, lo que traía como consecuencia problemas de calidad en los productos.

Gracias a la llamada producción ‘justo a tiempo’, Alegre mantiene que los empleados se volvieron más precavidos para preocuparse por la calidad y el funcionamiento y están muy al tanto de las operaciones en la empresa.

“Cuando se diseñó el concepto de cadena de montaje, este estaba adaptado a los empleados disponibles en aquella época, que venían del campo o eran inmigrantes que no hablaban el idioma. Los empleados hoy en día son diferentes, están mejores formados y desean trabajar no solo para ganar un salario sino para realizarse”.

La innovación en una empresa dependerá entonces de cómo se gestionen las capacidades cada vez mayores de los empleados.  Alegre plantea que un ambiente innovador se inculca a partir del seguimiento de varios preceptos como descentralizar las actividades. “Si el empleado es experto para qué va a pedir permiso. Quizás sepa más que su jefe en ciertas actividades. Esto le permitirá actuar con sentido de pertenencia sobre sus tareas y asumir más riegos”.

Fomentar creatividad, tolerar los errores y compartirlos dentro de la organización, facilitar los flujos de información y generar un clima colaborativo, basado en la experimentación y la curiosidad son otras de las pautas a seguir para lograr una mayor innovación.

Asimismo, el académico mantiene que es de crucial importancia lograr una conciliación entre vida la vida personal y profesional del trabajador. “Una persona durante sus jornadas tiene que desempeñar su tarea profesional, pero necesita un tiempo para hacer actividades que no son laborales, como tener niños, cuidar personas mayores, o tener aficiones que no necesariamente tienen que ver con un enfoque familiar, como viajar o socializar”.

Permitir la flexibilidad en tiempo y espacio, ya sea permitiendo una entrada o salida más tardía en el turno de trabajo, la concentración de las jornadas para tener un día más de descanso, o la flexibilidad para permitir el trabajo desde casa, de acuerdo con Alegre ha demostrado tener efectos positivos, especialmente en sectores TIC, en cuestiones como la productividad, la motivación, la creatividad y el compromiso con el empleador, pues el empleado está más a gusto.

“Aunque no hay muchos indicadores para medir la parte humana de la innovación, como los hay para medir la investigación en I+D, o el número de patentes, en términos generales los estudios que se han hecho demuestran las empresas que facilitan la conciliación en el puesto de trabajo van a tener más posibilidad de generar capacidad de innovación”, concluyó Alegre.

Por Andrés Martínez Zalamea

Más noticias