“El manejo de los arroyos empieza en casa”

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Humberto Ávila, director del Ideha.

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23 jul 2015

Así lo aseguró Humberto Ávila, director del  Instituto de Estudios Hidráulicos y Ambientales (Ideha) y docente del programa de Ingeniería Civil, durante la conferencia titulada ¿Cómo contribuir como ciudadano a la solución de los arroyos de Barranquilla?, que se llevó a cabo en el marco de Uninorte en Verano el 21 de julio.

Si bien para Ávila los barranquilleros no son los culpables de la aparición de los caudalosos arroyos en la ciudad durante las épocas de lluvia, sí pueden contribuir a que estos disminuyan su volumen y así mejore la calidad de vida de todos los habitantes.

De acuerdo con Ávila, Barranquilla es una ciudad que no supera los 150 metros sobre el nivel del mar. Cuenta con dos cuencas: la occidental y la oriental, una lleva toda el agua de las precipitaciones al arroyo León y de allí a la Ciénaga de Mallorquín, y la otra hacia el río Magdalena; respectivamente.

La ciudad cuenta con muchas pendientes, lo que hace que tan pronto empiezan las lluvias el agua baja por las calles a gran velocidad, causando la aparición de los peligrosos arroyos. "La ausencia de un sistema de drenaje pluvial, la poca planificación urbana, la falta de gestión de cuencas urbanas y la impermeabilización de grandes áreas en la ciudad son los principales causantes de la aparición de arroyos", señaló Ávila. 

Según cifras reveladas por el experto, un promedio del 73% de toda el área urbana de Barranquilla está impermeabilizada; es decir, que en lugares donde anteriormente se depositaba el agua en un 100%, ya no lo hace ni en un 10%.

El aumento de las construcciones con un sistema de drenaje incipiente han generado que el agua llegue más rápido a las calles. A falta de estas herramientas, en grandes ciudades han empezado a utilizar los llamados Sistemas Urbanos de Drenajes Sostenibles (SUDS), ejercicios que en países como Francia ya son obligatorios por ley para las nuevas construcciones pero que en Colombia su implementación aún es obsoleta.

Los SUDS proponen la reducción del caudal de agua proveniente de los hogares y edificaciones a través de herramientas como tanques de almacenamiento y motobombas que hagan fluir el agua a través de canales que retengan esa agua para su posterior drenaje.

Precisamente, desde el Ideha se han empezado a realizar proyectos pilotos en casas de Barranquilla con SUDS, esto para estudiar su viabilidad, costo, así como la cantidad de agua que se evitaría saliera hacia la calle. Los primeros resultados de estos pilotos arrojaron que de un predio que anteriormente generaba un caudal del 14,3 litros por segundo, pasó a 5,7 litros por segundo; una reducción del 60% de su caudal.

Esto se logró a través de la implementación del SUDS que incluyó la utilización de esos viejos tanques de almacenamiento con los que cuenta, de acuerdo con Ávila, el 50% de los predios de la ciudad. Toda esa agua que caía fue retenida en estos tanques, que con el uso de una motobomba la enviaba a jardineras y zonas húmedas al exterior de la casa para su posterior expulsión.

Pero, ¿cómo hacer para que el ciudadano ponga de su parte en la disminución del caudal de los arroyos? De acuerdo con Ávila esto va de la mano con políticas públicas. "Las nuevas construcciones no deberían drenar más de lo que drenaba el terreno natural inicial; se podría también pensar en un incentivo tributario o una tarifa especial para aquellos sectores de la ciudad que reduzcan de manera efectiva sus descargas de agua", dijo.

El costo de la implementación de SUDS en casas residenciales de la ciudad siempre dependerá de lo que se requiera, añadió el experto en temas hidráulicos. "Podemos cambiar las jardineras del frente de nuestras casas para que entre más agua, y cambiar el tipo de arena para que absorba más, esto puede generar un cambio por muy poco dinero; o por el contrario construir canaletas, sistemas de drenaje y usar tanques de almacenamiento, esto aumentaría los gastos".

Sin embargo, sea cual sea el costo de la implementación de SUDS en las casas de la ciudad, siempre será mucho más económico que la construcción de drenajes pluviales, como la canalización del arroyo de la calle 84, cuyos costos ascienden a los 66 000 millones de pesos.

"Al final la reducción del caudal de los arroyos dependerá de una serie de factores como cultura ciudadana, el manejo de descarga de aguas, el manejo de basuras y la concientización de que son cuencas de las que hablamos, no calles", puntualizó.

Por: Daniel Cueto

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