El papel del lenguaje para mejorar la educación y las interacciones sociales

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Algunos de los investigadores que conforman el grupo Lenguaje y Educación, que realiza investigaciones en Uninorte desde hace 25 años.

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11 abr 2018

Estudiar los procesos lingüísticos para generar una mayor comprensión de las sociedades, las relaciones humanas, la enseñanza y el mundo en general ha sido por 25 años uno de los principales intereses del grupo de investigación Lenguaje y Educación, que actualmente tiene categoría A1 de Colciencias y tiene como base rigurosas investigaciones de profesores del Instituto de Idiomas y el departamento de Español de Uninorte.

Según Norma Barletta, coordinadora del grupo, el lenguaje es lo que permite comprender situaciones, contextos y relaciones interpersonales, ya que ofrece las herramientas para construir conceptos positivos o negativos de las cosas. Agregó que por esto las investigaciones de Lenguaje y Educación están encaminadas a concientizar sobre la forma cómo suceden los procesos lingüísticos, para así crear mejores interacciones sociales entre individuos.

“Nuestra  comprensión del mundo se da mediante el lenguaje, así que la idea es ser más conscientes de que este nos va a ayudar representar la realidad. Entendiendo esto se puede llegar a ser menos radicales e impositivos, y tratar de ser más flexibles al momento de interactuar con otros”, afirmó Barletta, quien también es profesora del Departamento de Español.

Entre las líneas en las que se enmarca el trabajo investigativo del grupo, Barletta destacó la de Conciencia Lingüística, que está destinada a entender la naturaleza del lenguaje y cómo este funciona como mecanismo de mediación social. Considera que esto resulta crucial, por ejemplo, para realizar intervenciones en la forma como se enseña sobre cualquier temática en las aulas de clase.

“Hay maestros que interactúan de forma muy transmisionista, con poca escucha, dándoles a sus estudiantes poco espacio para hablar, y ese tipo de lenguajes en el aula construyen ciudadanos pasivos, incapaces de participar o construir su propia voz. Pero un maestro con consciencia lingüística puede ayudar a sacar a flote aspectos más positivos”, señaló.

La segunda línea que resaltó fue la de Enseñanza y Aprendizaje de las Lenguas, que comprende la forma como se enseña el español o cualquier otro idioma, partiendo del enfoque de la lingüística sistémico-funcional; el cual considera al lenguaje como “aquello que nos permite vivir, comunicarnos, ser seres sociales y construir la cultura”.

Enfatizó que la producción intelectual de esta línea ha hecho que el Ministerio de Educación Nacional le confiara al Instituto de Idiomas de Uninorte y a sus investigadores la elaboración de los estándares de lengua extranjera, los derechos básicos de aprendizaje y otros documentos que han nutrido las políticas para la enseñanza del inglés en el país. 

Investigaciones destacadas

El grupo de investigación Lenguaje y Educación hoy cuenta con cerca de 40 investigadores, entre ellos, Nayibe Rosado, directora y profesora del Departamento de Español, quien mencionó algunos de los más recientes proyectos investigativos del equipo.

Uno de estos es “Descripción de los procesos verbales en los artículos de investigación en español desde la perspectiva sistémico-funcional”, con el que buscan entender cómo los autores de artículos de investigación se posicionan a sí mismos y a su conocimiento mediante sus escritos.

“Esto es importante porque en la medida que sabemos cómo el que escribe construye identidad a partir de esa selección que hace de palabras y citas textuales en sus artículos, podemos empoderar a nuestros estudiantes de pregrado y posgrado para que sean mucho más exitosos en la manera como redactan sus propios textos investigativos”, explicó Rosado.

También habló de “Léxico en uso: variación y cambio en la ciudad de Barranquilla”, investigación que surge del grupo por el interés de estudiar el lenguaje que se usa cotidianamente en la ciudad, desde la perspectiva sociocultural. Este estudio inició en 2017 cuando se  realizaron encuestas y entrevistas a barranquilleros de distintas edades y contextos sociales para recopilar datos de las palabras que utilizaban con más frecuencia.

“En Barranquilla tenemos un uso específico de ciertas expresiones y es lo que queremos caracterizar con esta investigación, para tener claro qué es lo que nos distingue y así contribuir al atlas lingüístico del país, ya que hasta ahora hay muy pocos estudios rigurosos en relación con el español que se habla en cada región y ciudad”, apuntó la profesora.

Por María Margarita Mendoza

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