El pasado, presente y futuro de los espacios culturales de Barranquilla

conversatorio-espacios-culturales-2018.jpg
Momento en el que el profesor Carlos Javier Velásquez habla a los asistentes.

Por:

13 abr 2018

Barranquilla busca constituirse como un modelo de desarrollo para las ciudades del Caribe colombiano. Sin embargo, el cierre de escenarios culturales distintivos, como el Teatro Amira de la Rosa o el Museo del Caribe, denota dificultades en infraestructura para la cultura y obliga a cuestionar la importancia de la oferta cultural dentro de la gran visión que se tiene de la capital del Atlántico.

Con el objetivo de escuchar las voces de distintos actores de las instituciones locales, la academia y de la sociedad civil, y así motivar una reflexión sobre la cultura como un elemento fundamental para la consolidación de una urbe, el Centro de Estudios Urbanos Regionales (Urbanum) de la Universidad del Norte realizó el 12 de abril el conversatorio Espacios culturales en Barranquilla, perspectiva actual y de futuro, en el auditorio de la institución.

Para Carlos Javier Velásquez, director de Urbanum, cuando uno habla de ciudades se tiene que entender que estas son “sistemas” cuya principal característica es “la complejidad”, pues se piensan, planifican, financian y gestionan a partir de una “visión integral, transectorial y holística”.

“La principal construcción humana es el sitio donde decidió asentarse. La gente escoge los sitios donde se quiere quedar por alguna razón, quiere que allí haya calidad de vida, mejora continua, una andadura para vivir mejor. Si los ciudadanos no nos apropiamos de estos espacios, no los discutimos y no les aportamos, pues no se convertirán en espacios de bienestar sino de sufrimiento”, remató el docente.

Históricamente la cultura es un elemento esencial del sistema urbano, no es algo complementario sino parte esencial. Desde Urbanum es considerada un subsistema del sistema urbano que se articula a todos los demás.

“Cuando uno piensa en cultura piensa que la educación, la economía, la infraestructura, las creencias, el sentido de pertenencia o la salud también son cultura. Todo tiene que ver con todo y la herramienta fundamental para poder lograr desarrollo urbano es la planificación”, concluyó Velásquez.

El secretario de Cultura del Distrito, Juan Jaramillo, expresó que “todo lo que ha venido sucediendo en estos días lleva a una reflexión” que le agrada: “primera vez” que ve a un sector unido para un solo objetivo, “porque finalmente en el sector cultural cada uno pelea por lo que le corresponde”.

“Que estemos todos trabajando para un tema de infraestructura cultural me encanta. Llegamos a una ciudad en donde todo este proceso no viene de ayer, sino de los últimos 10 años. Inicialmente la ciudad invierte en procesos de espacio público. Hoy tenemos 120 parques, en cada uno hay un espacio habilitado para las artes. Esa ha sido la gran apuesta: llevar grandes producciones al nivel de cada uno”, enfatizó.

Manuel Moreno Slagter, decano de la Escuela de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de Uninorte, afirmó que debemos terminar de conocernos como público cultural para "focalizar las inversiones que hagamos en inversión cultural y artística".

“Sin duda hay que seguir haciendo el esfuerzo, que lo estamos haciendo, de que los escenarios culturales de verdad sean de calidad. Lo que está pasando con la Fábrica de Cultura o la nueva sede del Museo de Arte Moderno es un ejemplo que se debe seguir. Ojalá que en el futuro se entienda que una inversión cultural, lejos de ser un derroche, es realmente un legado permanente que puede identificar a la ciudad”, explicó.

En ese sentido María Eugenia Castro, directora del Museo de Arte Moderno, se remitió al origen de los escenarios culturales en Barranquilla, contando que desde los años 50, cuando se creó el Centro Artístico de Barranquilla, se comenzó a hacer una serie de bienales de arte latinoamericano. “Se comenzó a hacer una colección para un futuro museo de arte moderno. Desde esos años estamos tras un edificio que abarque el arte latinoamericano, del Caribe y colombiano”, puntualizó.

Carmen Arévalo, directora del Parque Cultural del Caribe, manifestó que es necesario ampliar la oferta cultural en la ciudad, a través de alianzas institucionales, pensadas “en ampliar la afluencia de público y atraer a un mayor número de aportantes a estas instituciones”. “Hoy los incentivos tributarios creo no son lo suficientemente atractivos para jalonar muchas inversiones del sector privado. Hay que generar redes”, enfatizó Arévalo.

El Amira en la mira

Margarita Zaher, jefa de Planeación distrital, hizo un recuento sobre el estado del teatro Amira de la Rosa, su construcción, entre otros aspectos. Explicó que es propiedad de la Sociedad de Mejoras Públicas, un grupo de personas que desde principios de los 90 comenzaron a administrar y gestionar proyectos desde lo urbano: parques, bulevares; y quisieron hacer un teatro desde 1961.

“En 1980 fue entregado en comodato de 99 años al Banco de la República. En 2006 es declarado bien de patrimonio con una resolución del Mincultura. Entre 2014 y 2015 el Banco se da cuenta de que el edificio tiene fisuras, contratan un estudio técnico y en mayo de 2016 les entregan los resultados. Entonces deciden cerrar el teatro por dos condiciones: representa un riesgo para los usuarios y no cumple la norma de sismo resistencia”, afirmó.

Desde su cierre, en julio de 2016, la Alcaldía comenzó la gestión con el Banco y la Sociedad para entender lo que pasaba y encontrar una solución. Se realizaron mesas técnicas, tanto de infraestructura como jurídicas, y se consultó al Consejo de Estado.

“El concepto emitido fue favorable para la ciudad. Le dijo al Banco que tiene rubros importantes para invertir en temas de cultura, que los puede usar siempre y cuando el teatro sea de propiedad del Banco. Hoy estamos terminando el comodato y hacer una escritura para el traspaso de propiedad. Los barranquilleros pueden tener tranquilidad, el Banco de la República aprobó $60 mil millones para invertir en la infraestructura del teatro y quedarán encargados de su mantenimiento”, manifestó Zaher al público.

El coloquio fue moderado por Silvia Gloria, decana de Derecho, Ciencia Política y Relaciones Internacionales de Uninorte, y Deyana Acosta, la directora del Centro Cultural Cayena. También contó con la participación de María Teresa Fernández, secretaria de Cultura departamental y Sandra Rodríguez, directora del Departamento de Economía.

Más noticias