El periodismo narrativo en América Latina, una mirada cercana

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Correa Soto fue durante 13 años corresponsal de El Espectador en Medellín.

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06 abr 2017

La crónica latinoamericana tiene rasgos particulares que la diferencian del periodismo narrativo en otros lugares del mundo. El protagonismo de personajes poco conocidos, el sensacionalismo, la inmersión del periodista y la creatividad son algunos de los aspectos que la caracterizan.

Con el fin de hacer una aproximación a este género Carlos Mario Correa Soto, comunicador social, periodista y profesor de la Universidad EAFIT, dio la charla Los nuevos narradores de historias en América Latina,  el pasado 3 de abril.

En esta, estudiantes del Departamento de Comunicación Social y Periodismo escucharon  pasajes del más reciente libro de Correa Soto, titulado Los narradores del caos, las apuestas formales y de contenido de la crónica latinoamericana contemporánea, en el que hace un análisis de aspectos comunes en textos que estudió de diversos autores escritos entre 2001 y 2016.

Para el periodista, quien lleva cerca de 20 años estudiando la crónica, es difícil ubicar las historias escogidas por los cronistas latinoamericanos en una o dos grandes temáticas. Lo que hizo fue identificar 12 de las más comunes, entre las que destacó los sucesos, oficios y memorias; los narcotraficantes y las pandillas; el rebusque para sobrevivir que se da en ciudades de América Latina;  géneros musicales y deporte, siendo el futbol el más recurrente.

Sin embargo, enfatizó en que, tal como en otros géneros periodísticos, en la crónica el asunto más reiterado es la violencia.  

“Así como alguna vez García Márquez, y algún otro escritor, dijo que el amor era el tema central de la novela en el mundo, yo diría que la violencia es el tema central del periodismo en el mundo, la descomposición social, el caos”, expresó.

Los temas tabú como la prostitución, las drogas, la brujería, la diversidad sexual y el suicidio son también de la preferencia de los narradores latinoamericanos. Aunque, Correa Soto insiste en que, de tanto uso, han pasado de ser tabús a ser temas clichés.

Si bien la crónica de nuestro continente guarda ciertas similitudes con la norteamericana, como la búsqueda de las historias secretas de sus protagonistas, el docente explica que, mientras estos últimos eligen personas reconocidas y famosas, los latinoamericanos prefieren contar historias de personas no tan conocidas.

Un ejemplo de esto es una crónica de Ezequiel Fernández en la que narra cuando el técnico de la selección colombiana de futbol, José Nestor Pékerman, trabajó como taxista a sus 28 años, luego de que una lesión de rodilla le haya costado su sueño de seguir jugando profesionalmente.  

Adentrándose más en las formalidades de la crónica de América Latina, Correa Soto recalca el uso de la primera persona y la introducción del punto de vista del autor. “Paradójicamente mientras más evidente sea la presencia del periodista en la crónica, informando y conceptuando, más claro, honesto y creíble será su mensaje para el lector “, dijo.

Así mismo, es común encontrar diálogos entre los personajes que son aprovechados por el autor para caracterizarlos y describirlos, debido a que mantienen sus expresiones, ritmos e incluso equivocaciones.

Un ejemplo de este es que “palabras como chichipato, quebrar, sapo y quiñar se suelen encontrar en crónicas colombianas sobre narcotráfico, pandillas y crimen”, explicó, y añadió que al dejar intactos los diálogos y formas de expresión de los personas, más percepción de veracidad tendrá el relato.

Por Oriana Lewis 

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