El sueño de la educación se hace realidad para 48 becarios

Un sueño que comenzó como un anhelo esperanzador, se hará realidad el próximo 4 de septiembre: 48 becarios recibirán su título profesional, luego de años de disciplina, esfuerzo y perseverancia que comenzaron siendo todavía muy niños. El 83% de estos jóvenes son estudiantes distinguidos, de ese grupo 7 recibirán medalla de plata y 5 diplomados de graduando de excelencia; con esto demuestran, una vez más, su calidad académica.

El 24 de agosto en el restaurante 1966, los becarios se reunieron con el rector Jesús Ferro Bayona y con representantes de las entidades donantes que hicieron posible el sueño de la educación. Todos los beneficiarios fueron seleccionados por sus altos puntajes en las pruebas de Estado. Gracias a su rendimiento académico pudieron acceder a la universidad.

"Sus sueños se están cumpliendo, están cosechando lo que sembraron; eso es muy satisfactorio para la Universidad, para los benefactores y para sus familias", dijo el rector durante el encuentro, y agregó: "La paz de Colombia comenzó con la educación, con el apoyo que los empresarios y el Estado le han dado a la educación. Esta es la Colombia en paz, la que tenemos con ustedes".

Para apoyar ese propósito, Uninorte busca incrementar cada año el impacto de su programa institucional de becas que comenzó en 2003 y ya lleva más de 3 mil beneficiarios. Con este ratifica su compromiso con la cobertura y calidad educativa del Caribe colombiano, a su vez que aporta al desarrollo de la región al formar profesionales de excelencia. Este programa se ha fortalecido gracias al esfuerzo institucional y a las donaciones de empresas, egresados y amigos de la Universidad.

"Nosotros encontramos una realidad compleja en Malambo. Veíamos que la mayoría de los estudiantes no podían acceder a la universidad y entendimos que había que cambiar esa realidad, por eso decidimos unirnos al programa. Actualmente tenemos 23 becarios, pero nuestro sueño es que el día de mañana podamos tener 100 egresados de la Universidad del Norte", expresó Juan Alberto Montoya, vicepresidente ejecutivo de la empresa Acesco.

Luisa Fernanda Baldovino hace parte del grupo de becarios próximos a graduarse. Ella es egresada del Colegio Huellas de la Esperanza, creado por Acesco en Malambo, gracias a la misma empresa pudo estudiar Comunicación Social y Periodismo. "Gracias a esta oportunidad soy la primera universitaria de mi familia. Agradezco a la Universidad y las empresas por confiar en nuestras capacidades", afirmó.

"Lo más importante en la educación es que busquen hacer lo que valoran; esa es, para mí, la visión más humanista del desarrollo. Y para continuar en ese camino les aconsejo que lean mucho, que sean muy críticos, que no traguen entero. Pero, sobre todo, que entiendan su entorno y lo que significa ser un habitante de esta región, y el compromiso que tienen al salir de una universidad de alta calidad. Ustedes no son el futuro, son el presente. En la medida en que tengamos gente como ustedes, comprometidas, buenas personas y bien educados, sin duda, el futuro de esta ciudad y el de ustedes será maravilloso", dijo Antonio Celia, presidente de Promigas, una de las empresas donantes. 

Ingeniero hecho de sueños

En 1994 nació Kevin Monterrosa mirando al cielo. A pesar de vivir en un barrio muy pobre en el municipio de Malambo, los problemas nunca fueron un impedimento para soñar. Ni él ni su familia dejaron que los momentos difíciles apagaran la luz de esperanza. Según sus amigos, Kevin desde pequeño se caracterizó por ser curioso, perseverante y autónomo. Eso fue, quizás, lo que lo mantuvo viviendo sin límites.

Siempre se destacó como el mejor estudiante de su salón, sus actividades académicas las combinaba con éxito con su participación en actividades extracurriculares deportivas y culturales. Su talento evidente, reforzado por una gran disciplina, lo llevó a obtener uno de los primeros puntajes del país en las pruebas de Estado. Gracias a ello obtuvo 7 becas diferentes para estudiar en varias de las más prestigiosas universidades del país, pero él escogió ser un uninorteño.

"Kevin es el ejemplo de nuestro colegio. Es la referencia de todos los estudiantes, porque no solo es un excelente estudiante, sino un gran ser humano. A pesar de todas las dificultades él siempre estuvo en clases, nunca faltó, y ese esfuerzo es recompensado. Desde muy pequeño tuvimos el sueño de llegar a la Universidad del Norte, y lo logramos", manifestó Humberto Vásquez, rector del colegio El Socorro, donde estudió Kevin.

De esa forma, y con tan solo 15 años, Kevin le cumplió la promesa que le había hecho dos años atrás a su madre, operaria de máquina en una fábrica de confecciones: que no debía angustiarse porque él estudiaría en la universidad por sus propios medios. Obtuvo la beca Roble Amarillo, que incluye el 100% de la matrícula del pregrado y de idiomas durante toda la carrera, más ayuda financiera para transportes, alimentación y libros.

"Cualquier mujer estaría orgullosa de tener un hijo como el mío, que ha sabido hacerle el quite a la delincuencia que reina en el barrio, por eso lo llaman el inmaculado", afirmó Rosalba Vélez en la ceremonia de entrega de la beca, hace ya varios años. Pero los reconocimientos no acabarían ahí. Por su esfuerzo, Kevin fue becado por el programa Jóvenes Ingenieros de la Universidad, para realizar un intercambio de un año en Alemania.

Kevin entró a Uninorte como un niño que, aunque no había pasado sus límites geográficos, sus metas ya estaban alcanzando los inimaginables. Este año obtendrá su título como ingeniero Mecánico con doble titulación con Ingeniería Electrónica, y con un diploma de Graduando de Excelencia, que se concede a los graduandos con excelente rendimiento académico.

"Lo mejor que me deja la Universidad son los aprendizajes, las experiencias vividas y las amistades creadas. La solución a muchos problemas del mundo, de la sociedad y de las familias está en la educación. Por eso animo a las empresas para que sigan transformando con educación, sigan apoyando a la juventud", expresó el joven, quien espera regresar a Europa a realizar estudios de posgrado.

Por Adriana Chica