El trabajo infantil, un círculo perverso

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Farib Narváez, Luz Estela Tobón, Joaquín Hahn y Dann Payares durante el Café Tertulia.

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31 mar 2014

En Colombia más de 1,1 millones de niños están vinculados al mercado laboral. En Barranquilla, la situación es igual de alarmante. El Dane estima que el 2,9% de los niños se encuentran en estas circunstancias. ¿Qué es el trabajo infantil? ¿Cuáles son sus consecuencias sociales y económicas? ¿Cuáles son sus causas?

Con café en mano y en un ambiente ameno, el viernes 28 de marzo, bajo la moderación del decano de Ciencias Básicas, Joaquín Hahn, expertos de distintas áreas discutieron sobre las paradojas y desafíos del trabajo infantil, en la cuarta versión de Café Tertulia Ciencia a tu alcance.

El debate surgió a la hora de explicar cuáles son las razones que llevan a los menores a trabajar. Para Luz Estela Tobón, docente investigadora del programa de Derecho, no siempre se trata de una necesidad económica, sino que también puede tratarse de niños que son obligados a desempeñarlo.

"Los particulares debemos concientizarnos que los niños están perdiendo tiempo de educación, recreación y salud. En vez de dar una limosna debemos apoyar a fundaciones que los ayudan, porque en vez de estar colaborándoles a ellos podemos estar ayudando a un explotador", dijo.

Frente a esta situación el estado tiene grandes retos, entre ellos, trabajar en aspectos sociales y culturales que avalen el trabajo infantil. Pero además, agrega Tobón, debe reforzar sus procesos institucionales. "El estado debe organizar todo el andamiaje institucional para sancionar a los adultos que explotan a los niños y para atender  a los niños afectados", aseguró.

La mayoría de los niños que realizan trabajo infantil se ven expuestos a múltiples peligros o situaciones de riesgo. Jorge Palacio, profesor del departamento de Psicología, aseguró haber visto a niños con problemas de columna, respiratorio o de transmisión sexual. Pero estos no solo se ven afectados físicamente. A nivel psicológico pueden presentar grandes fracturas.

"Hay otras consecuencias sutiles: los niños no saben solucionar problemas, responden de manera agresiva o también pueden ser muy pasivos. Cuando un niño trabaja, su capacidad lúdica y recreativa se ve muy deteriorada, entonces todas esas situaciones se reflejan en su comportamiento", agregó.

Otra consecuencia del trabajo infantil es la deserción escolar. Situación que desdibuja de la vida de los niños un futuro laboral exitoso, convirtiendo el trabajo infantil no solo en un problema social sino también económico.

"Cuando se genera un incentivo económico y se asume como algo positivo, la educación la ven como una forma de perder el beneficio. Pero el problema está en que no crecerán de manera estable en el futuro. Al final tendrán un pequeño ingreso que lo que hará es generar un ciclo perverso. Esas personas que dejan de estudiar alimentan la masa disponible en la que habrá un abundancia de mano de obra poco capacitada, estancando las dinámicas de crecimiento", dijo Dann Payares, profesor del programa de Economía.

Por su parte Farib Narváez, representante del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), está situación que afecta social y económicamente al país es el resultado de no garantizar, como es debido, los derechos de los niños.

"No es un trabajo fácil. Vamos midiendo poco a poco hasta el punto de lograr que los niños en el 2015 estén por fuera del sistema laboral y que, además, dejen de estar en riesgo", aseguró.

Café tertulia Ciencia a tu alcance es un espacio para debatir problemas sociales que involucren ciencia y tecnología, y es organizado por la Dirección de Investigación, Desarrollo e Innovación de la Universidad del Norte.

Por Estela Guevara

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