El valor del diseño sostenible en la arquitectura del Caribe

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03 abr 2019

Para el profesor Antonio Olmos, de la Escuela de Arquitectura, Urbanismo y Diseño, el diseño sostenible permite a cualquier profesional del campo de la construcción combinar sus habilidades con un conjunto de saberes y prácticas conscientes de la sostenibilidad. Con el objetivo permanente de reducir el impacto ambiental producido por el hombre en los sistemas ecológicos.

En el caso de las edificaciones, gran parte del problema del calentamiento y sus derivados lo tienen las edificaciones en todas sus fases de ciclo de vida. Los edificios consumen el 40 por ciento de toda la energía que produce el hombre y generan alrededor del 25 por ciento de las emisiones contaminantes que se vierten en la atmosfera.

“Nos corresponde a todos los actores del gremio (de la construcción) crear edificios o infraestructuras que se planifiquen, construyan, usen y derriben con criterios de sostenibilidad. Criterios sincronizados con el ambiente natural que rodea a la edificación”, enfatiza el docente, magíster en Tecnología en la Arquitectura, en su oficina.

Olmos opina que, nivel general, el concepto y la práctica del diseño de sostenible ha avanzado en el mundo, pero considera que en el Caribe colombiano “no tanto como debería”, pues ante unas condiciones climáticas bastante adversas no ha habido suficiente concientización y optimización de los recursos.

Gran parte del mundo occidental, explicó, vive en un clima benigno que no requiere de mayores esfuerzos para conseguir un confort, pero en el caso de la Costa Norte colombiana se necesitan de unas acciones especiales, y “no hemos podido conocer a fondo esta problemática para formular soluciones ajustadas a la medida de las necesidades”.

“Seguimos construyendo de manera desatinada. Por ejemplo, el 70 por ciento del parque inmobiliario de obra nueva en altura, estrato 6 en Barranquilla, se sigue construyendo en ladrillo macizo. Un material en el clima templado muy ecoeficiente, pero en nuestro clima no porque absorbe el calor, lo retiene y lo libera lentamente. Estamos calentando el edificio cuando en realidad debemos enfriarlo con medios pasivos. De esa manera consumimos menos energía y  contaminamos menos”, detalló Olmos.

Otro caso son los de algunos edificios altos en vidrio que se alzan en la ciudad. El diseño arquitectónico sostenible, agregó, proscribe en climas cálidos el uso del cristal al 100 por ciento de las fachadas de los edificios altos. “Aquí los forramos en cristal y produce efecto invernadero en los en ellos. Cuando la radiación atraviesa el cristal cambia su longitud de onda y esa radiación queda atrapada en el edificio. Entonces ese calor hay que mitigarlo con aire acondicionado. No quiere decir que el vidrio no se pueda utilizar, pero hay que saberlo usar”, puntualizó.

Es por eso que la Escuela y el programa de Arquitectura, en específico, pretenden desde la nueva maestría en Diseño y Construcción Sostenible, que funcionará a partir del segundo semestre de 2020, “generar una masa crítica de profesionales que administren ese saber hacer”, ese conjunto de buenas prácticas de diseño y construcción para formular edificaciones eficientes en el clima de la región Caribe. Paralelamente Uninorte cuenta con el Laboratorio de Diseño Sostenible, un espacio para mediciones térmicas para edificaciones sostenibles, que funciona hace tres años.

“Nuestro objetivo es generar una masa crítica entre los profesionales que se están formando y egresados para que cuando alguien quiera saber cómo se debe construir de manera eficiente en la región Caribe colombiana venga a la Universidad del Norte”, indicó Olmos.

 

Premiando el diseño con materiales reciclables


                         La ganadora Rosiris Cardona muestra su maqueta junto al grupo de jurados.

Con el propósito de incentivar el reciclaje y el cuidado del medio ambiente entre la comunidad Uninorte, la oficina de Bienestar Organizacional y Servicios Generales realizaron una vez más en la Semana de la Sostenibilidad el concurso Recimaqueta, en el que los participantes elaboraron maquetas utilizando materiales reciclables.

La premiación fue realizada el 2 de abril, luego de que los modelos a escala estuvieran expuestos a la comunidad universitaria, en el pasillo del Laboratorio 3. Rosiris Cardona y Nora Miranda, de la División de Derecho Ciencia Política y Relaciones Internacionales, fueron las ganadoras con una maqueta elaborada con papel reciclable e inspirada en la biodiversidad del campus universitario.

“El roble amarillo es nuestro sello. Mostramos nuestras iguanas, ardillas, mesetas, nos inspiramos en nuestra universidad. El eslogan ‘Soy Uninorte’ también fue hecho con papeles de revista y cartón. Todos los mediodías nos dedicamos a hacer nuestra maqueta sin obstaculizar nuestras labores diarias”, contó Rosiris mientras sostenía la ancheta y el bono por 200 mil pesos que ganó.

Recimaquetas, proyecto liderado por Bienestar Organizacional con apoyo de Servicios Generales, busca transformar comportamientos en los funcionarios a través de su creatividad.

 

Por José Luis Rodríguez R.

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