Elementos que blindan a las edificaciones frente a sismos

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Juan Carlos de la Llera, profesor de la Pontificia Universidad Católica de Chile, durante su conferencia.

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01 jun 2017

Entre 1980 y 2014, en todo el mundo se perdieron 4,2 trillones de dólares, por causa de desastres naturales como terremotos. Esta situación se refleja con mayor gravedad en Chile, el país más sísmico del planeta, en donde anualmente los daños materiales ascienden a un promedio de 2500 millones de dólares, es decir, el equivalente al 1,1% de su producto interno bruto.

Para hablar acerca de las metodologías utilizadas en Chile para la construcción de edificaciones sismorresistentes, y compartir experiencias que pueden ser replicadas en estructuras colombianas, durante el primer día del Congreso se presentó la conferencia “Protección sísmica y control de estructuras: teoría, información y experiencia”, la cual fue impartida por Juan Carlos de la Llera, decano de la Escuela de Ingeniería y profesor de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

De la Llera es un reconocido pionero en el desarrollo de sistemas para reducir vibraciones en estructuras, como son los disipadores de energía, y sistemas de aislamiento sísmico; estos últimos son elementos estructurales que logran desacoplar el edificio del terreno en el que se encuentra, y son responsables del 95% de la respuesta del inmueble ante un evento sísmico, protegiéndolo de sus vibraciones.

“En una estructura convencional fija al suelo, el comportamiento se da en todo el edificio, causándole fisuras; pero en este caso, toda la presión (del movimiento telúrico) ocurre sobre el sistema de aislamiento, por eso tenemos que ser precisos en los supuestos de modelamiento de la zona alrededor del aislador sísmico”, explicó.

Durante su intervención, De la Llera destacó que los riesgos sísmicos a los que se ven sometidos los edificios no son intangibles, por el contrario, son eventos que se pueden calcular a través de ecuaciones que miden la vulnerabilidad y amenazas a las que están expuestas las estructuras. Pero recordó que para ello es necesario tener registros de los terremotos que se presentan en el territorio; lo cual se puede conseguir a través de modelos físicos y estadísticos.

De igual forma el ingeniero se refirió a la utilización de disipadores de energía para la protección sísmica de los edificios. Estos son dispositivos que también permiten aislar las construcciones ante movimientos telúricos. Para ilustrarlo ofreció como ejemplo los que él mismo diseñó para el Titanium, un rascacielos de 54 pisos, ubicado en Santiago de Chile; el cual logró soportar el terremoto de dos minutos de duración, que ocurrió en 2010 en ese país.  Dichos disipadores son unas grandes estructuras tubulares con forma de equis, que están situadas cada tres pisos y disminuyen la oscilación del inmueble ante vibraciones de terremotos.

De la Llera resaltó que estos sistemas de aislamiento sísmico no son medidas que solo se aplican a edificios de altura de alto costo, sino que se han desarrollado tecnologías de amortiguamiento más económicas, ajustadas a las necesidades de inmuebles de menor costo. Así que actualmente en Chile, sus hospitales, casas prefabricadas, muelles e incluso viviendas de interés social cuentan con dispositivos de protección ante movimientos telúricos.

Por María Margarita Mendoza. 

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