¿En qué quedó la consulta anticorrupción?

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El debate de la consulta anticorrupción se realizó el martes, 17 de abril.

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20 abr 2018

Pocas veces la política en Colombia es el centro de atención de los ciudadanos, y difícil sería buscar en la historia reciente del país ocasiones en que una plenaria del Congreso se convierte en tendencia nacional (no solo en redes sociales) y sea seguida en vivo por miles de personas. Pasó este martes, 17 de abril, con el debate por la consulta anticorrupción. 

¿Por qué esta figura de consulta popular resulta tan apasionante para los colombianos? Carlos Guzmán, politólogo y profesor de Ciencia Política de Uninorte, explica que es una de las varias formas de participación política que contempla nuestra democracia. Su finalidad es trasladarle la decisión a los ciudadanos por una reforma política o por la expedición de una importante iniciativa legislativa.

“En este caso es preguntarle al ciudadano si es necesario diseñar una normatividad que ataque efectiva y eficazmente, pero además legítimamente, el fenómeno de la corrupción política. Creo que es una medida sana para la democracia”, agrega.

Pero lo más particular de esta consulta es que su aprobación debe venir del organismo que será afectado directamente si logra los votos ciudadanos. Según Guzmán, es difícil que desde el mismo interior de un Congreso se produzca una reforma de este tipo.

El resultado del martes pasado fue la decisión de aplazar la votación. Aunque algunos congresistas se pronunciaron en contra de la iniciativa, la gran mayoría optó por apoyarla, lo que hoy garantizaría su aprobación el 5 de junio.

Ángel Tuirán, director del departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de Uninorte, señala que la consulta manda un mensaje claro de que la ciudadanía apoya de manera decidida iniciativas encaminadas a encontrar elementos normativos que permitan reducir los actos de corrupción en el país. 

“Evidentemente ningún congresista podría estar en contra, pues frente a los ojos de la ciudadanía no sería correcto presentarse como contradictor de estas iniciativas. Esa contradicción se presenta de manera silenciosa, postergando el día de la celebración de la consulta, introduciendo modificaciones a la misma o declarándose impedido para evitar la irresponsabilidad de votar. Estas posturas obedecen, precisamente, a que lo que se está modificando son sus reglas de juego”, agrega Tuirán.

Para Guzmán, la medida de aplazar la votación es sana, pues el momento actual de la política está marcado por las elecciones presidenciales y, además, el origen de la iniciativa viene de parlamentarios que aspiran a la Presidencia de la República. “Hacer una votación presidencial paralela a una votación por la consulta podría servirles a unos en detrimento de otros, pues habría un mayor número de lectores que se verían influidos para votar por aquellas fórmulas que promocionaron la consulta anticorrupción”.

Posibilidades de la consulta

Hay consenso entre todos los analistas que la consulta anticorrupción será aprobada por el Congreso el día que se pactó. “No creo que se hunda. Creo que es una tarea que está pendiente, es un tema que está en la agenda mediática, que está en la agenda sistémica, que está y que debe estar en la agenda de cualquiera que llegue a la presidencia. El tema de la corrupción debe ser fundamental para resolverlo e incluirlo en la agenda de gobierno, en la agenda legislativa de los próximos 4 años”, dice Guzmán.

A pesar de que sea aprobada como se espera, la consulta deberá enfrentar su mayor desafío en las votaciones: para que tenga validez la elección de quienes voten el día que se asigne, la consulta solo tendrá validez si alcanza el umbral de votos requeridos, es decir, la tercera parte del censo electoral, que es alrededor de 12 millones de personas, y de esa cantidad la mitad más uno de los votos deberá aprobarlo.

Una tarea que parece titánica en medio del marco electoral a la presidencia, pues, según Tuirán, se habla de que se votaría en un periodo entre la primera y la segunda vuelta presidencial. “Hacerlo en el intermedio de estas dos elecciones podría representar que al final la gente no salga a votar en la cantidad que se necesita para que pase la consulta”.

Lo importante es la participación ciudadana

Al final del cuento, lo realmente importante de este debate ha sido la movilidad ciudadana por una causa. Este tipo de manifestación son necesarias en toda democracia. “Hace falta en nuestro sistema político que nosotros los ciudadanos participemos más de las decisiones frente aquellos problemas que más nos afectan y creo que la corrupción es el principal problema que hoy tiene nuestro sistema político”, dice Guzmán.

De acuerdo con el académico, en la cultura política del país hace falta conocer este tipo de mecanismos de participación. “Le hemos entregado, casi que a ciegas, unos cheques en blanco a los parlamentarios, pensando que harán una adecuada, eficaz, eficiente y legítima representación de intereses. Aquí nos hemos equivocado, y creo que buena parte de este fenómeno está dado por la juventud de nuestra constitución del 91. Antes de 1991 no estaba esa figura de la consulta popular, que debe ser mucho más reglamentada, más utilizada, más expedita e incluso más conocida por todos los ciudadanos”, finaliza.

Por Jesús Anturi

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