En segunda jornada del torneo de debate estudiantil se discutió sobre feminismo

La tarima del auditorio estaba dispuesta para el debate. Dos mesas, en la de la izquierda se sentaban los miembros de las cámaras altas y bajas de Gobierno, en la derecha los cuatro miembros de la oposición. 

Detrás de ellos, la pantalla proyectaba la moción: “Esta casa se opone a los intentos del movimiento feminista para redefinir roles y comportamientos tradicionalmente asociados con la mujer (por ejemplo, querer ser un ama de casa, usar maquillaje y tacones) como formas de empoderamiento”. Y comenzaron a correr los 15 minutos que tenían para preparar sus argumentos. Así se vivió la jornada del 7 de septiembre del Torneo Estudiantil de Debate Uninorte, que organiza la Sociedad de Debate.

“La noción de sociedad de debate cumple una misión muy importante en cuanto a la proyección de temas como la noción de género o el feminismo. No solamente son interesantes debatirlos sino que nos concientizan, nos permiten un diálogo con las diferentes realidades de nuestra sociedad”, manifestó Germán Sandoval, profesor del departamento de Derecho. El docente hace parte, junto a Iván Mahecha, Karen Cabrera y Laura López, del equipo académico que lleva a cabo el acompañamiento a los 14 estudiantes que se inscribieron. 

El formato del torneo es el debate parlamentario británico, que consiste en cuatro debatientes por lado. La palabra se alterna entre ambos bandos, y se comienza por el primer ministro de Gobierno quien sienta su posición. Lo propio hace el líder de la oposición. Posteriormente, el viceprimer ministro interviene, para luego darle paso al segundo al mando de la oposición. Este ciclo de cuatro hablantes cierra el espacio de cámara alta. A los cuatro hablantes restantes se les denomina la cámara baja y cierran el debate. 

Diego Duarte Leal, coordinador de programas educativos del Centro de Inclusión, Ciudadanía y Derecho, se encuentra realizando el proceso de formación a estudiantes y profesores en Uninorte y durante los debates se desempeña en calidad de juez. Contó que hay tres criterios para adjudicar un ganador en un debate parlamentario británico. 

El primero es tener un principio de tabula rasa, o tablero en blanco, que significa que no se debe juzgar desde el conocimiento previo que se tenga, ni descartar argumentos que uno a priori pensaría que son buenos o malos. Segundo, el principio de no intervención que significa no completar los argumentos expuestos con información propia. Por último, se debe tener una función pedagógica y siempre al terminar los debates se tiene que dar recomendaciones y explicar de por qué se tomó la decisión para que haga crecer a los debatientes de cara a futuros debates. 

Los ganadores en la segunda jornada del torneo resultó la cámara baja de la oposición, compuesta por Elias David Garcia Villalobos y Freider Prada Sanmiguel. Este último, estudiante de Negocios Internacionales, contó en entrevista con Grupo Prensa que en su carrera tienen que, al igual que en un debate, plantear posiciones para vender productos y llegar a nuevos mercados y que estar en la Sociedad le ha aportado a plantear mejor las ventajas que tiene al momento de argumentar algo. 

“Me interesa poner en tela de juicio las ideas mías como de las personas, es muy interesante saber cómo defenderlas y cómo refutarlas. Siempre he disfrutado tener un debate y que no sea para riñas ni atentar contra otra persona sino por diversión y por ser un deporte intelectual”, dijo el estudiante. 

En noviembre se llevará a cabo la siguiente jornada del torneo estudiantil organizado por la Sociedad de Debate. Leal comentó que el debate es una habilidad que se adquiere con la práctica y que con cada intervención, retroalimentación y asistencia a clases van mejorando en sus técnicas de argumentación. 

El profesor Sandoval contó que el espacio es “una invitación a aprender, a estudiar y a ser responsables con nuestras opiniones. Comprender que la noción de debate no implica la proyección de radicalidad, sino por el contrario la noción del diálogo, debate y respeto”. Un concepto necesario en una coyuntura global de polarización, en la que necesitamos aprender a tender puentes y a hablar y llegar acuerdos entre puntos de vista diferentes. 

Por Leonardo Carvajalino