“En una sola especie se está explorando el genoma todo el tiempo“: Rafik Neme

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Rafik Neme durante la conferencia que realizó en el VIII Simposio Biodiversidad Caribe

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16 ago 2018

Según el biólogo evolutivo Rafik Neme, las células están en un ir y venir de producir nuevos genes sin necesidad de tener alguna función diferente a la exploración de las posibilidades de las especies. El trabajo que desde hace varios años lleva a cabo el barranquillero, quien hace sus estudios de postdoctorado en Columbia University, han apoyado esta hipótesis, que refuta el canon científico en el que se pensaba que los genes se conectaban en una gran red de origen común y que no hay nuevos.

Estos genes nuevos, llamados ‘huérfanos’, son “la clave para entender su origen porque resulta que si encontramos los genes más reciente, podemos rastrear los mecanismos que los hacen”, argumentó durante una conferencia que realizó el miércoles 15 de agosto, en el marco del VIII Simposio Biodiversidad Caribe, enfocada hacia el conocimiento de las metodologías para el estudio de la biodiversidad.

Durante la charla titulada ‘Sobre el origen de los genes y el origen de las especies’, el académico explicó en qué consiste su línea investigativa y cuáles son los objetos de estudio. Neme contó que su más grande pasión es saber cómo se innova la naturaleza y que el estudio de genes huérfanos le ha ayudado a entender esta noción. “Si miramos las dinámicas de transcripción, el proceso que produce el RNA en la célula, que es la molécula que eventualmente dice qué gen está presente, en una sola especie se está explorando el genoma todo el tiempo”, aseveró el conferencista sobre la renovación constante en el genoma de cada ser vivo.

Una de las hipótesis que propone es el ciclo de vida de los genes, el cual está dividido en dos fases: estocástica (o aleatoria) y adaptativa. En la primera hay “una secuencia no génica que se convierte en algo que llamamos un protogen, que es algo que parece un gen, pero no hace nada y mientras no haga nada tiene chance de desaparecer”, explicó. Aquellos que no se pierden sino que, por el contrario, demuestran tener algún valor a la especie, trascienden a la escala adaptativa en la que quedan atrapados. Si algo se vuelve adaptativo es muy difícil que el organismo lo quiera dejar pues tiene una función y beneficia al organismo. Por ejemplo: una presión en el ambiente lleva a la adaptación de los genes.

Neme dijo que alrededor del 30% del genoma de cada especie está compuesta por genes huérfanos. Si el gen se llega a morir, se convierte en un seudogen. Por ejemplo, “si una presión en el ambiente se desaparece, el organismo es económico con lo que no necesita, entonces se muere el gen”, explicó.

Por último, el biólogo propuso realizar estudios de biodiversidad en el genoma en el Caribe colombiano, como una de las áreas que no se ha explorado a profundidad. “Necesitamos hacer una estimación de cuántos y qué genes hay en el Caribe, de cómo se comportan, cuáles son los genes que están en diferentes regiones del Caribe”, sugirió, pues la mayoría de estas investigaciones se hacen con especies específicas en laboratorios y cree que existe la posibilidad de que el Caribe sea la región en la que más se dé la innovación de las especies.

Por Leonardo Carvajalino

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