Esta experiencia me deja una percepción de resiliencia y de berraquera

Coordinador de Urgencias del Hospital de la Universidad del Norte, docente de pregrado y posgrado del dpto. de Medicina. Nuestro invitado esta semana, nos muestra al profesor, al profesional en ejercicio y al ser humano que ha aprendido a superar las pruebas que la pandemia impuso al mundo, y nos deja un mensaje muy claro: “Sí podemos y podemos con lo que se venga y tenemos la capacidad inclusive de hacer cosas mejores

JosE_Atilio_Nuñez.jpg
José Atilio Núñez.

Por:

28 oct 2020

José Atilio Núñez: Coordinador de Urgencias del Hospital de la Universidad del Norte, docente de pregrado y posgrado del dpto. de Medicina. Nuestro invitado esta semana, nos muestra al profesor, al profesional en ejercicio y al ser humano que ha aprendido a superar las pruebas que la pandemia impuso al mundo, y nos deja un mensaje muy claro: “Sí podemos y podemos con lo que se venga y tenemos la capacidad inclusive de hacer cosas mejores”.

José Atilio, cuéntanos un poco más sobre ti:

Soy barranquillero, estudié Medicina en la Universidad de Cartagena (2008), vine a Uninorte a especializarse en Medicina Interna (2017), y desde entonces soy el Coordinador de Urgencias del Hospital de la Universidad, y docente de pregrado y posgrado del dpto. de Medicina; el año pasado obtuve distinción como uno de los profesores con mejor desempeño de la División Ciencias de la Salud, en el marco de la ceremonia de reconocimiento de la excelencia docente.

Actualmente hago tercer semestre en la maestría en Epidemiología Clínica, aquí en la universidad.

Entre mis intereses están el deporte, la investigación y específicamente, desarrollar las habilidades clínicas de los estudiantes, que puedan hacer una buena historia clínica y que puedan hacer un muy buen examen físico.

Me considero una persona tranquila, afable, y creo profundamente en que aprender en un ambiente de alegría, felicidad, tranquilidad, de disfrute, realmente impacta en los estudiantes.

¿Qué clases tienes a cargo actualmente? 

Bueno, mi materia, la clase que yo dicto es la rotación de urgencias, es una rotación que se basa en el contacto clínico, en que el estudiante vea, toque, palpe, escuche, ausculte el paciente en el servicio de urgencias y bueno, es una rotación muy dinámica, una rotación en la que los muchachos se ven expuestos a situaciones muy reales, muy impactantes desde el punto de vista emocional, pero también desde el punto de vista educacional. Es una materia en la que confluyen muchas cosas y en la que se forman y se moldean como médicos del futuro.  Así que mi experiencia antes de la pandemia ha sido fantástica.

 

¿Cómo ha sido esta experiencia de ser profesor en el HUN, en esta coyuntura?

 Yo estoy enamorado de mi materia, de mi rotación, enamorado del papel que juega en la formación de los estudiantes de séptimo semestre, y el haber estado en el centro de la epidemia, ha sido bastante duro porque por mi labor, recibí a la gran mayoría de pacientes con COVID que atendimos en el hospital, siendo al mismo tiempo docente de la rotación de urgencias. Así entonces, el mayor reto al que me vi sometido fue combinar en un momento dado la asistencia con la docencia y fue poder todavía así, brindar al estudiante desde la virtualidad, desde la distancia, el mismo impacto y la misma calidad de rotación que yo le hubiese podido ofrecer aquí en lo presencial.

¿Qué ha sido lo más difícil de este paso a las clases remotas?

Tratar de hacer que el estudiante tenga la misma línea de pensamiento, la misma ejecución de pensamiento, el mismo análisis mental clínico que podría tener en frente del paciente, pero sin ver el paciente, sino viendo la pantalla de su computador, creo que fue lo más difícil de lograr, y me puse a pensar de qué forma podría yo en las clases remotas proveerles de ese entorno al que ellos se hubiesen podido exponer. Y la única forma que tuve fue presentándoles casos clínicos reales de aquí, del hospital de servicio de urgencia.

Mis clases no se basaban en diapositivas porque de hecho la rotación real aquí presencial no es con diapositivas, no es revisando temas, no es sentándonos a hablar de una enfermedad. La rotación consiste en ver la enfermedad, y tener allí al paciente. Que el estudiante lo examine, lo entreviste, lo escuche y eso enriquece todos los sentidos, ya que el impacto que tiene el aprendizaje en cada sentido es lo que imprime el concepto, el conocimiento que ellos se llevan de mi rotación, así que tenía casi que convertir mi clase en una especie de representación del paciente.

Entonces lo que hacía era extraer de la historia clínica al paciente un resumen con imágenes, inclusive utilizando imágenes de ecografía, imágenes de tomografía y de radiografía para que ellos pudieran sentir "lo más vivido" a través de la interacción virtual, y así poder someterlos al mismo esquema de pensamiento que hubiesen tenido aquí presentes en la urgencia. Ante lo cual surgen preguntas como ¿por qué crees que el paciente dijo esto? Qué significa esta frase que dijo el paciente según lo que encontraron en el examen físico… ¿qué crees que es, porqué lo encontraron? ¿A qué otras enfermedades podrían deberse? ¿Qué exámenes le vas a pedir al paciente ahora? Si lo tuvieras enfrente, ¿qué le preguntarías? ¿qué examen le harías? ¿Por qué? e ir pasando por cada uno de los estudiantes e ir indagando sobre esta manera de pensamiento. Porque yo estoy convencido de que más que conceptos fríos y rígidos, el estudiante de medicina, el médico necesita tener un pensamiento flexible, analítico, de un análisis y de una, de una capacidad de síntesis y de conclusión y de lógica clínica que le permita enfrentarse al desafío de ver un paciente cada vez diferente, porque todos los pacientes son distintos.

¿Qué nos puedes contar de tus estudiantes? ¿Cómo crees que perciben esta situación y han asumido esta pandemia y sus retos académicos?  

Cada encuentro era un caso clínico diferente, una historia distinta, un tema, pero detrás del tema o dentro de una historia de vida de un paciente, de sus síntomas, de unos exámenes que ellos tenían que ir descubriendo paso a paso hasta que al final podrían ver el diagnóstico y saber si estaban o no en lo cierto. Eso, creo que fue lo más difícil, lograr captar la atención de ellos, pero precisamente percibí de los estudiantes mucha disposición.

“Profe espectacular. Nos encantó la clase, aprendimos mucho, pero queremos verlo. Queremos estar allá. Ya queremos estar en la urgencia. Tenemos la esperanza de que va a llegar el día en que lleguemos a la urgencia”.

 

“Si hay algo que puedo resaltar es que los estudiantes de medicina todo el tiempo han estado ávidos, deseosos, ansiosos del conocimiento, de ver pacientes, de aprender. Entonces tener ese contacto con el estudiante y que siempre tengan esa sed de saber, esa sed de encontrar conocimiento, hace mucho más fácil esto y nos permite desde la virtualidad, poder ponerlos a pensar, a crear en esta situación tan difícil y siempre, siempre encontré en ellos el elemento de la esperanza.".

 

A medida que desarrollábamos las clases y que cada tema se desarrollaba con una historia clínica, con un caso clínico diferente, en ocasiones surgía la necesidad de aclarar otras cosas, de aclarar dudas y allí Twitter para mí se convirtió en una herramienta fundamental. Entonces yo involucro las redes sociales, Twitter específicamente con una etiqueta que es “#ROTURG” como de rotación de urgencias, y les indico algunos tweets, algunos temas y los estudiantes los desarrollan en hilos o en tweets, dependiendo de la temática.

Y eso me permite varias cosas, uno casi que obligarlos entre comillas, pero se vuelve un deleite, se vuelve un gusto porque es una nueva interacción en redes sociales y ellos se sientan a hacer un hilo y a pensar qué escribir y cómo escribirlo, y yo me retroalimento también de lo que hacen y ellos están haciendo algo diferente a la vez, amplían su conocimiento, los conceptos y se lo comparten a la comunidad en general. Y hemos tenido una experiencia muy interesante. Así que, desde el punto de vista de las clases remotas se nutrían de las redes sociales.

¿Consideras que hay alguna ventaja en esta situación de coyuntura que puedas destacar, cuál?

Creo que una ventaja de esta situación coyuntural es entender la nueva dinámica social que impone la tecnología y nuestros estudiantes están mucho más receptivos en este momento a recibir clases virtuales presenciales. Claro que ellos necesitan el contacto social. Claro que ellos necesitan estar con sus compañeros, en el caso de Medicina además necesitan venir a ver pacientes, necesitan ver a su profe hacer lo que hace.

Hay una cosa interesantísima en medicina, como yo le llamo, es como un “discipulado”, en el que el estudiante ve a su profesor como un ideal y el estudiante está aprendiendo todo lo que hace el profesor. Así que es más que una clase teórica en la que un estudiante mira cómo un profesor resuelve un ejercicio aquí, es un tema mucho más de arte, de empatía. No sé de otra forma decirlo, es una enseñanza que pasa de mano en mano. Entonces eso necesita nuestro estudiante.

Pero hay una parte, una gran parte del contenido de la enseñanza que sin duda alguna esta coyuntura nos demostró que puede ser virtual. Un encuentro puede ser virtual, sin dejar lo presencial ya que para nosotros lo presencial es fundamental, pero definitivamente esas clases magistrales de ciento y tantos estudiantes, esas clases grandes, en donde el profe era el centro del conocimiento y todos tenían que rendirse a escucharlo, esas clases deben empezar a desaparecer y debe darse ahora una interacción diferente, una dinámica nueva que desde la virtualidad también se logra.

¿Cómo asumiste desde lo familiar tu trabajo?

A nivel familiar muy duro, ya que soy parte de la primera línea aquí en el Hospital, pues soy el internista que está de lunes a viernes, en la urgencia de 7 a.m. a 7 p.m., definitivamente ha sido un reto en lo personal, en lo familiar y en lo laboral, en lo emocional, en lo espiritual, muy duro, pero que creo que la única forma de estar sacándolo adelante hasta este momento ha sido la fortaleza que he recibido de Dios.

Yo tengo una raíz espiritual profunda, una fe profunda en Dios y creo que es lo que me ha mantenido a flote en este tiempo, es el que me ha alimentado la esperanza y mi familia gracias a Dios ha estado muy bien y yo también he estado muy bien también, así que creo que eso ya es un pago suficiente por el esfuerzo al que nos hemos visto sometidos en este tiempo.

En cómo veo el futuro de mi trabajo, pues mi trabajo realmente se ha modificado mucho, pero yo creo que ya estoy habituado, después de seis meses, a todo este manejo de los elementos de protección personal, ritmo de trabajo, las limitaciones al llegar a mi casa y tener que cumplir el protocolo.

 

¿Qué conclusiones obtienes de todo lo vivido hasta ahora, qué mensaje te deja?

La percepción que me deja esta coyuntura en lo personal y profesional es que sí podemos y podemos con lo que se venga y tenemos la capacidad inclusive de hacer cosas mejores. Por eso pienso que necesitamos creernos ese mensaje y necesitamos creer en las capacidades que tenemos para salir adelante en situaciones tan adversas y cambiantes, tan inesperadas, que nos toman por sorpresa, pero que sabemos que podemos tener cómo responder.

 

“Somos resilientes, los estudiantes y los profes somos muy resilientes, somos resilientes porque nos hemos reinventado, porque nos hemos moldeado a la situación que nos han puesto y somos berracos, porque a pesar de eso hemos podido sacar adelante todo un programa ya básicamente de dos semestres. Un año lectivo completo lo hemos podido sacar adelante a punta de creatividad y estoy seguro de que todos los profes de Uninorte de alguna manera se han reinventado.".

 

Desde mi rol como docente, yo creo que de las cosas más importantes han sido una ponerme en los zapatos del estudiante. Desde todo punto de vista, desde el punto de vista familiar, desde el punto de vista emocional, desde el punto de vista académico, entender que es una dinámica diferente, que, si bien yo quiero un objetivo claro, quizás la manera de llegar a ese mismo objetivo, a ese logro, no puede ser la misma. En este tiempo, pero, pero al ponerme los pies del estudiante, yo tengo la capacidad de reinventarme como profe para lograr lo que yo quiero lograr. Y si tengo claro lo que quiero lograr, entonces voy a encontrar una manera diferente de hacerlo, porque la manera tradicional ya no la puedo emplear.

Pienso que tenemos unas capacidades docentes excelentes y la Universidad del Norte no se ha equivocado en dejarnos, en colocarnos a nosotros como profes de sus estudiantes y esa responsabilidad y esa confianza que se nos ha entregado desde la institución, estoy seguro, no la hemos defraudado en ningún momento, habiéndose sometido a esta situación tan difícil. Y bueno, creo que los profesores de Medicina tenemos un reto gigante.

 

“El reto de los profesores de Medicina es ser ejemplo. Es proveer de un entorno que permita hacer crecer a los estudiantes de medicina y hacerlo de una manera segura, en que nuestros estudiantes puedan tener todo el contacto que requieren para poder formarse como los excelentes médicos que formamos en la Universidad del Norte. Creo que definitivamente podemos hacerlo. Tenemos con qué hacerlo y estoy seguro de que cada uno de los profes de la División Ciencias de la Salud del Departamento de Medicina va a encontrar la forma de reinventarse en medio de esta pandemia, para llevar el mejor mensaje de la mejor manera, a través del mejor instrumento, para que sus estudiantes obtengan el mejor provecho de lo que les pueden presentar.".

 

 

Más noticias