Estudio compara modelo de aprendizaje basado en proyectos y la cátedra tradicional

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El profesor del programa de Relaciones Internacionales, Mario De La Puente.

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10 sep 2018

El aprendizaje basado en proyectos (ABP) es un modelo de enseñanza en el que los estudiantes adquieren conocimiento resolviendo problemas prácticos, usualmente fuera del salón de clases, y que, contrario al pensamiento popular, no resulta superior a la cátedra tradicional en la que el profesor dicta conceptos en el aula, según un estudio preliminar de Mario De La Puente, docente del programa de Relaciones Internacionales.

El académico buscaba averiguar si utilizando el método ABP en una de sus clases, sus estudiantes podrían aprender de manera más simple conceptos matemáticos que no suelen dictarse frecuentemente en esa carrera. En ese sentido, durante un año aplicó con distintos cursos de una misma clase los dos métodos de enseñanza: el ABP y la cátedra tradicional.

Según destaca De La Puente, si bien el ABP genera un ambiente propicio para que los estudiantes desarrollen competencias transversales como la autonomía, la resolución de problemas y el pensamiento crítico, no necesariamente su aplicación va a generar mejoras en dichas competencias o será superior a los métodos de enseñanza tradicional.

“Para que el ABP sea efectivo necesita de unos conocimientos y competencias previas por parte del estudiante. Por ejemplo: metodología de la investigación. Si un estudiante no sabe escribir una hipótesis, plantear un marco teórico o no sabe investigar, va a ser muy difícil implementar este tipo de métodos, porque al profesor le toca desde el inicio hacer una pausa, realizar las reestructuraciones necesarias e iniciar luego la clase. Entonces se pierde mucho tiempo y el ritmo del aprendizaje”, explicó.

En ese sentido, De La Puente destacó que el método ABP suele ser más efectivo en clases de posgrado, donde se asume que el estudiante ya tiene conocimientos previos sobre investigación y los conceptos que requiere para realizar proyectos y desarrollar competencias transversales.

Sin embargo, advirtió que el aprendizaje de los estudiantes no viene dado tanto por la implementación de un método, sino por la manera en que un profesor logra adaptar ese método a la realidad particular de un grupo de clase. “No todas las clases son iguales. Hay puntos del curso donde se necesita un acompañamiento constante por parte del profesor, sobre todo cuando se quieren aprender conceptos básicos de una rama del conocimiento en particular”, dijo.

Además, según los resultados encontrados hasta el momento, la empatía que el profesor que dicta la clase logra generar con sus estudiantes sin perder la rigurosidad en el proceso de enseñanza, al igual que el conocimiento que este tenga de su cátedra, impactarán de una manera positiva en el aprendizaje de los estudiantes. “Es decir, un curso se puede dictar de manera convencional mientras se mantenga la rigurosidad, pero se tenga en cuenta también que el estudiante no solamente aprende con conceptos académicos sino que también en el proceso se deben fomentar otras competencias de cara al mundo laboral y empresarial”, puntualizó.

En ese sentido, el docente destacó estos resultados preliminares, pero indicó que el estudio continuará agregando distintas variables que puedan confirmar en su totalidad este primer resultado. Es decir, que si bien la aplicación estandarizada del ABP podría llevar al desarrollo de competencias transversales y resultar entonces en un mejor método de enseñanza que la cátedra convencional, aún no hay ninguna garantía de que el ABP fomenta automáticamente el desarrollo de dichas competencias o facilita de mejor manera el aprendizaje.

Por Edwin Caicedo Ucros

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