Exposición invita a leer al cuentista Anton Chejov

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La profesora Adriana Rosas junto a una de las imágenes de la exposición.

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11 sep 2018

Con cómics inspirados en cuentos de Anton Chejov, la profesora Adriana Rosas y un grupo de estudiantes del taller de escritura creativa buscan atrapar la atención de todos los asistentes a la Biblioteca Karl C. Parrish para que se animen a leer a uno de los padres del cuento contemporáneo. Luego de una revisión de la extensa bibliografía, el grupo escogió cuatro cuentos del escritor ruso para ilustrar los momentos que consideraron más representativos. 

“Hay frases que son muy memorables que pueden ser las que te queden en el texto, que cuando termines, cinco o diez años después, puedes sentir que todavía calan en tu memoria”, contó Miguel Ortega, estudiante de décimo semestre de Ingeniería Electrónica y uno de los involucrados en la exposición que reposa en el primer piso de la Biblioteca. Junto a él también participaron César Mora y Glenys Castro, quienes seleccionaron los cuentos: El beso, Fracaso, La dama del perrito, y Vanka

“Chejov solo vivió 44 años debido a una tuberculosis que padeció, pero en este tiempo escribió cuentos y obras de teatro magníficas. Era médico y una persona muy sensible, y trataba de meterse dentro del ser humano y sus contradicciones, sin ser moralista, simplemente retratar lo que somos”, comentó la profesora Rosas. 

La exposición se realizó en el primer ciclo del taller Caminantes Creativos, asociado a Relata del Ministerio de Cultura, que lleva a cabo la docente los lunes de 1:30 p.m. a 3:30 p.m. en el salón I2-12. Rosas abrió el espacio desde 2010. En ese entonces se reunía en el barrio Las Flores con el propósito de que “la escritura se utilizara como un medio, un canal de liberación” para niños desplazados. Desde 2018 cambió la sede a la universidad. 

Una de las participantes es Jenniffer Crawford, asistente editorial de la revista Eidos del departamento de Filosofía, quien asiste regularmente al segundo ciclo que comenzó este semestre. “Estoy conociendo escritores y poetas contemporáneos y noto que al momento de escribir tengo nuevas herramientas para cambiar paradigmas”, detalló sobre algunos de los beneficios que ha visto desde su asistencia al taller.

Pablo Barrios, estudiante de octavo semestre de Filosofía, también comenzó a acudir al taller cuando este cambió de sede. “Me gusta el género de la novela de entretenimiento, más fácil de digerir, porque en mi carrera leo muchas cosas densas, complicadas, y siento que una lectura y escritura ligera sirve para ventilar la carga que me acumula el otro tipo de escritura”, puntualizó.

Juan Miranda Marañón, quien también realiza un taller en Puerto Colombia, aseguró que las clases le han traído una nueva emoción. “La escritura es un ejercicio de constante aprendizaje y de entusiasmo. He asistido a muchos talleres con el ánimo de aprender, pero también por la motivación que hay en una lectura compartida”, expresó.

La profesora Rosas manifestó que con espacios creativos como estos se busca volver al auge que hubo en la ciudad a mediados del siglo pasado, con el Grupo de Barranquilla, pero no solo desde la tradición masculina. “En narrativa, hay solo una mujer barranquillera reconocida a nivel nacional, Marvel Moreno, pero necesitamos que haya más escritoras con una producción literaria importante”, agregó la docente.

Por Leonardo Carvajalino

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