Gerardo Valencia y los “mamarrachos“ con los que innova la práctica docente

‘Una imagen vale más que mil palabras’. Para Gerardo José Valencia Villa, docente de Morfología en el departamento de Medicina de la Universidad del Norte, ese dicho popular se cimenta bajo una cultura audiovisual en auge, la necesidad de educar en un tipo diferente de comprensión, pero, sobre todo, por la forma cómo nuestro cerebro reacciona ante la realidad. Desde hace año y medio implementa una didáctica de aprendizaje en clase, basado en dibujos esquemáticos, o "mamarrachos" como les dice jocosamente, que le llevó este año a ser uno de los profesores distinguidos del Concurso de Innovación Pedagógica.

Su propuesta, denominada Dibujos Esquemáticos (mamarrachos) como base para el aprendizaje del lenguaje en clase, la cual presentó este año en el Congreso Iberoamericano de Histología, en Murcia, España, enseña conceptos y procesos del campo de la medicina a través de las imágenes creadas por los estudiantes y el profesor. Con ellas comparten representaciones, generan procesos reflexivos y definen saberes.

“Durante la evolución del hombre, creamos las letras, pero la imagen es lo primero que piensa el cerebro.  Por ejemplo, si yo digo yuca, lo primero que viene a tu mente es una imagen, que varía con la de otra persona. Alguien pudo pensar en yuca cocida, otro en la que está en la raíz, otro en la frita o incluso en un acordeón. Tu cerebro piensa de acuerdo a la imagen previa que ya tenga de eso”, argumentó Valencia, médico cirujano, especialista en Docencia Universitaria, magíster en Investigación Biomédica y doctor en Histopatología.

Su didáctica comienza con una preclase, en donde el estudiante recibe días antes las instrucciones de cómo tiene que responder las preguntas, a través de dibujos esquemáticos. Con estos, explican qué querían decir con cada una de las gráficas. Tanto el público como el profesor participan, siempre preguntando el por qué hasta que se llega al clímax, en el que los demás estudiantes y el profesor intervienen los dibujos realizados, tratando de contestar las preguntas que se hicieron previamente y armando un “mamarracho” definitivo de la clase o varios que modifiquen los anteriores. En la conclusión el profesor tiene más protagonismo porque aclara, resume y concreta los conceptos que debieron haber obtenido, a partir de los dibujos.

“Con este reconocimiento interpreto que vamos por buen camino. Gracias al Cedu y a esa política de nuestro decano, que nos pone a pensar en maneras nuevas de cómo hacer que el estudiante aprenda”, manifestó el Valencia, quien obtuvo el tercer puesto en la categoría Buenas Prácticas.

Por José Luis Rodríguez R.