“Hay que luchar por los sueños y no por las cosas”: Alexander Niño

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El profesor Alexander Niño llegó a Uninorte en 2015.

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01 abr 2019

“Cuando me gradué de la universidad pensaba solo en la rentabilidad del tiempo. Si me reunía con un cliente, cobraba por minuto. Me iba bien”, recordó Alexander Niño, profesor del departamento de Arquitectura y Urbanismo de Uninorte.

Veinticinco años después, las reuniones del profesor Niño con estudiantes no tienen ni hora ni precio. Durante su trayectoria, entendió que la meta era otra. “La felicidad no estuvo en encontrar el dinero, es en esos momentos en los que luchas por sobrevivir y logras tus metas. Eso es lo que uno tiene que ver, cómo luchar por los sueños e ideales y no por las cosas”, afirmó el docente.

Tenía 25 años cuando comenzó a trabajar con la comunidad de la localidad San Cristóbal, al suroriente de Bogotá. “Las personas usaban dos pares de zapatos al día: unos para salir de la casa y otros guardados en una bolsa, con los que iban al trabajo, que se colocaban cuando pasaban el barrizal”, contextualizó sobre el lugar en el que pasó años de su vida conociendo otra perspectiva.

Niño, actual coordinador de la Maestría en Urbanismo y Desarrollo Territorial de Uninorte, había firmado un contrato para realizar una intervención física del espacio con vías peatonales y convertir basureros en parques, que hasta el día de hoy sobreviven. No obstante, fueron las actividades de construcción de tejido social: el trato con la gente y la búsqueda de soluciones para los problemas propios de los sectores marginales de nuestro país, lo que lo “despertaron” a la realidad.

“Empecé a entender lo complejo que era la falta de recursos y de oportunidades”, reflexionó. Pronto, esos clientes a los que cobraba por minuto pasaron a ser sus aliados en programas que organizó para que la comunidad vendiera frutas y formara empresa. Dos veces a la semana el camión pasaba con tomates, guayabas y peras que comercializaban los habitantes de un barrio en San Cristóbal.

De este proyecto, el profesor Niño pasó a hacer parte de la academia, estuvo como profesor y luego director del Departamento de Arquitectura de la Pontificia Universidad Javeriana, su alma mater, “Allí me di cuenta que algo se puede hacer, si uno logra sensibilizar la consciencia y generar cambio en la gente”, aseguró sobre su paso de lo práctico a lo académico. Luego, en su paso por el Ministerio de Educación Nacional, tuvo la oportunidad de conocer a profundidad los programas de Arquitectura que se ofrecían a nivel nacional y a conocer más de la diversidad de los enfoques académicos de la arquitectura en el país. Posteriormente fungió como decano de la facultad de Artes en la Universidad Antonio Nariño y es elegido como presidente de ACFA, asociación de los programas de arquitectura, a la par que participa de la construcción de la prueba Saber pro de Arquitectura.

Para ese tiempo libró una batalla que, orgullosamente, ganó. Niño fue uno de los principales responsables para que Colciencias en 2014 reconociera la creación en artes, arquitectura y diseño como producción de nuevo conocimiento. Esa victoria lo trajo a Uninorte.

Niño organizó una gira por el país para comunicar la noticia en las diferentes regiones y para el Caribe. Esta universidad fue escogida para que dictara una charla. Durante el almuerzo de ese día, Fabián Amaya, director del departamento de Arquitectura y Urbanismo, le hizo la propuesta que le cambiaría la vida, no solo a él, sino a su familia: trasladarse a la capital del Atlántico para trabajar con el programa.

Cinco años después de haber aceptado esta oferta, Niño cuenta que la canción del Joe Arroyo, En Barranquilla me quedo, es “el himno” de su casa. Afirma que el cambio de Bogotá a Barranquilla, una decisión concertada junto a su esposa y dos hijos, ha reestructurado completamente su vida familiar para mejor. “Se nos solucionó la vida en cinco kilómetros. Poder ir a la casa a almorzar, a estar más tiempo con mis hijos y a cambiar ciertas cosas del imaginario del cachaco al costeño”, enumeró algunos de los beneficios.

Además, la relativa novedad del programa de Arquitectura, que fue abierto hace ocho años en Uninorte, es un reto que afronta con brazos abiertos. “Hay que arriesgarse. Si bien todos quisiéramos tener el reconocimiento tradicional, porque eso lo da la consolidación del tiempo, es interesantísimo ser jóvenes para empujar y cambiar cosas”, comentó.

La carrera ha aparecido en los resultados de las pruebas Saber Pro entre las 10 mejores del país y para Niño es cuestión de tiempo para llegar a ser la primera. “Disciplina, rigor y confianza, es lo que nos va a poner en la punta, ese es el camino en el que estamos como Escuela y como Universidad”, finalizó.

 

Por Leonardo Carvajalino

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