Henry Figueroa, una mente innovadora y alegre por siempre

Con su sonrisa inconfundible y su manera de ser desparpajada y alegre, Henry marcó los corazones de todos los que tuvieron el privilegio de conocerle, estudiar y trabajar a su lado. Su fallecimiento es una sensible pérdida para la comunidad uninorteña, especialmente, para el equipo del Laboratorio Álvaro Cepeda Samudio.

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Henry en el estudio de grabación del Laboratorio Álvaro Cepeda Samudio.

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22 jun 2021

Una salsita suave, muchas veces de Andy Montañez o Rey Ruiz, eran la antesala para iniciar una conversación en su oficina sobre cualquier tema institucional. Luego de explicar el título de la canción y mencionar los muchos logros de su hija, María Gabriela, Henry procedía a explicar cuál sería la ruta para poder acceder a esa petición: un correo, un formato por diligenciar, o cualquier otro.

Su carácter dicharachero, desparpajado y alegre hizo que siempre sobresaliera en el grupo de colaboradores del Laboratorio Álvaro Cepeda Samudio (antes Centro de Producción Audiovisual). Ese será su sello, el cual recuerdan quienes le acompañaron durante sus años de servicio.

María del Pilar Palacio, directora de Comunicaciones y Relaciones Públicas, expresa que “Henry fue nuestro fotógrafo por muchos años y luego trabajó en el archivo audiovisual”. Palacio Ríos relata que “muchas de las fotos de nuestra historia institucional, incluso las de muchos de nosotros, son del lente de Henry”.

Recopiló las portadas de El Heraldo en las que Uninorte había sido noticia durante toda su historia, dice la directora, un trabajo que fue su tesis de posgrado y alcanzó mayor visibilidad en el marco de la celebración de los 50 años de la Universidad. “Siempre se sintió muy orgulloso y así se lo reconocimos; lo recordaremos siempre noble, dispuesto y servicial”, manifiesta.

Jessany Herrera, profesional de Archivo del Laboratorio y quien fuera su amiga por más de 15 años, menciona -con la voz entrecortada- que “son muchas cosas por decir” de él. “Lo conocí siendo estudiante;  yo era muy inquieta, venía mucho al, entonces, Centro de Producción Audiovisual, y lo conocí, como una persona amante de la imagen, del gusto de la estética audiovisual y, sobre todo, fotográfica. Era una persona que ante todas las cosas vivía mucho lo que es el sentir de Uninorte”, dice Jessany, quien recuerda que el primer detalle que recibió el Día de la Madre fue una bandeja de fritos típicos, que llegó a su casa muy temprano, enviada por Henry.

“Henry deja un gran vacío, era una persona para la que ser uninorteño era parte de su día a día, le encantaba estar aquí (en Uninorte), le encantaba estar con sus compañeros, su trabajo, se conocía toda la historia”, dice y agrega, con un aire de jocosidad, que “muchas veces decíamos que ese era ‘El archivo de Henry’, porque uno le mencionaba un evento específico y él ya sabía dónde estaba”.

Quien fuera el archivista fotográfico del Laboratorio Álvaro Cepeda Samudio compartió todo su conocimiento y experiencia en la materia con sus compañeros. “Yo le decía: ‘tienes que capacitarnos’, porque -eventualmente- todos tenemos que tener esa información y así lo hizo”, menciona.

Primera grabación del programa 'Un Norte' - Estudio de Uninorte, 2008.

 

Alfredo Sabbagh, docente e investigador del departamento de Comunicación Social y Periodismo, destaca que “Henry era un ‘pelao’ inquieto, trabajador, muy acucioso, muy preocupado en esos momentos porque en el Centro de producción Audiovisual nos actualizáramos rápidamente a nivel tecnológico, con los equipos de cámaras, los software de fotografías”.

Para Sabbagh, hablar de Henry es hablar de una persona con la que “uno no se aburría”. Muchas son las anécdotas que ambos vivenciaron. Una de ellas, que no solo sacaba carcajadas a quienes pertenecían al grupo de trabajo sino hasta a extraños, tiene que ver con las aficiones deportivas del profesor.

“Yo soy hincha del Barcelona y del Junior. Como aquel Barcelona liderado por Pep Guardiola lo ganó todo y después el Junior fue campeón en el año 2010, vino Henry y tomó foto del Barcelona -para un cumpleaños mío- le quitó la cara a los jugadores y puso las caras de todos los que trabajábamos aquí”, dice riéndose y añade: “entonces, el cuerpo de Messi con la cara de Henry, el cuerpo de Iniesta con la cara mía, el cuerpo de Puyol con la cara de otro más, ¡éramos el ‘dream team’!”.

La broma no terminó allí. La foto fue firmada por todos los colaboradores del antiguo CPA, y cuando llegaba alguien que no pertenecía a la oficina, y observaba la foto sin mayor precisión, le decían que era original y que los jugadores, efectivamente, la habían autografiado. “¡Todos salían convencidos!”, dice Sabbagh sin poder contener la risa. “Siempre lo voy a recordar con mucho cariño y prefiero quedarme con la imagen de dicharachero, echador de cuento, ‘montador’, pero con muy buen ojo, y muy responsable, con ese Henry me voy a quedar”, puntualiza.

William Martínez, archivista audiovisual del Laboratorio, señala que “muchas personas que trabajaron con él lo recuerdan de los últimos cinco o siete años hacia acá, yo recuerdo a Henry desde los últimos veinte años, cuando él tenía veinte añitos y era la persona que más sabía de fotografía, era el chico innovador, que trataba mágicamente el Photoshop, y era la persona más divertida”.

Entre las anécdotas que recuerda William hay una especial: “en una oportunidad nosotros fuimos a grabar el Carnaval de Santo Tomás y fuimos 20 personas de la oficina porque transmitimos en directo; en el viaje de regreso, nos espichamos o nos varamos, algo ocurrió ese sábado en la noche, y nos quedamos en la Circunvalar a oscuras esas 20 personas que estábamos en el carro, y Henry se ha dedicado a echar chistes esa noche, esos son los recuerdos bonitos que tengo yo de él”.

Martínez Barrios quiere que recuerden a Henry como “la persona que fotografió y gestionó todos los recuerdos fotográficos que existen de la Universidad, todos los espacios, todos los rostros, todos los eventos”.

Ráfagas de fotos para asegurarse que era el mejor plano, que no faltaba nada, que no habría contratiempos posteriores y que la memoria de aquel momento estaría viva por siempre, era la pasión de Henry. Una pasión que, así como los momentos que capturó con su lente, también quedarán vivos en los corazones de toda la comunidad uninorteña.

Por: Lucía Avendaño Gelves.

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