III Simposio de Enfermería exhorta al cuidado humanizado en las UCI

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Elizabeth Vargas, profesora de la Universidad Nacional, durante su presentación en el Simposio.

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05 sep 2017

Por las condiciones de aislamiento en las que se encuentran y otros aspectos relacionados con su enfermedad, los pacientes internados en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) pueden sentir estrés, angustia, soledad e incluso llegar a deprimirse. Los profesionales de Enfermería lo saben y buscan minimizar estas situaciones a través del cuidado humanizado, un enfoque en el que les brindan acompañamiento, explicaciones claras de su estado de salud y un trato más digno.

Para crear un espacio de actualización y análisis sobre las necesidades de adultos y neonatos en cuidados intensivos, el pasado viernes, 1º de septiembre, se realizó el III Simposio de Enfermería en Cuidados Críticos, que trató la temática Enfermería, ​líder en la gestión del cuidado humanizado: más allá de la tecnología.    

El evento fue organizado por el Departamento de Enfermería. Su directora, Juana Borja, ofreció unas palabras durante el acto de apertura, y alentó a ofrecer un cuidado distinto y un uso apropiado de las tecnologías para la salud.

“Es una invitación adicional a pensar en que la UCI es un espacio de tecnología que acompaña el conocimiento y que nos debe permitir unirnos a los familiares de los pacientes, a la condición digna, y al acompañamiento humano”, afirmó Borja.

En esto coincidió el mensaje enviado por Diana Achury, coordinadora general de la Red Internacional de Enfermería en Cuidados Críticos (REINECC), quien comentó que, aunque en ocasiones los avanzados equipos tecnológicos pueden “desplazar el componente humano en el cuidado del paciente”, los enfermeros deben desarrollar competencias para ofrecer un trato “humanitario y moral”.

Relación del personal de Enfermería con la tecnología

Este tema se amplió posteriormente en la primera conferencia del Simposio, titulada  La experiencia de cuidar en escenarios altamente tecnificados, impartida por Elizabeth Vargas, profesora de Enfermería en la Universidad Nacional y actual estudiante del Doctorado en Comunicación Social de Uninorte.

Vargas inició destacando características generales de las Unidades de Cuidado Intensivo en los hospitales, lugares en los que la tecnología de avanzada se convierte en una herramienta de trabajo para darle mejores condiciones de vida a los pacientes, pero resaltó que ocasionalmente el personal de Enfermería puede destinar su atención a la revisión de maquinas y monitores, y no en ofrecer un cuidado humanizado al enfermo.

“En la actualidad parece que le diéramos un mayor valor a las maquinas, que pueden crear un conflicto de intereses en estos ambientes cuando queremos lograr la cura a costas del confort de los pacientes; pero el cuidado no se debe enfocar en el ambiente tecnológico que lo rodea, sino en ver cómo este puede usarse para mejorar dicho cuidado”, manifestó.

Explicó que aunque diferentes investigaciones han retratado las experiencias de los internos en las salas de UCI, resulta necesario documentar las vivencias del personal de Enfermería. Conocer las situaciones que atraviesan en sus jornadas para entender cómo puede mejorarse el cuidado que brindan y su relación con la tecnología. Es por eso que Vargas detalló una investigación conducida por una de sus estudiantes de pregrado, en la Clínica Shaio de Bogotá, donde entrevistó a 14 enfermeros para conocer como ellos percibían su trabajo diario en la UCI.

El trabajo reveló que entre los principales limitantes para ofrecer un cuidado humanizado se encuentran la rutina, que les hace perder la capacidad de análisis y humanización; otra es la cantidad de pacientes que tienen. El estudio también evidenció que los enfermeros encuentran aspectos positivos en sus jornadas como infundirle confianza al paciente, a través de conversaciones para disminuir su ansiedad. También volverse un soporte para ellos y sus familias. “Trabajar en la unidad es difícil, pero al mismo tiempo es muy gratificante. Saber que uno hizo parte de ese proceso de recuperación es muy agradable”, dijo una de las entrevistadas.

En cuanto a la armonización entre el cuidado y la tecnología, los participantes acordaron que a veces esta puede deshumanizar el trato, pero que es un elemento necesario para brindar ayuda al paciente crítico. “Ellos tienen claro que quien cuida no es la maquina, sino que es una herramienta que permite mejorar las acciones del cuidador”, expuso Vargas, agregando que “la tecnología es un puente para ofrecer mayor control sobre los cambios de salud del paciente y es esencial para el cuidado oportuno”. 

Por María Margarita Mendoza

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