Inducción pregrado de Filosofía

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Juan Manuel Ruíz, docente del nuevo programa de Filosofía y Humanidades, durante la conferencia inaugural.

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30 ene 2015

"La filosofía y las humanidades nos permiten afinar nuestro pensamiento para que el mundo no nos sea indiferente". Así lo aseguró Juan Manuel Ruíz, docente del nuevo programa de Filosofía y Humanidades, durante la conferencia inaugural que dio inicio oficial a las clases del pregrado para los estudiantes de primer semestre, el jueves 29 de enero. 

El evento contó con la presencia del rector Jesús Ferro Bayona, el vicerrector académico Alberto Roa y el decano de la División de Humanidades y Ciencias Sociales, José Amar, y con la asistencia de docentes del Departamento.

El texto leído por Ruiz contó con una mezcla de citas de grandes filósofos, poetas y autores de todos los tiempos, como Dante Alighieri, Hannah Arendt, Marcel Proust, Martin Heidegger, entre otros. Todos con un común denominador: la invitación a utilizar la facultad del hombre de pensar.

"La actitud que aspiramos despierten a lo largo de sus estudios de Filosofía y Humanidades consiste tal vez en que adquieran la capacidad de pensar continuamente en sus pasos dados, pues solo así alguien puede darse cuenta si tiene algún sentido el camino que ha recorrido", expresó Ruiz durante su intervención. 

Hablar de camino para referirse a la vida implica ya pensar, buscar una coherencia en lo que a lo largo de los días vividos hayamos hecho. Por eso, "la idea de fondo para quien estudia Filosofía y Humanidades no radica solamente en apropiarse de una cultura libresca, reside ante todo en mantener viva a todo momento la capacidad de interrogarse a sí mismo, y esto para preguntarse cosas tan aparentemente banales como ¿tiene sentido lo que hago?", agregó Ruiz.

En su lectura el docente también hace referencia al tercer canto de la principal obra de Dante Alighieri: ‘La Divina Comedia', allí se cuenta cómo antes de llegar al primer círculo del infierno se encuentra un vestíbulo reservado para los indiferentes hacia la vida, donde Dante da su primera conclusión.

"Los indiferentes son más despreciables para él que los mismos malvados, pues estos al menos se orientan por el deseo sin pensamiento, es decir el deseo ciego, se las arreglan para satisfacerlo. De alguna manera usan su cabeza, pero los indiferentes del vestíbulo, mientras estaban vivos, ni pensaban ni usaban sus facultades espirituales para satisfacer sus deseos, y esta característica los hace a los ojos de Dante terriblemente despreciables", señaló Ruiz.

Cita a Dante para entender su visión de la indiferencia frente a la vida. Él le hace un llamado a la humanidad para que la gente no se quede confortablemente instalada en la desorientación de la que parte todo ser humano que empieza a vivir. 

Seguidamente analizó a Hannah Arendt, quien en su obra ‘Eichmann en Jerusalén' dice que el mal es la negligencia respecto a la facultad de pensar, de allí su expresión de ‘banalidad del mal'. En Arendt el mal consiste en pronunciar palabras y realizar actos sin tener en cuenta las implicaciones de estos y por ende la responsabilidad a su respecto.

"Nosotros en esta región tenemos muchas riquezas culturales, riquezas folclóricas, el filósofo uninorteño podrá aportar que esas riquezas se lleven al nivel de la reflexión, puedan hacer que se profundicen y que no queden en el campo meramente de la exhibición", fueron las palabras del rector Jesús Ferro, refiriéndose al aporte que harán los filósofos uninorteños a la región.

Para Yojan Murcia, estudiante de primer semestre de Filosofía y Humanidades, ganador de media beca en el concurso "Pienso y luego gano", la filosofía no es para todos. "Cuando uno estudia filosofía siente una pasión por algo, siento que al leer un texto estoy descubriendo algo nuevo, siento que cada página es un universo nuevo".

Esas mismas obras a las que hace referencia el estudiante, son las que asegura Ruíz, definen el propósito de estudiar filosofía.

"Nada potencia más la actitud filosófica y nada sirve más para escapar a la indiferencia dantesca que estudiar las grandes obras de la filosofía, de la literatura, del arte y de las humanidades en general. La Universidad es un lugar propicio para ello. La filosofía y las humanidades nos permiten afinar nuestro pensamiento para que el mundo no nos sea indiferente. Es más, si ustedes van a estudiar Filosofía y Humanidades es porque en el fondo de ustedes ya algo les dice que el mundo y la vida les incumbe profundamente, es decir, que merecen ser pensados atentamente", concluyó.

Por: Daniel Cueto

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