Inmunoterapia contra el cáncer, el gran merecedor del Nobel de Medicina

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Los investigadores galardonados James P. Allison y Tasuku Honjo.

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03 oct 2018

El premio Nobel 2018 de Fisiología o Medicina fue otorgado a los científicos James P. Allison y Tasuku Honjo por sus “descubrimientos en terapias contra el cáncer por la inhibición de la regulación inmune negativa".

El cáncer “comprende una serie de enfermedades caracterizadas por la proliferación descontrolada de células anormales que se disemina en tejidos y órganos sanos”, y aunque existen numerosos enfoques para su tratamiento, los tumores más avanzados son difíciles de tratar. Por esa razón, la comunidad científica siempre ha buscado la posibilidad de potenciar el sistema de defensa del cuerpo para que destruya las células anormales. 

Con el trabajo de los galardonados científicos –informó este 1 de octubre la Asamblea Nobel del Instituto Karolinska de Estocolmo, Suecia– se pudo “identificar las proteínas que funcionan como un freno en las defensas del organismo para enfrentar el cáncer, al punto que generaron la posibilidad de que al retirar estas sustancias se podían atacar los tumores con mayor eficacia”.

“La inmunoterapia es todo procedimiento que utiliza moléculas o células que usa el sistema inmune en su operación normal, empleándose en el tratamiento de distintas enfermedades. En este caso la razón del premio es porque la aplicación que ellos encontraron permite neutralizar moléculas inhibidoras que adormilan las defensas del organismo y permite a los linfocitos T (un tipo de glóbulos blancos) desencadenar respuestas de defensa”, explicó Homero San Juan, profesor investigador de la división de Ciencias de la Salud de la Universidad del Norte y PhD en Inmunología. 

En los años 90 Allison comenzó a estudiar la proteína llamada CTLA-4, que impide que los linfocitos T combatan a determinadas células. La idea se plasmó en el desarrollo de anticuerpos que inhiben la proteína y demostró alta efectividad contra tumores en ratones. Los resultados consolidaron la base de ipilimumab, el primer medicamento oncológico contra el melanoma metastásico, aprobado en 2011.

"Yo no me propuse estudiar el cáncer, sino entender mejor la biología de los linfocitos T, esas células asombrosas que viajan por nuestro cuerpo y nos protegen de las enfermedades. Es un privilegio conocer a pacientes tratados con éxito con inhibidores de punto de control porque son la prueba viva del poder de la ciencia básica", dijo Allison en un comunicado.

Honjo descubrió en 1992 un mecanismo que limitaba la acción del sistema inmunológico a través de la proteína PD-1, y enfocó su trabajo para fortalecer la capacidad de defensa del organismo, bloqueando sus receptores o sitios donde actuaba. En pocas palabras, los investigadores quitaron los frenos del sistema inmunológico contra el cáncer y fortalecieron sus aceleradores.

“Este premio puede motivar a otros investigadores a continuar en su camino. Durante este siglo llegará el día en que el cáncer ya no será una amenaza, al igual que las enfermedades infecciosas. Lo que Alisson y yo hacemos se complementa. (...) Creo que es la mejor combinación posible, desde mi punto de vista”, afirmó el científico nipón tras conocer la noticia del premio.

De acuerdo con San Juan, este año los investigadores fueron distinguidos porque demostraron que su concepto soportó el paso del tiempo y sus aplicaciones son reales dentro del concepto de la ciencia. “En conclusión, no es tanto qué tiempo demora el reconocimiento de la idea, sino que la política que utiliza la Fundación Nobel reconoce cuando ya el concepto ha sido totalmente confirmado, es verídico”, enfatizó.

Por José Luis Rodríguez

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