Investigadores compartieron estudios y avances sobre la ingeniería sísmica en Latinoamérica

La Red Colombiana de Investigación de Ingeniería Sísmica organizó el primer encuentro con expertos en el tema de América Latina. En las 24 ponencias que hicieron parte del evento las discusiones se centraron en el estado de los países de la región frente a la actividad sísmica, en aspectos como ingeniería estructural, gestión de amenaza y riesgo sísmico, y geotecnia e ingeniería sísmica.

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El investigador Sergio Alcocer durante la presentación de apertura.

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26 jun 2020

La Red Colombiana de Investigación de Ingeniería Sísmica, CEER (Colombian Earthquake Engineering Research Network), fundada por ingenieros expertos en ingeniería sísmica de la Universidad del Norte, la Escuela de Ingeniería de Antioquia, la Universidad de Medellín y la Universidad Militar Nueva Granada, organizó el primer Encuentro Latinoamericano de Investigadores en Ingeniería Sísmica – ELVIIS 2020, transmitido por el canal Uninorte Académico.

La jornada, que se desarrolló el 24 y 25 de junio, tuvo como propósito presentar a la comunidad de ingenieros todos los avances en el estado del arte sobre la investigación en ingeniería sísmica, estrechar lazos de amistad en la región con profesionales interesados en esta área de estudio y conformar grupos de investigación en torno a temáticas y problemáticas de interés, que requieran solución en los países.

En total, se presentaron 24 ponencias públicas a través de tres sesiones: Ingeniería estructural, Gestión de amenaza y riesgo sísmico, y Geotecnia e ingeniería sísmica. Al final de cada jornada se realizaron encuentros de investigación cerrados, donde los investigadores decidieron los temas a profundizar para avanzar esta iniciativa y poder seguir presentando en los próximos años avances sobre las investigaciones.

Para Carlos Alberto Arteta, profesor del departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de Uninorte y presidente de la Red, es un sueño hecho realidad haber convocado a los investigadores de Latinoamérica y evidenciar que hay un grupo de profesionales que tiene muchas ganas de avanzar el estado del arte de la ingeniería sísmica en la región y tiene un nivel de preparación que les permite mostrar resultados.

“En Latinoamérica el capital humano está lo suficientemente preparado en esta materia. Con esto queremos hacer un llamado a los gobiernos para que hagan inversión en ingeniería sísmica, pues cada dólar invertido en investigación de ingeniería sísmica son 5 dólares que se recuperan en el momento que ocurra un siniestro”, puntualizó el docente Arteta.

Primera jornada

La sesión de apertura estuvo a cargo de Sergio Alcocer, profesor investigador del Instituto de Ingeniería de la Universidad  Nacional Autónoma de México, doctor en Ingeniería, quien presentó su ponencia ‘Desarrollo de las capacidades para aumentar la resiliencia sísmica - El caso mexicano sobre la rehabilitación de estructuras’.

Durante su exposición se refirió a los sismos de 2017 y el ocurrido el 23 de junio de este año en México, lecciones sobre rehabilitación estructural y algunos resultados de proyectos en curso en esta área de estudio. Indicó que México como federación no tiene un reglamento nacional de construcción y que, por el contrario, sus 2446 municipios podrían expedir un reglamento propio.

Para fines de diseño sísmico, México está dividido en cuatro zonas de peligrosidad sísmica. Las dos de mayor peligrosidad cubren una parte extensa del territorio nacional que, sumado con la zona sísmica moderada, cubre prácticamente un 90 % de la población.

Las lecciones aprendidas de esta nación, en materia de evaluación y rehabilitación estructural, tras los sismos de 2017 es que no cuenta con normas, guías y manuales de evaluación sísmica y de rehabilitación estructural.

 

 

“Se hizo un esfuerzo importante por parte de diferentes grupos para evaluar las estructuras, sin embargo se hicieron con diferentes protocolos y metodologías que arrojaron después un problema serie al momento de decidir en torno a las demoliciones y la rehabilitación de las estructuras. Es por eso que varios grupos estamos trabajando con la Agencia del Gobierno Federal, en materia de escuelas, en estudiar edificios en la Ciudad de México que han sido objeto de rehabilitación”, argumentó Alcocer, presidente de la Academia de Ingeniería de México.

Advirtió que el entendimiento de la dimensión social del riesgo y la resiliencia sísmica es fundamental, porque cuando se habla de resiliencia se habla de una visión comunitaria, de una estructura social que debe adaptarse, para lo cual los edificios deben tener características que le permitan a la comunidad también ser resiliente.

“El principal reto que tenemos en México es reducir las irregularidades de los proyectos. Para los edificios nuevos es hacer una consciencia cada vez más amplia, sobre todo en los arquitectos, de que las irregularidades tienen un costo en el desempeño de las estructuras, y no me refiero a un costo económico sino a un pobre desempeño. Este mismo problema lo tenemos en las estructuras existentes que ya tienen incorporadas esas irregularidades, a la par de haberse hecho con materiales no muy competentes, o bien de no tener un adecuado mantenimiento", concluyó el experto.

Por José Luis Rodríguez R.

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