“La ciencia, el mejor estilo de vida que puede haber”, Jaime Escobar

Para este profesor del departamento de Ingeniería Civil y de Geología, la investigación científica es la forma más apasionante, emocionante y clara de intentar conocer el mundo. Y son precisamente esas ganas de comprender mejor el funcionamiento del plantea las que lo han motivado a llevar a cabo las diversas investigaciones que lo hacen este año merecedor de la Orden al Mérito Científico, otorgada por la universidad.

Ingeniero ambiental, con una maestría en Geología de la Universidad de la Florida, un doctorado en el departamento de Ciencias Naturales de la misma institución y un posdoctorado del Instituto Smithsonian, el principal enfoque de Escobar es el estudio del cambio climático y ambiental en las zonas tropicales a diferentes escalas de tiempo. Para esto utiliza diversas técnicas analíticas, como la micropaleontología, la geoquímica y la sedimentología.

Normalmente, vive inmerso en una variedad de proyectos. El “más cercano a casa”, como el mismo lo llamó, es un estudio de núcleos de sedimento en algunas lagunas costeras del Caribe colombiano, con el que pretende ver cómo ha cambiado este ambiente en los últimos 10 mil años. Así mismo, se encuentra en curso de hacer otras reconstrucciones climáticas en los lagos de alta montaña en la cordillera central y oriental del país, en la Atla Guajira e incluso en Perú y Panamá.

Otra de sus investigaciones destacadas es la expuesta en la revista Intellecta, revista científica de la universidad, en la que analiza los sedimentos del lago de Tota, el más grande del país, para conocer el clima del pasado en esa zona y así proyectar su futuro ambiental. Esta investigación la viene realizando en conjunto con investigadores de la Universidad de Indiana-Perdue, la de Minnesota y la de Cincinnati en Estados Unidos, y a nivel nacional con la Pedagógica y Tecnológica de Tunja.

De acuerdo con Escobar, la investigación y la docencia generan una retroalimentación que siempre se debe dar y que el escenario ideal es el de enseñar lo que se investiga. “Cuando uno ha tenido tantas oportunidades para educarse, es una responsabilidad social generar conocimiento de alta calidad a través de la ciencia y el método científico y entregarlo a las nuevas generaciones”, dijo.

Igualmente, considera que la pasión por la ciencia es algo que todas las personas tienen dentro de sí mismas pero que hay que cultivarla desde la niñez. “Yo fui bastante de buenas en ese sentido porque crecí en un ambiente en donde nunca me negaron nada relacionado a esa pasión de conocer. Tuve un acercamiento constante con la naturaleza, con el conocimiento. Yo creo que todos los niños son científicos pero que los adultos podemos hacer que pierdan esa pasión”, expresó.

Para Natalia Hoyos, docente del departamento de Historia y Ciencias Sociales y esposa de Escobar, a este “la investigación es lo que lo mantiene andando”. Dijo que esa pasión se ve reflejada en que siempre tiene ideas sobre nuevos proyectos y formas de divulgar la ciencia y en que persiste hasta lograr hacer realidad sus ideas, a pesar de las dificultades logísticas, de financiación y administrativas que se puedan presentar.

“El está convencido de que es necesario hacer ciencia de calidad sin importar el sitio donde uno esté”, afirmó Hoyos, y agregó que otra de sus cualidades es su capacidad para decir las cosas tal como son. “Cuando identifica una oportunidad de mejora se siente en la obligación de expresarla sin importar las consecuencias. Esto es poco común en nuestro medio y muy necesario si se quieren buscar procesos de mejora en el largo plazo”, dijo.

El reconocimiento a Escobar se realizó en el marco de la ceremonia al Mérito Docente, que se llevó a cabo en la mañana del jueves, 3 de noviembre. La Orden al Mérito Científico se entrega a docentes con una importante labor en el campo de la investigación y la ciencia con reconocimiento a nivel nacional e internacional.

Por Oriana Lewis