La conexión entre la música y la física cuántica

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El doctor en dirección de orquestas, Julián Gómez, en compañía del director del departamento de Música de Uninorte, Julián Navarro.

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08 jun 2016

A través de los conceptos de música y física cuántica, Julián Gómez ha podido ampliar su visión del mundo. Este colombiano, doctor en dirección de orquestas, explicó que no ha recibido una formación previa en física, ya que es más bien un interesado en los temas relacionados a esta. “Soy un apasionado por el conocimiento en cualquiera de sus formas”, afirmó.

Gómez es también compositor y desde hace 20 años reside en Estados Unidos, en donde actualmente es profesor asociado en Easter Washington University. Él manifiesta que allí intenta transmitirles a sus estudiantes teorías y conceptos cuánticos; ideas que parecerían tener poco que ver con la música, pero que a su juicio están fuertemente relacionadas.

“Hay una conexión muy directa entre la música y la física cuántica. La música es frecuencia, es vibración, es energía y en la física encontramos esto continuamente”, manifestó el educador y agregó que con conocimientos musicales apoyados en la física “se pueden tener coros que afinen mucho mejor y hacer conciertos con ideas totalmente distintas en la mente”.

Para compartir sus conocimientos y reflexiones acerca de esta relación, Julián Gómez fue invitado el pasado viernes 27 de mayo a la Universidad del Norte, a impartir el taller titulado “Conexión cuántica en música y su proyección en entrenamiento auditivo y dirección”.

La actividad, que fue gestionada desde el departamento de Música, estuvo abierta a estudiantes de distintos semestres académicos, quienes escucharon atentamente las explicaciones que Gómez ofreció con base en lo publicado por científicos y expertos.

Las temáticas iniciales estuvieron relacionadas con átomos, partículas y teorías como la de cuerdas, que es un modelo físico con el que se busca explicar la naturaleza de la materia; plantea también que todo está compuesto por cuerdas o filamentos que vibran en indeterminadas dimensiones.

“Lo más diminuto que se puede concebir son vibraciones de cuerdas, que vibran como las de un chelo o un violín. Es música, es armonía, es una conclusión apabullante y bella: en esencia todo y todos somos música”, expresó el profesor.

Tras planteamientos como este, integró en su intervención conceptos de vibración y frecuencia aplicados al solfeo, la dirección de orquesta y al entrenamiento auditivo. Según su experiencia, este ha ayudado a muchos de sus estudiantes a desarrollar “oído absoluto”, que es la capacidad de identificar o producir una nota musical sin necesidad de una referencia.

Posteriormente, el experto realizó una serie de ejercicios de respiración, tonalidad y escalas con los asistentes para poner en práctica lo aprendido. “El entrenamiento auditivo también es comunicación de ondas de energía, de vibración de música, de hercios y allí la conexión directa con la física es clara”, argumentó.

Con este taller y su paso por la universidad, el profesor Julián Gómez buscó compartir nuevas perspectivas e ideas que enriquecieran la creación musical de los asistentes.

Por María Margarita Mendoza

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