La experiencia científica de rastrear el clima del pasado en la Alta Guajira

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Equipo de investigadores que participó en la expedición científica a la Alta Guajira.

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01 mar 2016

Explicar cómo se desarrolla el trabajo de campo para una investigación en una zona distante, fue uno de los propósitos del investigador Jaime Escobar durante su charla, el jueves, 26 de febrero, "Reconstrucción de climas del pasado: Experiencias de campo en La Guajira". La actividad formó parte de programación de Mapukeando, que el Museo Mapuka realiza el último jueves de cada mes.

Escobar, quien es docente del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental, así como director del Instituto de Desarrollo Sostenible de la Universidad, dio detalles sobre sus experiencias e investigaciones en La Alta Guajira, lugar en el que él y su equipo han realizado ya cuatro trabajos de campo; el último de ellos fue en el 2014, y contó con la participación de otros docentes como Natalia Hoyos, María Cristina Martínez y Juan Camilo Restrepo. De igual manera el proyecto obtuvo el apoyo y financiamiento de la Universidad.

Una de las principales motivaciones detrás de esta investigación fue comprender el árido ambiente de La Guajira, cómo este reacciona ante los cambios climáticos en diferentes escalas de tiempo y de qué manera estos afectan los ecosistemas que existen en cada respectivo periodo.

"Creo que esta investigación no podría caer en mejor momento, porque todos conocemos los problemas ambientales que está sufriendo La Guajira con el fenómeno de El Niño", manifestó Escobar.

El investigador dio a entender que para comprender el estado presente y futuro de un ecosistema, se debe conocer cómo funcionaban sus sistemas climáticos en el pasado, es decir, antes de la presencia del hombre.

Para tal propósito los expertos emplean distintos métodos de estudios geológicos y paleontológicos, dependiendo del periodo en el que estén interesados: pueden recurrir al análisis de rocas y fósiles para escalas de tiempo de millones de años atrás, o estudiar núcleos de sedimento para escalas de miles de años. Dichas técnicas permiten vislumbrar cuál ha sido el cambio climático que han experimentado ciertos sectores de La Alta Guajira a lo largo de distintas épocas.

Los trabajos de campo de este proyecto se centran actualmente en un periodo llamado Mioceno medio, que tuvo lugar entre 18 y 14 millones de años atrás. El terreno donde se realizan sus exploraciones es el mismo que en una era diferente, hace 57 millones de años, albergó a gigantescas especies de reptiles prehistóricos, entre ellos a la Titanoboa.

Por este y otros hallazgos, el experto considera que en el pasado el paisaje desértico que hoy caracteriza a ciertas zonas de La Guajira, pudo haber sido distinto, y estar cubierto por diversas fuentes hídricas, así como una amplia vegetación.

"Lo que hemos encontrado es que hace mas o menos 2,5 millones de años, el ecosistema de La Guajira era muy diferente al que está actualmente. Por los animales que vivieron en la época se necesitaban ecosistemas que tuvieran grandes ríos que no se secaran para albergar a esas especies", explicó Escobar, quien también manifestó que el siguiente paso en su investigación es determinar cuando ocurrió exactamente este cambio y si la aridificación actual fue provocada por causas naturales, por la acción del hombre o por una combinación de ambos factores.

En adición a esto y como parte de en una nueva etapa del proyecto investigativo, el profesor Escobar, junto a los profesores Juan Camilo Restrepo y Natalia Hoyos, analizan los cambios del clima y la vegetación en La Guajira, en las épocas de mayor y menos pluviosidad, basándose para ello en datos obtenidos de estaciones meteorológicas e imágenes satelitales.

Esta información complementará la obtenida en su trabajo de campo del 2014, cuyos resultados preliminares ya han sido publicados en diferentes revistas científicas. Dichas publicaciones a su vez han sido consultadas por un amplio número de investigadores y estudiantes internacionales, quienes han realizado visitas a la universidad para estudiar los resultados y emplearlos en sus propios proyectos.

Es por esto que el profesor Jaime Escobar afirmó que otro aspecto importante es que el repositorio final de todo resultado o material hallado en estas exploraciones, será la Universidad del Norte. "El lugar de curación y cuidado de cualquier cosa que descubramos, rocas o fósiles, va a ser la universidad. Esto es muy importante porque la convierte en un referente; se va a convertir en el eje central de la paleontología en el Caribe", expresó el investigador.

Por María Margarita Mendoza

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