La felicidad en el trabajo: ¿utopía o necesidad?

El 28 de febrero, Rafael Moñino Ramírez, especialista en temas de recursos humanos, ofreció una charla sobre un tema que ha cobrado especial relevancia en la actualidad: la felicidad en el trabajo. El conversatorio fue la cuarta edición ‘Café con Propósito’, un espacio organizado desde la Dirección de Especializaciones, para el diálogo entre pares sobre diferentes temas relacionados con la actualidad de la academia. 

Para el invitado, la clave se encuentra en llegar a lo que llamó un estado de ‘flow’, o de equilibrio. Para lograrlo en un ámbito laboral, Moñino citó cinco características necesarias, haciendo referencia al trabajo de Mihaly Csikszentmihalyi, profesor de psicología en la Universidad de Claremont, que propuso la teoría del flujo.

En primera instancia, el trabajador debe tener un objetivo claro y, segundo, tener un enfoque en esa meta. En tercer lugar, señaló que debe haber una retroalimentación con los superiores para que el empleado esté en la capacidad de aprender sobre el camino las diferentes tareas a realizar. Cuarto, debe haber un equilibrio entre el nivel de habilidad que posee la persona y el desafío que conlleva la labor, y por último, la actividad le debe parecer intrínsecamente gratificante al trabajador. 

Argumentó que está claro que los empleados felices son más productivos y que hoy más que nunca, este estado de ánimo en el trabajo debe ser el futuro de la empresa y no una utopía. Médicamente se ha visto que personas felices, o que tienen menos secreción de cortisol y adrenalina en su sistema, tienen una mayor resistencia a las enfermedades, sufren menos accidentes laborales, y los aqueja en menor medida la fatiga. Así también, la felicidad del empleado significa mayor fidelidad hacia la empresa y retención del capital humano. 

Estrategias como las empleadas por gigantes como Google ayudan a la felicidad en el trabajo, según el invitado, puesto que se piensan tanto en aspectos mentales como físicos. “Hay espacios para compartir, donde no hay que subir ni bajar escaleras, hay ascensores y rodaderos. Ahí van fluyendo las energías, van haciéndose espacios de encuentros y todo eso es lo que nos va a ir permitiendo lo que llaman hoy en la psicología positiva, el ambiente que me facilita elegir, hacer, fluir”, dijo el magíster en dirección de recursos humanos de la Universidad de San Pablo en Madrid. 

Moñino señaló que la meta de vida de cada una de las personas es ser feliz y, en ese sentido, el concepto cambia de acuerdo a las percepciones individuales. Por ello, la responsabilidad no yace exclusivamente en que la empresa haga feliz al empleado, sino que se trata de una relación de doble vía para lograr el equilibrio. 

Por Leonardo Carvajalino