La importancia de la seguridad hídrica en tiempos de cambio climático

Los docentes e investigadores de la Universidad de Arizona, Christopher Scott y Stephanie Buechler, estuvieron en Uninorte el 6 de noviembre para contar sobre las lecciones aprendidas de la experiencia vivida en su estado.

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Durante la intervención de Christopher Scott, docente de la Universidad de Arizona, en Estados Unidos.

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08 nov 2019

El agua es quizás el bien más preciado de la humanidad: un futuro sin seguridad hídrica es un futuro que no incluye a nuestra especie. Por ello, la labor de asegurarse de que haya una provisión suficiente de agua cuantitativa y cualitativamente aceptable para producir los bienes y servicios necesarios para nuestra subsistencia no es solo de los especialistas sino que también requiere una voluntad política. 

Precisamente, este fue el tema del conversatorio que organizó el departamento de Historia y Ciencias Sociales, llamado En busca de seguridad hídrica: Diálogos Ciencia-Política en el continente americano, que se llevó a cabo el 6 de noviembre en el salón 25G2 del edificio de posgrados. Las charlas estuvieron a cargo de los docentes e investigadores de la Universidad de Arizona, Christopher Scott y Stephanie Buechler, quienes a través de estudios de casos en su estado de origen trazaron un paralelo a lo que pudieron observar del contexto colombiano, específicamente en la Sierra Nevada y la Ciénaga Grande. 

Scott explicó que el estado de Arizona, de clima desértico, depende económicamente hablando de la infraestructura hidráulica. Una correcta distribución y bombeo ha acompañado al crecimiento económico y demográfico del estado en ciudades como Tucson, que duplicaron su número de habitantes (de 500 mil a 1 millón) en unas pocas décadas. 

Frente a la situación en el Magdalena, el investigador identificó que existe una carencia de infraestructura hidráulica que está directamente ligada al subdesarrollo económico. Sin embargo, analizó que el modelo que se utilizó en Arizona no es replicable aquí, no solo por las diferencias geográficas sino también por el contexto social y medio ambiental en el que nos encontramos como civilización. “La realidad ahora no es solo crecer económicamente, primero está ser sustentables”, afirmó. 

El investigador señaló que existen algunas lecciones universales para aumentar la resiliencia en el área de la seguridad hídrica tales como la planeación bajo incertidumbre, que refiere a la preparación para diferentes escenarios. Otra de las claves fue que se abran puentes de diálogo entre ciencia y política a la hora de toma de decisiones. Scott hizo especial énfasis en el concepto de restauración ecológica para la provisión de servicios ecosistémicos, por sobre la intervención humana a través de grandes obras de infraestructura. 


Stephanie Buechler le dio un enfoque de género a su investigación sobre seguridad hídrica en comunidades vulnerables.

 

Buechler dio cuenta de lo que ha ocurrido en comunidades vulnerables y su relación con el agua, desde un enfoque de género. La investigadora ha trabajado con mujeres en la frontera entre Estados Unidos y México, y desde una visión de ecología feminista política analizó los roles que cumplen ambos sexos y cómo se ven afectados por el cambio climático en situaciones como huertas comunitarias o la industria del queso. 

Durante su intervención, Buechler compartió sus hallazgos sobre cómo el uso de huertas familiares urbanas no solo generan alimento y una actividad de ocio para los usuarios, sino también son costo eficientes en términos de energía y uso de agua. Este modelo es replicable en comunidades vulnerables de nuestro país, que pueden mejorar su resiliencia ante las cuitas que trae el cambio climático a través de esta práctica agricultora que además de aportar a la seguridad hídrica y alimentaria, implica también un acto político de fortalecer el espíritu comunitario y la autosuficiencia.

 

Por Leonardo Carvajalino

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