La importancia del emprendimiento social en el tejido empresarial

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Carrie Rich, cofundadora de The Global Good Fund, durante su intervención.

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26 feb 2018

La máxima prioridad dentro del emprendimiento social es consolidar empresas que, además de generar beneficios económicos, contribuyan a mejorar la calidad de vida de las personas y el cuidado del medio ambiente. Esta es una tendencia en organizaciones de todo el mundo que responde a las necesidades de su entorno con prácticas éticas y socialmente responsables.

Para profundizar en las características de este nuevo modelo empresarial, el jueves, 22 de febrero, se realizó la conferencia Emprendimiento Social, a cargo de Carrie Rich, cofundadora y directora ejecutiva de The Global Good Fund, institución que se dedica a apoyar a líderes que quieren impactar positivamente. El evento fue organizado por el Centro de Emprendimiento de la Universidad del Norte.

Según Rich, el emprendimiento social no se trata de hacer caridad, sino de organizaciones rentables, relacionadas a cualquier área, que pueden “hacer buenas acciones y a la vez generar ingresos financieros”. Indicó que este tipo de empresas se han visto movilizadas por las ideas de nuevas generaciones de empresarios millennials, interesados en utilizar el conocimiento y tecnología de las industrias “para hacer del mundo un lugar mejor”.

“En nuestra generación las personas están buscando productos con un valor distinto y lo reflejan a través de sus decisiones de compra. Hoy no solo vemos cuánto cuesta algo, sino que queremos saber si sus ingredientes son naturales, si está empacado con materiales reciclados, si se cultiva localmente, si la compañía está haciendo algo bueno por la sociedad”, afirmó la cofundadora.

The Global Good Fund cree que apoyar a los emprendedores sociales es la estrategia más efectiva para resolver problemáticas sociales; por lo que anualmente reciben a una docena de personas provenientes de 30 países, todos dueños de empresas que trabajan para ser económicamente sostenibles mientras ayudan a sus comunidades. Ellos participan de una pasantía de doce meses, en la que logran desarrollar su potencial de liderazgo con el apoyo de mentores y expertos empresarios.

“Creemos que si el líder está creciendo, también lo hará su negocio y al ser esta una empresa con propósito social, va a tener un impacto positivo en su comunidad”, explicó Rich sobre las bases que sostienen el quehacer de su fundación. Agregó que en estas convocatorias pueden participar emprendedores con más de dos años trabajando en organizaciones creadas para el bienestar social.

Durante su presentación también habló de las nuevas tendencias en el campo del emprendimiento social. Una de ellas son las Corporaciones B, aquellas que miden su éxito y crecimiento económico a través del impacto que tienen sobre la sociedad y el medio ambiente.

Señaló que las inversiones de impacto son otra tendencia de emprendimiento social que está tomando fuerza en Estados Unidos y Europa. Esta se da gracias a personas que invierten su dinero en organizaciones que ya trabajan por la sociedad, para que continúen desarrollando sus actividades.

Otra es la llamada nueva generación de la filantropía, es decir, los herederos de grandes corporaciones alrededor del planeta que deciden utilizar los recursos económicos de sus compañías para buenas acciones. “Esta nueva generación de filántropos es muy importante porque son personas como nosotros, que quieren usar el dinero para propósitos sociales y acciones positivas para el mundo”, manifestó.

Por María Margarita Mendoza. 

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