La inventiva detrás del atlas nacional de amenazas por ciclones tropicales

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María Teresa Martínez presentó detalles del mapa en el salón 13G2.

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03 jul 2019

Desde el 1º de junio y hasta el próximo 30 de noviembre se registra la temporada oficial de huracanes y ciclones tropicales en el Mar Caribe, por lo que las autoridades competentes advierten la formación de ondas, depresiones y tormentas tropicales en su zona de influencia: el Océano Atlántico, el Golfo de México y el Mar Caribe.

En Colombia no es frecuente el tránsito de ondas tropicales sobre las zonas continentales e insulares, pero, por su extensión, cuando estos pasan cerca de las costas se hacen sentir con fuertes brisas, lluvias y oleajes. Por ejemplo, el 1º de octubre de 2016 el Huracán Matthew pasó a 125 km al norte de Punta Gallinas en La Guajira, con una categoría 5 y vientos máximos de 260 km/h en su núcleo. Dejó cerca de 20 viviendas destruidas y 1000 averiadas en los municipios de La Guajira, Cesar, Magdalena, Bolívar, Atlántico y Sucre. Geográficamente las zonas de mayor exposición a este tipo de eventos naturales son el Archipiélago de San Andrés y Providencia y la península de La Guajira.

Es por eso que la Unidad de Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) permanentemente busca conocer los peligros asociados a los ciclones tropicales en el país. Durante el ciclo de conferencias Un encuentro y muchas ideas para estar preparados ante los ciclones tropicales, que se realiza del 2 al 3 de julio en el salón 13G2, María Teresa Martínez Gómez, consultora en la Unidad, detalló la metodología con la que fue realizado en 2018 un atlas de amenazas por ciclones.

“Se hizo en 2018 junto con el apoyo de la Dimar, el Ideam, el Instituto de Meteorología y Estudios ambientales. Cuando uno conoce las amenazas y conoce los escenarios donde se ve mayor afectación, los planes de respuesta deben ser más efectivos. En este caso, se miraron todas las trayectorias de los ciclones tropicales, es decir, las tormentas, huracanes o depresiones”, explicó Martínez, matemática con posgrado en Meteorología.

Con base en los datos se obtuvieron mapas de probabilidad sobre algunos sistemas que pasarían a 75 kilómetros a la redonda de la zona insular, y 290 kilómetros con centro en La Guajira. Se pudo observar probabilidades entre el 20 y 30 %. Además, la herramienta también estudia la probabilidad de que fuertes vientos o sistemas meteorológicos puedan ser depresiones, tormentas  o huracanes.

“La mayoría de los ciclones tropicales se forman en toda el área del Caribe. Normalmente al norte, pero hemos observado que en los últimos años se han venido presentando mucho más hacia el sur, por ejemplo, el Huracán Mathew en 2016 que produjo muchos estragos”, afirmó la funcionaria.

Por ejemplo, el 20 de noviembre la depresión tropical Otto, en el suroeste del mar Caribe, produjo precipitaciones importantes y en la isla de San Andrés se registraron lluvias intensas, cayendo solo en ese día el 25 % del promedio mensual. Otto alcanzó a ser un huracán categoría 1 y se mantuvo durante cuatros días sobre esta zona.

En la metodología se tomaron los datos históricos, se seleccionaron ciclones tropicales para un radio de interés, se miró la probabilidad de viento por cada ciclo y se hicieron simulaciones de trayectoria. De los huracanes originados en el Atlántico que pasaron por el Mar Caribe, solo el 17 % afectó las costas colombianas. Es decir que, entre 1964 y 2004, “solo el 5,4 % de los huracanes se acercó a las costas colombianas”.

 

Juan Carlos Ortiz, profesor de departamento de Física y Geociencias, también fue uno de los ponentes de la jornada, explicando detalles sobre la vulnerabilidad en la costa insular y continental del Caribe colombiano ante el paso de huracanes. La primera parte de su charla trató la ciclogénesis (cómo se genera un huracán), porque “en la medida que entendamos el fenómeno será mucho más fácil entender los efectos”.

“Las ondas tropicales es solo uno de los elementos para la ciclogénesis. Cada huracán es único, ninguno se parece a otro, por eso su pronóstico es tan difícil”, señaló el docente.

Un huracán, de acuerdo con Ortiz, es como un gran motor térmico en movimiento, forzado dinámicamente por fuerzas físicas. Normalmente uno conoce las características del huracán cuando ya pasa, pero la misma geomorfología de la Costa ofrece información.

“Nuestro planeta está rodeado por una zona de baja presión llamada la Vaguada ecuatorial. Es como el Ecuador meteorológico de nuestro planeta. En algunas zonas de ese cinturón, en alguna época del año, los vientos pasan de sur a norte, o de norte a sur. La rotación de la tierra hace que los vientos se recurven. Existen unas zonas denominadas vaguadas ecuatoriales regionales, que le llaman regiones monzónicas. Pero ¿por qué son importantes?, porque casi el 80 %, tal vez un poco más, de los huracanes que afectan al Caribe se cocinan ahí”, indicó el docente.

 

Por José Luis Rodríguez R.

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