La motivación de tres jóvenes periodistas por una “historia detrás de la ilegalidad“

Estudiantes del programa de Comunicación Social y Periodismo ganaron el Premio Nacional de Periodismo CPB 2022 (En la categoría Medios Universitarios). Aquí cuentan las razones que los llevaron a trabajar en este proyecto multimedia.

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Rodrigo Falquéz, Sophia Cortés y Gabriela Arraut, junto a la profesora Johamna Muñoz, orientadora del proyecto.

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15 feb 2022

Sophia Cortés Piñeros, Gabriela Arraut Navarro y Rodrigo Falquéz Herrera, estudiantes de séptimo semestre del programa de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad del Norte, fueron los ganadores del Premio Nacional de Periodismo CPB 2022, en la primera edición de la categoría Medios Universitarios, con el especial multimedia ‘Ciudadela de Paz: la historia detrás de la ilegalidad’.

El especial periodístico muestra la situación precaria que viven los habitantes de Ciudadela de Paz, un asentamiento subnormal de invasión urbana, conformado en sus inicios por campesinos y desplazados del conflicto armado. Esta comunidad busca la legalización de su barrio, sin embargo su ubicación y el poco interés de las entidades públicas les ha impedido lograrlo. Este trabajo realizado por los tres estudiantes ya había sido reconocido en 2021 por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), al otorgarles el premio a la Excelencia Periodística.

 

Ellos sabían que habían hecho un buen trabajo, pero tenían dudas de ser merecedores de un premio. No obstante, hoy llevan dos. “Con el segundo premio creo que sentí las mismas emociones que con el primero: felicidad, agradecimiento y orgullo, porque fue un muy buen trabajo”, compartió Arraut.   

Después del primer galardón, los tres estudiantes hicieron revisión y corrección del material, bajo la guía de los profesores Johamna Muñoz y Yamil Cure, quienes los acompañaron durante el proceso para alcanzar los mejores resultados.

El sentido social detrás del premio

“Es una historia que sentimos que valía la pena contar y creo que eso se reflejó en el trabajo, porque al final esto no era para un premio, sino para contar una historia”, fueron las palabras de Sophia Cortés, al expresar las motivaciones del trabajo. 

"Las condiciones actuales del barrio son precarias y con el tiempo su población y problemas han ido en aumento. Ciudadela de Paz está ubicada cerca a la Estación de Aguas Depuradoras Residuales (EDAR) El Pueblo de Triple A, donde están las lagunas de oxidación. Todo esto convierte el sector en una zona de riesgo, según las autoridades. Sin embargo, cerca a estas lagunas también están ubicados otros barrios como El Pueblo, Caribe Verde, Los Angeles, Villa San Pablo, los cuales están legalizados y cuentan con los servicios públicos básicos. A razón de su ilegalidad, Ciudadela de Paz no cuenta con alcantarillado ni servicio de gas". ‘Ciudadela de Paz: la historia detrás de la ilegalidad’.

Sophia siempre se ha inclinado más por el periodismo, conoció a Ciudadela de Paz por cuestiones personales y convenció a sus dos compañeros para que fueran parte de la construcción de un trabajo que tiene el poder de cambiar vidas. “Siempre he estado ligada a lo social y conocí su situación en una obra social. Así que esa es la intención de todo esto, la gente. Exponer la historia de una comunidad”, argumentó Sophia. 

¿Qué es lo que sigue?

“Como periodistas siempre tendremos más historias que contar”, manifestó Falquéz al momento de hablar sobre sus futuros planes. Más allá de la felicidad que el premio significa, los tres estudiantes se sienten orgullosos de su crecimiento y no dudan que se vienen proyectos mucho mejores, mientras siguen formándose como profesionales. 

Aunque los estudiantes tienen proyectos individuales, ellos expresan que este trabajo es algo que siempre los va vincular, pues los tres comparten el interés de dar voz a quienes lo necesitan, y si todavía no se resuelve la situación de esta comunidad, ellos están dispuestos a seguir ayudando. 

Sophia, Rodrigo y Gabriela quieren retribuir a la comunidad por la oportunidad que les brindaron de conocer, aprender y, sobre todo, integrarlos en su colectividad. Por lo tanto, donarán una parte de lo ganado con el primer premio. “Nosotros construimos y contamos lo que ocurrió, pero esa historia es suya. Nosotros solo fuimos los intermediarios para que el mundo la conociera”, concluyó Sophia Cortés.

Por Lucía Gabrielle González

 

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