La nueva experiencia pedagógica de las clases bimodales

El lunes 22 de febrero, respondiendo a las acciones progresivas para continuar con el modelo de alternancia, iniciaron actividades presenciales 48 asignaturas en modalidad bimodal. Estudiantes y profesores comparten sus vivencias y aprendizajes.

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La clase bimodal del profesor Carlos Pacheco, de Ing. Civil, en el bloque G.

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25 feb 2021

Un grupo de estudiantes y docentes de la Universidad del Norte cumplen una semana de haber comenzado las clases en modalidad bimodal (cátedra virtual y presencial en simultáneo) del primer semestre académico, con el acompañamiento del Centro para la Excelencia Docente (CEDU) y la Dirección de Tecnología Informática y de Comunicaciones. Esta nueva dinámica pedagógica, ejecutada como medida de prevención ante la covid-19, se desarrolla en 15 salones de los edificios Álvaro Jaramillo y de Ingenierías, con cámaras 4K y micrófonos de alta calidad. 

Profesores de pregrado, de los departamentos de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, Física y Geociencias, Diseño, Arquitectura y Urbanismo, Finanzas y Contaduría, Ingeniería de Sistemas, Civil y Mecánica, fueron preparados por el CEDU para el desarrollo de las asignaturas en modalidad bimodal. Los componentes de presencialidsd de las asignaturas bimodales son opcionales para los estudiantes, lo que quiere decir que un estudiante que haya matriculado la asignatura bimodal, puede decidir si va o no al campus a recibir la clase.

“La experiencia con las clases bimodales me ha parecido mucho más que satisfactoria. De mi parte, no veía la hora de regresar al campus, principalmente, porque hay más dinamismo en los salones y una interacción más humana”, señala Jorge Alarcón, de 19 años, estudiante de quinto semestre de Derecho, mientras espera el inicio de su próxima clase, en el Bloque K.


Un estudiante expone frente a la clase del profesor Juan Pablo Mestre.

Todo el proceso de las clases bimodales está enmarcado en un piloto del CEDU, para caracterizar la experiencia en el contexto de Uninorte. En el marco de la propuesta de acompañamiento pedagógico, se plantearon tres fases: planeación, implementación y reflexión.

Un primer momento tuvo que ver con el involucramiento de los profesores designados, en un taller donde se les modeló la viabilidad de cada asignatura. Allí asumieron los roles de estudiantes presenciales y en línea, y caracterizaron cómo intervenía la tecnología. La segunda etapa consistió en asesorías en línea, totalmente personalizadas, para atender las inquietudes suscitadas en el taller, y, en un tercer momento, el desarrollo de la primera clase derivó en mayor asesoría pedagógica.

De acuerdo con Katina Camargo, coordinadora de la Unidad de Formación Pedagógica del CEDU, un rol importante de la experiencia la tiene el monitor de clases bimodales, quien asiste al profesor en el uso de la tecnología dispuesta en los salones. De esta manera, el docente puede focalizarse en el desarrollo de la clase y la interacción con los estudiantes, mientras el monitor le apoya con el manejo de programas y el desarrollo virtual de la cátedra.


La docente Karolay Garavito durante su clase bimodal de Taller de Expresión II.

“El paso de la virtualidad a la presencialidad se siente grande. Para mí, el aprendizaje es más fluido y motivante. La universidad no solo hace un gran trabajo con los protocolos de bioseguridad, sino que también procura darnos a los estudiantes el mayor número de herramientas para un adecuado aprendizaje”, destaca Angie Rodríguez Grajales, estudiante de segundo semestre de Derecho y egresada del Colegio Buen Consejo.

Hoy, además de las clases, los estudiantes pueden ingresar al campus bajo todas las medidas de bioseguridad para retirar libros en la Biblioteca Karl C. Parrish Jr., conectarse a la red wifi, entrar a una sala de usuario o hacer uso de la nueva Casa de Estudio Alfredo Correa de Andreis, o incluso acceder a los servicios del Centro Médico y du Nord, entre otros.

Para Carlos Albeiro Pacheco Bustos, docente del departamento de Ingeniería Civil y Ambiental, escribir en un tablero, ver las caras de sus estudiantes en un mismo espacio y darse cuenta de cómo reaccionan a la cátedra son elementos importantes para la experiencia docente. Mientras se alista para empezar su clase bimodal, comenta que uno de los principales retos con la nueva modalidad es mantener la interacción de ambos grupos estudiantiles (presenciales y en virtualidad).

La profesora Karolay Garavito, quien imparte clases bimodales de Taller de Expresión II a estudiantes de Diseño Gráfico e Industrial, afirma que la experiencia ha sido “reconfortante”, pues siente que, después de un año de clases desde casa,  la nueva dinámica pedagógica brinda “la sensación de retomar de alguna manera la verdadera normalidad”.

“Hay estudiantes que, a pesar de estar en segundo y tercer semestre, aún no conocen el campus debido al confinamiento en 2020. Por eso, la semana pasada les hice un tour por la universidad a mis nueve estudiantes presenciales. En clase, son conscientes de que estamos en un pilotaje y todos aprendemos de esto”, manifiesta la educadora.


Uno de los retos de la bimodalidad es el equilibrio en la interacción con los estudiantes.

En el segundo semestre de 2020 se desarrollaron las primeras clases bimodales en Uninorte, en las que participaron cinco profesores. Según Katina Camargo, esta primera prueba permitió recopilar insumos para el nuevo piloto que se ejecuta este año y seguir desarrollando en paralelo una investigación de la Unidad de Innovación e Investigación de Aula, que continua caracterizando la experiencia de las clases bimodales para su fortalecimiento.

“Cerca del 40 % de la población colombiana no alcanza una buena condición de banda ancha. Hay niños y jóvenes que todavía no están estudiando. Hay que ponderar entre la situación de la pandemia y el hecho de generar calidad en la educación en un país en desarrollo. Por eso invito a todos los que tenemos el privilegio de estudiar en Uninorte, sea en casa o de forma presencial, a valorar cada espacio que nos brinda la institución para nuestra formación”, concluye el estudiante Jorge Alarcón antes de entrar a clase.

Por José Luis Rodríguez R.

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