La propiedad de la tierra, en el centro del debate internacional

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Nicolás Perrone, profesor de la facultad de derecho de Durham University

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22 may 2017

Al abrirse el escenario para dar fin a nuestro conflicto interno, no resulta sorpresivo que el primer punto acordado en las negociaciones de La Habana sea el acceso a la tierra, pues este es considerado la causa histórica de la violencia en el país.

Sin embargo, la consecución de este propósito, así como de los demás aspectos de la reforma rural que plantea el Acuerdo de Paz, hacen necesario que antes se generen debates sobre qué papel tendrá la propiedad como herramienta para responder a las necesidades de la sociedad colombiana en un contexto de justicia transicional.

En este marco surgió el evento El debate sobre la propiedad en el proceso de transición hacia la paz: Desafíos de la propiedad en el marco de la justicia transicional en Colombia (Property in Transition for Peace, en inglés), el cual que fue realizado en conjunto por la Universidad del Norte, la Universidad del Rosario y la Universidad Cornell.

La conferencia reunió expertos de estas tres universidades, así como de instituciones reconocidas a nivel mundial como Kent University, la Universidad Diego Portales, Florida International University y IIT Chicago-Kent, quienes ofrecieron a los asistentes distintos enfoques desde la teoría de la propiedad, con la finalidad de encontrar soluciones innovadoras a los retos que supone la disputa de tierras en la consolidación de la paz en nuestro país.

El evento tuvo lugar los días 17 y 18 de mayo en Bogotá y culminó en Barranquilla el 19 del mismo mes, en el auditorio de la Universidad del Norte.

El problema de la formalización y adjudicación

Sergio Latorre, docente de Derecho de Uninorte y organizador de la conferencia, sostuvo que los distintos paneles y conversatorios que compusieron la programación, estuvieron encaminados a ampliar la estrecha concepción de lo que significa actualmente la propiedad en Colombia, que se ha situado en una tensión histórica entre la propiedad privada, como es concebida en el Código Civil, y una serie de reformas rurales que han llevado a la implementación del principio de la función social de la propiedad.

Uno de los debates centrales de las jornadas giró en torno a la formalización de la tierra y a planes como registros catastrales de tierra rural que buscan hacer el proceso de titulación y registro más accesible a familias de escasos recursos.

Aunque quienes apoyan la formalización y titulación rural resaltan su importancia en el proceso de creación de capital y de desarrollo rural, Latorre señala, basado en sus propios estudios, que esta ha traído un impacto negativo a las familias más pobres. Y agrega que la formalización “no da respuestas a la parcelación de la tierra entre familiares, lo cual ocurre en la mayoría de los entornos rurales cuando la tierra es poseída formalmente, y tampoco provee remedios para evitar la venta masiva de tierra de familias cuando se convierten en dueños legales”.

Según Latorre, la formalización incluso ha agravado la concentración de tierra en ciertas regiones del país, hecho que se repite en otros procesos como la adjudicación de baldíos.

Helena Alviar, profesora de Derecho de la Universidad de Los Andes, afirmó que la adjudicación de terrenos baldíos de propiedad del estado, a pesar de ser la herramienta por excelencia de acceso a la tierra para campesinos que no la poseen, se ha caracterizado “por ser un conjunto de decisiones políticas y judiciales que en muchas oportunidades han beneficiado a unos pocos y han afectado a muchos”.

Asimismo, la docente denunció cómo este tópico ha desplazado en el debate a otros temas importantes como la redistribución de tierras, hecho que se puede constatar en el texto de la reforma rural en el Acuerdo de La Habana.

“La palabra redistribución escasamente aparece y en su lugar aparece ‘democratización’, haciendo énfasis solo en el acceso y no en el acaparamiento. Este cambio de enfoque muestra la falta de radicalidad del acuerdo agrario, que se comprueba, entre otras cosas, por el cambio de tono de las Farc”, dijo Alviar. “Inicialmente, la meta del acuerdo para ellos era, en palabras de Iván Márquez, ‘la desconcentración, redistribución de la propiedad sobre la tierra mediante la erradicación del latifundio improductivo, inadecuadamente utilizado y ocioso”.

El papel de la comunidad

“Es necesario repensar la propiedad. No podemos seguir interpretando el derecho de la propiedad como la relación entre un individuo y una cosa, sin tener cuenta que la propiedad se caracteriza también por un conjunto de interacciones”.

Esta reflexión de Helena Alviar marcó otro de los temas abordados en la jornada: la propiedad como herramienta para reconstituir los tejidos de la comunidad, ante la violencia, la desigualdad y la explotación de sus recursos.

Nicolás Perrone, profesor argentino de la facultad de derecho de Durham University, explica que hay mucho que se puede hacer desde la teoría de la propiedad para brindarle a una voz a comunidades que se sienten deterioradas o explotadas.

“El derecho a veces no ayuda a que las comunidades sean más fuertes, sino lo contrario. En el caso del derecho de inversiones, que es mi tema de investigación, lo que ocurre es que los estados les dan representación a inversores extranjeros, y en los casos de Colombia, con la palma, el petróleo o la minería, afectan mucho a las comunidades, que es la última en enterarse. La teoría de la propiedad puede dar una voz para decir cómo quieren usar sus recursos y entender que en esta relación la comunidad tiene un rol importante”, puntualizó.

En términos generales, el evento Property in Transition fue un ejercicio que cuestionó la idea de que la propiedad consiste en un dueño individual. Para los académicos que participaron a lo largo de los tres días de conferencias, la propiedad es inherentemente relacional, pues los individuos se encuentran inmersos en un contexto cultural y son constituidos socialmente en naturaleza.

Con esto se buscó producir contraargumentos a los valores inherentes de la propiedad que la conciben como un mecanismo de orden y estabilidad. Por el contrario, situaron la propiedad como institución dinámica que privilegia el papel de las costumbres locales, las condiciones sociopolíticas y ambientales, y las preocupaciones públicas.

Presencia internacional

El evento en Uninorte contó con la disertación de Carol Rose, profesora de la escuela de Derecho de University of Arizona, experta en propiedad y uso de la tierra, quien ofreció una serie argumentos a favor y en contra de la concepción utilitarista de la propiedad. También presentó una conferencia el profesor Gerald Torres, reconocido experto en teoría crítica de la raza de la Escuela de Derecho de Cornell University. Sital Kalantry, de Cornell, y Matías Guiloff, de la Universidad Diego Portales, completaron las intervenciones extranjeras en la jornada.

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Por Andrés Martínez Zalamea

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