La revolución científica que impulsaría la exploración del Galeón San José

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José Espinoza (izq.), William Gómez (centro) y Juan Guillermo Martin (der.) durante el evento que se llevó a cabo en la Sala Mapuka.

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13 sep 2018

Tres voces expertas en la historia y arqueología subacuática dedicaron la mañana del miércoles, 12 de septiembre, a hablar sobre uno de los temas cruciales en la construcción de nación: el patrimonio cultural sumergido. Juan Guillermo Martin, director del Museo Arqueológico de Pueblos Karib (Mapuka); José Manuel Espinoza Fernández, especialista en Historia de la América Colonial, y William Gómez Pretelt, excapitán de la Armada y ahora profesor de Ingenierías de Uninorte, centraron el enfoque en el Galeón San José, cada uno desde una perspectiva diferente.

El conversatorio se realizó en el marco del Mes del Patrimonio y también hizo parte de una jornada nacional titulada "Para corregir el rumbo", en la que participaron las universidades del Magdalena, Caldas y Andes, entre otras, con conferencias simultáneas.

Uno de los mitos que hay detrás del rescate del galeón es que Colombia no cuenta con la tecnología y presupuesto para llevar a cabo el levantamiento del galeón. Para ahondar en esta temática el profesor de la división de Ingenierías, William Gómez Pretelt, habló desde su experiencia en primera persona de la búsqueda del galeón y las herramientas con las que cuenta la Armada Nacional.

Gómez es cofundador del Observatorio Galeón San José, que recoge todos los escritos académicos, de prensa y registros históricos sobre el navío hundido, con el fin de analizar qué tanta desinformación hay alrededor del tema. A su juicio, la Armada Nacional tiene la tecnología para llevar a cabo el procedimiento, y dijo que además se puede subcontratar empresas noruegas que apoyen desde el punto de vista arqueológico y no para quedarse con parte del patrimonio de la humanidad y venderlo al mejor postor.

“El galeón no cambiará el país pero la investigación sí cambiaría la historia, y sería una revolución científica”, anotó Gómez, quien listó áreas como la oceanografía, la biología marina y el derecho del mar como algunas de las que se desarrollarían e impulsarían. De no adjudicarse esta licitación, complementó Gómez, el ideal sería hablar con todos los involucrados (Perú, Bolivia, Estados Unidos y España) para cooperar, pues los objetos arqueológicos que se recuperen son patrimonio de la humanidad.

Por su parte Juan Guillermo Martín señaló que la prioridad en la exploración del San José debe ser la conservación de los bienes de patrimonio. Por eso considera importante que el tema haga parte de la agenda pública, sobre todo el proceso de extracción y comercialización de los vestigios del galeón.

Martín indicó que alrededor del galeón hay varios mitos que la ciudadanía se ha ido creando. Uno de estos tiene que ver con la licitación, que se está haciendo desde un ámbito científico cuando, a su juicio, ha quedado demostrado que los objetivos son la extracción y comercialización de la carga. Esto se relaciona con el imaginario de que recuperar lo que está en el galeón es un “negocio” para el país y esto se ve reflejado en la ley 1675 que decretó el gobierno de Juan Manuel Santos.

“Desde 2001 Unesco hizo la normativa que Colombia no quiso firmar y que establece principios básicos para la conservación del patrimonio cultural subacuático y promueve la cooperación internacional”, recontó el director del Mapuka. Una instancia en la que Colombia ha demostrado una pobre gestión de territorios y disposición para investigar su área marítima, en la que yacen piezas para comprender el rompecabezas histórico.

El profesor Espinoza se concentró precisamente en esta temática, en qué contexto ocurrió el hundimiento del Galeón San José, remontándose al inicio del siglo XV y el comienzo del colonialismo.“El Caribe fue el punto estratégico para imperios durante tres siglos y por esto era un lugar lleno de conflictos, combate y ataques de piratas”, puntualizó.

El historiador habló durante su intervención sobre los problemas de seguridad que experimentaban los barcos que regresaban a Europa con los productos y tributos de América Latina, y que por esto habían diseñado una estrategia de viajar en grandes flotas solo dos veces al año. Además, en años de guerra, los productos no circulaban de vuelta al continente y debían esperar, tal y como había ocurrido en ese 1708, cuando el Galeón llevaba siete años de producción de vuelta, pero fue hundido por el asedio de los ingleses.

El pasado 10 de agosto el presidente Iván Duque suspendió la licitación y dejó el asunto en manos de la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez. La forma de pago que había ofrecido el gobierno de Colombia era con un porcentaje cercano al 45%, de lo hallado. Antes del 10 de octubre se deberá tomar la decisión si la licitación se cancela o se reabre.

Por Leonardo Carvajalino

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