La revolución de las energías renovables está cerca

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Antonio Gómez Expósito, experto español en sistemas de energía eléctrica

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20 may 2016

Desde hace unos años el mundo es consciente de que la industria de la generación de energía va a cambiar. Además del impacto negativo sobre el medio ambiente que tiene la producción de energía fósil, los aumentos de la demanda de consumo han llevado a las economías a buscar sistemas sostenibles en el tiempo. En este contexto, las energías renovables están llamadas a marcar el camino a seguir, y poco a poco lo están haciendo.

De acuerdo con Antonio Gómez Expósito, experto español en sistemas de energía eléctrica, ya estamos viviendo una revolución, en la que estamos inmersos casi sin darnos cuenta. Señaló que en esta revolución el único tema pendiente por resolver para que sea rápida y completa es desarrollar sistemas de almacenamiento suficientemente maduros y baratos.

“Últimamente, todas las subastas de capacidad que conozco de los últimos seis meses, las han ganado las renovables, eólicas y fotovoltaicas. Estamos hablando ya de precios entre 70 y 90 euros el megavatio por hora, que eso en muchísimos países es más barato que la energía de ciclos combinados del gas natural”, dijo en el marco de un conversatorio que se realizó en la Universidad del Norte, el viernes 13 de mayo, sobre el presente y futuro del sector eléctrico de Colombia, organizado por la División de Ingenierías de la institución.

La evolución de la energía fotovoltaica a nivel mundial da muestras del potencial que tienen las renovables. En 10 años, la generación de este tipo de energías aumentó 34 veces su capacidad. Ahora mismo se generan 270 gigavatios fotovoltaicos, que es equiparable con la producción de 200 centrales nucleares o casi 10 veces el consumo medio de energía de un país como España. Un potencial que ya los grandes inversores internacionales empiezan a ver como “la nueva fiebre del oro”.

De acuerdo con Lesme Corredor, profesor del programa de Ingeniería Mecánica de Uninorte, Latinoamérica se caracteriza por no ser desarrollador de tecnologías, lo que lo hace dependiente de las naciones industrializadas. “Este hecho ha repercutido para que en la actualidad los latinoamericanos no hagamos un uso masivo de las energías renovables ni hayamos logrado descentralizar la generación de electricidad a unas escalas competitivas que permitan el acceso a las poblaciones vulnerables ubicadas en zonas urbanas, rurales y no conectadas a la red eléctrica”, dice.

Crisis energética, una oportunidad

Si bien el país estuvo cerca del racionamiento energético, los expertos consideran que la crisis dejó en evidencia lo robusto del sistema nacional de energía. Según el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, quien presentó una conferencia el jueves, 12 de mayo, en el marco del programa a Diálogos de Desarrollo de Uninorte, la situación que se vivió fue excepcional, por causa del peor fenómeno del niño de la historia de Colombia y los daños en la hidroeléctrica de Guatapé.

“Estos fenómenos sumados nos pusieron en una situación límite, pero no tuvo racionamiento. Hubo un programa de ahorro de energía voluntario, donde todos los colombianos nos solidarizamos para apagar las luces. Lo que más me llena de satisfacción es que se ha vuelto parte de nuestra cultura”, dijo Cárdenas.

Aunque el país pudo soportar la situación, lo cierto es que se deben tomar medidas para que la planeación energética se convierta en una prioridad para el país.

Obviamente, este tipo de situaciones hay que preverla, por lo que la planeación energética tiene que formar parte de la prioridad de cualquier gobierno que quiera impulsar el crecimiento económico. Además, según el Banco Interamericano de Desarrollo la demanda energética del país tiende a crecer en los próximos años.

Alejandro Castañeda, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas Generadoras (ANDEG), señaló que se deben hacer ajustes hacia adelante. “Hay que mirar temas como el cargo por confiabilidad, el precio de escasez, que es la forma como se les paga a los generadores; la crisis demostró que más que un problema técnico de energía, fue un problema regulatorio que derivó en un problema financiero”, agregó.

Pese a que Colombia hoy genera el 80% de su energía a través de hidroeléctricas, que es una fuente limpia, todavía hay poca participación de energías alternas. En países como Perú y Chile la energía fotovoltaica ha reducido sus precios notablemente hasta el punto de ser competitiva en costes con la energía tradicional. El problema en Colombia es que la regulación es lenta y no es clara para los inversores, pues uno de los retos para que este tipo de energías se desarrollen está en los recursos necesarios para instalar las nuevas tecnologías.

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