La silvicultura, una industria con potencial desaprovechado en Colombia

El país tiene un clima que permite rendimientos de crecimiento de árboles superiores al de potencias mundiales y 29 millones de hectáreas aptas para la plantación forestal comercial, sin embargo, esta industria representa menos del 1% del PIB nacional. Expertos debatieron sobre el tema en el más reciente evento organizado por el Foro Nacional Ambiental.

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24 ago 2020

Uno de los problemas que ha aquejado a la economía de Colombia ha sido su dependencia en la exportación de hidrocarburos y la falta de desarrollo de otras áreas de la economía, en especial, las oportunidades que ofrece el campo. La silvicultura, o plantación forestal comercial, es una de estas industrias que tiene un gran potencial en nuestro país que no se ha explotado debido a diversas razones. 

Sobre este tema se centró el sexto foro de la serie “Bosques para recuperar el país” que organiza el Foro Nacional Ambiental, del que hace parte la Universidad del Norte. El evento, que se llevó a cabo el 20 de agosto, contó con la participación de académicos y empresarios así como de funcionarios del Gobierno que ofrecieron el punto de vista institucional de cómo se están perfilando soluciones a largo plazo. 

En un país el clima permite un rendimiento de crecimiento en árboles superior al de potencias mundiales como Chile y Canadá, pero solo importamos cerca de 670 metros cúbicos de madera al año. Esta cifra es preocupante, pues Colombia tiene un área de aptitud de cerca de 29 millones de hectáreas, de las cuales solo 516 000 están siendo utilizadas para plantaciones forestales. Esto significa que en nuestro país hay un consumo per cápita de 13,38 m3 por 1000 habitantes, muy bajo en comparación con Chile (315,88) o Ecuador (54,72).

Algunos de los beneficios que se han hallado de esta actividad, además de la generación de empleo directo y estable en el campo, son la captura de gases de efecto invernadero y disminución de la presión por la tala ilegal en los bosques naturales. Esto último es especialmente relevante, pues en Colombia hay una importante participación en la industria de actores por fuera de la formalidad; 43 % de la madera que se comercializa en el país es ilegal, de acuerdo con Nicolás Pombo, gerente de la División Forestal en Smurfit Kappa. 

El representante de la empresa que se dedica a la producción de empaques de papel anotó que una hectárea de plantaciones sustituye la oferta de madera de entre 10 y 30 hectáreas de bosque natural. Añadió que el sector requiere urgentemente una política de estado que acabe con las incoherencias dentro de las distintas entidades, promover la competitividad mediante inversión en infraestructura vial y crear clusters en cadenas productivas del sector forestal como forma de desarrollo industrial. 

Por su parte, Guillermo Vázquez, decano de la facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Nacional Medellín, manifestó que una de las creencias que se tiene es que la silvicultura afecta negativamente las fuentes de agua. Aun cuando esto tiene una parte de fundamento en la realidad, pues hay una presión sobre las fuentes de agua, el manejo forestal puede contribuir a atenuar este impacto hasta que sea ínfimo.

Al mismo tiempo, las plantaciones comerciales que son manejadas responsablemente controlan la erosión, lo que a su vez mejora procesos de infiltración de agua y puede ser utilizado como un método para recuperar zonas deforestadas.  

“Desde el punto de vista técnico, económico, social y ambiental que las plantaciones forestales comerciales siguen siendo una oportunidad viable para el desarrollo del país. Desde el punto de vista jurídico, el marco normativo tiene que favorecer, impulsar y promover el desarrollo de este sector desde una óptica del desarrollo sostenible”, manifestó Ángela Amaya, docente e investigadora de Derecho del Medio Ambiente de la Universidad Externado de Colombia. 

La apuesta del Gobierno, manifestó Juan Gonzalo Botero, viceministro de asuntos agropecuarios del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, es pasar de 0,69 a 1 % la participación de la economía forestal en el PIB nacional y aumentar en 122 mil hectáreas el área de reforestación comercial a 2022. 

Felipe Fonseca, director de la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA), añadió que, a largo plazo, la meta es ser autosuficientes y para ello se deben utilizar un millón y medio de hectáreas adicionales en los próximos 20 años. La clave para llegar allí, comentó, es la articulación y esfuerzos conjuntos entre sector público y privado para llevar a cabo esta agenda y hacer florecer el potencial de esta industria en Colombia. 

Por Leonardo Carvajalino

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