Las condiciones ambientales que permitieron la rápida población de Sudamérica

José Capriles,  profesor de la Pennsylvania State University y experto en arqueología ambiental fue el invitado a la más reciente edición de Diálogos de arqueología en América Latina para hablar de lo ocurrido hace 14 000 años, cuando los homo sapiens llegaron a este continente.

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07 jul 2020

Con la mirada desde la arqueología ambiental de José Capriles, PhD y profesor de la Pennsylvania State University, sobre el poblamiento de América del Sur continuó el ciclo de conferencias que organiza Uninorte y la Universidad Nacional del Centro, sede Olavarría, de Argentina. La más reciente edición de Diálogos de Arqueología en América Latina se llevó a cabo a través del canal de Youtube de Uninorte Académico y contó con la participación de Luciano Prates, PhD e investigador de la Universidad Nacional de La Plata, quien hizo comentarios y preguntas al conferencista. 

La charla de Capriles siguió el hilo de pensamiento de Gustavo Politis, quien desde diferentes evidencias propuso un modelo de cómo se pobló América. Desde esta perspectiva, propuso el concepto de radiación adaptativa, que ocurre cuando se da la aparición de nuevos recursos naturales (comida, agua, etc.) o la extinción de las especies que hacían uso de estos o la colonización de un área que, por el contrario, no los utilizaban. Nuevas especies, en ausencia de depredadores, comienzan a crecer en números y a moverse libremente por el territorio. 

América del Sur fue el último continente en poblarse, y quienes llegaron, cruzando el estrecho de Bering, eran humanos anatómicamente modernos, con tecnologías de subsistencia compleja. En ese entonces, alrededor de 14 000 años atrás, las condiciones climáticas cambiaron completamente, se derritieron glaciares que permitieron el paso de los humanos al tiempo que se extinguió la megafauna (animales muy grandes) que poblaba la región. 

La radiación adaptativa da lugar a la liberación ecológica, es decir, la expansión del rango y hábitat de recursos, lo que genera una ausencia de depredadores, competidores o parásitos. Esto, en grandes periodos de tiempo, da espacio a la especiación, o la evolución diferenciada de una especie que desarrolla características físicas para optimizar de alguna manera el uso de recursos naturales (por ejemplo: un pico más largo en un pájaro). 

Capriles anotó que los humanos, durante las etapas iniciales del poblamiento de América del Sur, no hicieron propiamente una especiación sino una “especialización” de las pequeñas comunidades en las que se asentaban de acuerdo al paisaje y entorno ecológico. Por ejemplo, quienes se asentaban en la costa desarrollaban habilidades de pesca, frente a quienes estaban hacia el centro del continente, cuyas actividades se enfocaban en la caza. 

Uno de los casos estudiados en América del Sur por el conferencista fue paleo humedales en el desierto de Atacama, que fechan cerca de 12 000 años atrás. En estos sitios han encontrado concentraciones de material lítico, manufactura y puntas de proyectiles, que son evidencia de las condiciones climáticas de entonces, cuando grandes precipitaciones y eventos fluviales resultaban en tierras productivas y fértiles. 

El experto señaló que el sur de Sudamérica generaba más precipitación y mayor productividad en la zona alta, y esa humedad bajaba por quebradas y activaba humedales y los recursos naturales en ellos. Una vez terminó la actividad meteorológica, los habitantes de estos humedales se vieron obligados a mudarse hacia las zonas altas o las costas, aumentando la densidad poblacional de los asentamientos. De acuerdo con Capriles, el aumento de la intensidad de la ocupación parece haber permitido el crecimiento sostenido de la población, favoreciendo la experimentación con la producción de alimentos y la horticultura. 

Por Leonardo Carvajalino

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