Las historias de los ‘pilos’ que se graduaron

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La ceremonia de grados se llevó a cabo en el Coliseo Los Fundadores.

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15 mar 2019

Entre los 851 jóvenes que este 15 de marzo terminaron su ciclo como estudiantes en Uninorte para comenzar su nuevo vínculo como egresados, hay 60 que comparten una experiencia común: haber sido escogidos entre los mejores estudiantes del país para hacer parte del programa Ser Pilo Paga

La primera temporada de este plan de educación ocurrió en 2015. Cuatro años después, el programa comienza a mostrar sus frutos y, según las estimaciones de expertos, se espera que alrededor de 9000 de los escogidos terminen sus estudios este semestre.

“La Universidad del Norte es, entre otras cosas, la universidad de los Ser Pilo Paga y Generación E en Colombia: con cerca de 4000 estudiantes beneficiarios de estos programas somos la primera universidad del país escogida por estos jóvenes de excelente calidad académica. Estos jóvenes, sin duda, están contribuyendo a que esta universidad sea más diversa y, además, cada día sea de mayor excelencia académica”, dijo el rector Adolfo Meisel durante su intervención.

Los 60 Pilos uninorteños estuvieron presentes en las dos ceremonias de grado, una en la mañana y otra en la tarde, que se realizaron en el Coliseo Los Fundadores. Algunos de ellos se destacaron desde el ámbito académico, como fue el caso de Shallis Alexandra Palomino Rodriguez, de Diseño Gráfico. 


Shallis Palomino (centro) charla con sus compañeras de Diseño Gráfico. 

 

El viaje de la joven de 21 años, que fue ganadora de la Medalla de Plata, distinción para los que tuvieron a lo largo de la carrera un rendimiento sobresaliente, comenzó en la Institución Educativa Distrital Alexander Von Humboldt. De manos de la entonces ministra de educación, Gina Parody, recibió este premio que le permitió acceder a la educación de calidad. 

Eligió el diseño gráfico por sobre las recomendaciones de sus padres, “alguna ingeniería”, pero en el transcurso de la carrera tanto ella como su familia se han enamorado, no solo de la profesión sino también del futuro que se hace posible con ella. 

“Entré con miedo e inseguridades. Me preguntaba: ¿será que no soy tan creativa?, pero uno se da cuenta con el tiempo de que eso es algo que se va practicando. A medida que uno está en las clases uno va identificando sus habilidades, las potencia y va buscando lo que más le gusta”, contó Shallis, quien ha trabajado en el diseño de libros escolares y quiere especializarse en la línea editorial. 

Otros pilos, como Laura Vanessa Pazo Carrillo, encontraron en la universidad no solo una vocación, sino una forma de honrar a sus padres. La menor de las cuatro hijas del exarquero de Junior, José María Pazo, ganó la medalla al Mérito Deportivo por su excelente desempeño en el volleyball. 


Laura Pazo recibió la medalla al Mérito Deportivo.


La joven de 21 años estudió Licenciatura en Pedagogía Infantil y terminó su carrera en la lista del Decano. Asegura que una gran influencia para su elección fue el hecho que su madre fuera educadora. “Los dos están representados”, dijo la joven con una sonrisa. 

Laura hizo las prácticas en el International Berckley School y una vez terminó este periodo, fue contratada directamente para continuar su labor con niños de 6 y 7 años. 


Diana Rubio, una de las cantantes del grupo 93 Minutos, y egresada del programa de Música.


Gracias a la beca Ser Pilo Paga, Diana Rubio Jimenez pudo convertir el canto, esa actividad a la que está íntimamente ligada desde los dos años, en su profesión. Era el 2015 y se acercaba el final de su ciclo en el colegio Técnico del Comercio. Había pensado que la arquitectura o el diseño serían opciones hasta que conoció que cumplía con los requisitos para aplicar a la beca y se permitió soñar. 

Cuatro años después, Diana es vocalista para la banda 93 Minutos, integrada por jóvenes de la carrera de Música de Uninorte, que se han presentado en lugares como la Feria del Libro de Bogotá y el homenaje a Esthercita Forero que organizó El Heraldo.

Junto a Luz del Mar Cárdenas, otra ‘pila’ que también recibió su grado, Juan Camilo Cárdenas y Adrián Reales, le apunta con sus ritmos de folclor contemporáneo a un Grammy. “Al final, uno se va con muchos beneficios, oportunidades pero sobre todo con una nueva familia”, concluyó. 

Por Leonardo Carvajalino

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