Las nuevas narrativas de la política en la sociedad del espectáculo

El tema fue abordado en el conversatorio ʽAutenticidad, performance y espectáculo en la política: el caso de la crisis sanitariaʼ, realizado por docentes de las universidades  vinculadas a la Alianza 4U.

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El conversatorio se realizó de manera virtual, reuniendo a docentes de las universidades aliadas.

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03 may 2021

El uso de las crisis sociales como impulsoras de los performances políticos, la influencia de las nuevas narrativas dentro de la sociedad del espectáculo, y la alusión a la autenticidad como método para crear personajes públicos fueron temáticas abordadas en el conversatorio Autenticidad, performance y espectáculo en la política: el caso de la crisis sanitaria, llevado a cabo por la Alianza 4U, en el marco de la Cátedra Colombia: medios y política.

El evento, transmitido el 28 de abril, estuvo moderado por Juan Pablo Ferro, docente del Programa de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad del Norte; también participaron los profesores Néstor Julián Restrepo, de la Universidad EAFIT; Mauricio Guerrero, de la Universidad ICESI, y como invitada especial Catalina Uribe Rincón, docente de la Universidad de los Andes, doctora en Retórica y Comunicación Pública, y columnista de El Espectador.

Yoleidis Moreno, estudiante de la Universidad del Norte, estuvo a cargo de la antesala, así como de brindar una contextualización introductoria sobre la temática.

“En esta etapa de mutación de las conductas, tenemos un contacto diferente con la realidad, la política hace parte de esas nuevas narrativas y en este espacio se aplica lo que llamamos entretenimiento participativo, del que hemos sido testigos en estos tiempos de caos y cambios”, aseguró la estudiante antes de dar paso a la invitada.

La docente comenzó su conferencia haciendo una relación entre dos aspectos que se han hecho populares en nuestro país, y que además suelen ser frecuentes en América Latina, que son la política como espectáculo, mezclada con el arraigo y la fascinación que tenemos por el caudillismo. Estas dos características se han hecho, incluso, más evidentes en el marco de la pandemia y la crisis sanitaria, donde queda más evidente la tradicional costumbre que tienen los políticos por hacerse ver como salvadores en tiempos de caos.

“Muchos de los políticos exitosos en temas de comunicación son aquellos que han logrado mantenernos convencidos de que estamos en una crisis permanente, el ejemplo más cercano que tenemos es Álvaro Uribe con su proceso con la FARC, y ahora cómo está haciendo toda esta cortina de humo con la Reforma Tributaria", explicó Catalina Uribe Rincón, señalando la proliferación de titulares en los medios con mensajes como “el regaño de Uribe”, “Uribe dice NO a la reforma”, “Uribe pide que se retire la reforma”, “La súplica de Uribe”.

"Casi que se vuelve algo como religioso y uno se pregunta: ¿bueno, pero no podrías tú, que eres miembro del Centro Democrático, interceder y hacer algo para el cambio de la reforma?, y ahí es cuando uno se da cuenta que se está buscando la construcción de una imagen”, expuso la docente de la Universidad de los Andes.

Teniendo en cuenta lo anterior, entonces entra en consideración el tema de la imagen vs. la autenticidad dentro del performance político, ya que a pesar de que por mucho tiempo se ha tenido la idea de que la imagen pública y la privada de los políticos se distancian y en esa idea de imagen pública entra la creencia de que este debe parecer virtuoso, serio y conocedor, además de  mostrarse tal y como es.

Sale de aquí un concepto que Catalina Uribe ha estado construyendo por un tiempo, denominado la Persona pública accidental, la cual alude al personaje público que se va construyendo en relación con los medios, y juega con la idea de que la interdependencia entre dichos medios y los políticos no es algo planeado y no hace parte del marketing político, sino que es algo más accidental, una relación, tal vez, un poco más fortuita, como en el caso del presidente Iván Duque.

“Siento que Duque, en un aparente afán de autenticidad, empezó con esta idea del bacán seguidor de Uribe, pero como uno no controla su persona pública, o solo lo hace en unos pequeños aspectos, empezaron a aparecer estos memes que ayudaron a afianzar una idea y nos hacía preguntarnos si estas situaciones eran reales o eran actuadas, por ejemplo, lo de la “P de Colombia”, el “así lo querí”, “los siete enanitos”, y entre más burla, más papaya”, manifestó la docente, agregando que en un punto la persona ya no controla a su persona pública, sino que el imaginario que se crea con esta adquiere vida propia y se ve influida por las redes y los medios.

Considera que la creación de estas figuras parece obedecer más a un hecho no intencionado que a algo premeditado, y que dicha imagen se va construyendo alrededor de hechos imprevistos que suceden alrededor de la persona, y los medios suelen aprovechar sin una intención concreta de crear a un personaje.

Con respecto a la sinestesia existente entre los medios de comunicación y las figuras políticas públicas, ya sea intencional o no, se plantea el dilema de la disminución de credibilidad que esto genera en la audiencia y el riesgo que con ello corre la institucionalidad.

“Estamos en una política del espectáculo, una política pop como lo plantea Mazzoleni, pero ahí uno empieza a ver también desde la lógica de la política cómo disminuye la institucionalidad y aumenta la personalización de la política, y con ello la teatralidad. Si el medio se pone completamente al servicio de esta teatralidad ¿Dónde quedan la objetividad y la verdad? Toca, entonces, crearnos nuestra propia verdad viendo distintos medios de noticias a parte de los canales institucionales”, planteó el profesor de la Universidad EAFIT, Néstor Julián Restrepo.

Sobre este tema, el profesor Mauricio Guerrero de la Universidad ICESI, expresó la problemática que surge cuando estas nuevas narrativas discursivas utilizadas por los medios de comunicación llegan a ser implementadas de manera errónea.

“Con esta generación de nuevas narrativas perfomáticas se trata de buscar nuevas audiencias, se evidencian más formatos cercanos a YouTube o a infografías para traducir información. Sin embargo, hace que nos preguntemos qué tanto esas nuevas narrativas generan situaciones, no tanto de información sino más bien de indignación”, señaló Guerrero.

Finalmente, Catalina Uribe enunció la necesidad de reflexionar acerca del espectáculo y pensar en qué momento este puede llegar a ser productivo, más aun teniendo en cuenta que este tiene varios matices y debe ser visto desde varios ángulos, pues no es más que una representación de la realidad, y puede llegar a ser democrático, si no es utilizado, como lo hacen algunos políticos, para el morbo o acciones antidemocráticas a su favor.

“Siempre encontramos algo que nos atrae en los culebrones, uno siempre se identifica con alguien en el culebrón. Uno siempre está jugando al villano o al bueno, son características de una sociedad del espectáculo y, en últimas, el poder mediático está en saber aprovechar la sociedad del espectáculo. La gente vive ahí, en la autenticidad del performance, así que creo que hay que encontrar lo que es chévere del culebrón”, expresó el docente Juan Pablo Ferro, quien manifestó, a modo de conclusión, la necesidad existente de comprender bien el performance y pensar la sociedad del espectáculo desde una perspectiva distinta.

Por Katheryn Meléndez Solano.

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