“Los contextos digitales obligan a un cambio en la forma de leer”

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Sergio Reyes, docente de la Universidad Tecnológica de Monterrey y de la Universidad de las Américas en Puebla.

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19 jun 2015

En Colombia la población lectora disminuye año tras año. Desde el 2010 las cifras van en caída, que es más notorio en los estratos de 0 a 2, donde se ha perdido el 11,2% de los lectores. Por su parte la clase media pasó del 73,5% de personas que leen a 52,2% entre los años 2010 y 2012.  Es posible decir que la caída en los índices de lectura se debe a las nuevas tecnologías que ofrecen plataformas a los usuarios en donde 0la lectura pasa a un segundo plano; sin embargo, en muchas personas sigue en pie la tendencia de no leer.

Colciencias desarrolló una investigación en 2012 que demuestra que el 82% de los universitarios tienen como principal fuente de lectura los apuntes que realizan durante la clase, otro 80% tiene como fuente de lectura el material que ofrece el docente, como lo son las bases de datos, fotocopias y recomendaciones en clase, y solo el 72% de los jóvenes universitarios tienen el hábito de leer libros.

En el marco del segundo Congreso Internacional ‘Lectura y escritura en la sociedad global', que se llevó a cabo el 11 y 12 de junio en Uninorte, Sergio Reyes, docente de la Universidad Tecnológica de Monterrey y de la Universidad de las Américas en Puebla, y Evaristo González Prieto, rector de la institución educativa pública española Torre del Palau, respondieron a interrogantes que surgen a partir de la pregunta ¿por qué las personas ya no leen?

En el mundo se están desarrollando y aplicando soluciones para contrarrestar la falta de lectura en las personas. Por ejemplo, en Texas, Estados Unidos la ONG "Earning by Learning" ofrece un estímulo de dos dólares a los jóvenes por cada libro que lea. Frente a esta situación González afirmó que todo lo que sea incentivo para la sociedad es interesante. 

"Fuera de ser interesante el incentivo, el placer de la lectura debe estar fuera de la parte económica, porque yo creo que leer te abre al mundo, abre una mentalidad y no tiene por qué ser incentivado económicamente. Si eso funciona en otros sitios podemos hablarlo. Nunca se deben descartar ideas buenas o no tan buenas. Se hacen experiencias y debemos tener mentalidad abierta", aseguró.

Para González, la principal política que debe ser empleada para incentivar la lectura es la educativa, es la más efectiva y es una inversión segura. Dentro de esta política es necesario un cambio en las metodologías, de manera que sean adecuadas al momento actual, debido a que hoy no se leen tantos libros como antes y los docentes deben convencer a sus estudiantes de la importancia de la lectura.

El mundo actual, con los contextos digitales emergentes, causa una necesidad de cambio en la forma de leer, un cambio en la manera de expresar. El cambio de expresión viene dado por el condicionamiento que causan las nuevas tecnologías en la sociedad. Según González, "lo realmente importante es la expresión, lograr expresarnos y que comprendan lo que queremos decir".

Por su parte Reyes expresó que lo primero que debemos tener claro es a qué nos referimos con leer o con la palabra lectura, porque a diferencia de lo que se dice comúnmente en los medios de comunicación, la actual generación de jóvenes es la que más lee y escribe de la historia. Pese a esto la preocupación radica más bien en sentido de la disminución de la lectura amplia, sosegada y profunda de la literatura antigua.

"Todo el tiempo con la tecnología digital están leyendo mensajes y escribiendo mensajes; sin embargo, muchos de esos mensajes son conversacionales, son apegados a la resolución cotidiana de problemas y a compartir gustos. No son prácticas de lectura ensimismadas y sofisticadas a textos literarios amplios", afirmó.

Actualmente se presenta un cambio en el mundo, que radica en una derrota en la lectura de textos amplios, un cambio imparable. Según Reyes, es necesario buscar la manera de conectar la lectura de textos amplios y la literatura con las nuevas prácticas de los jóvenes.

"Se pueden hacer muchísimas cosas para conectarlos, por ejemplo, utilizar Twitter para crear conexiones con autores y escritores que generen un aliciente para que los jóvenes lean a estas personas o se pueden utilizar grupos en Facebook para compartir textos y hacer actividades de escritura colaborativa", aseguró Reyes.

Cabe resaltar que la lectura genera un vocabulario más amplio en los lectores, además de un alto grado de conocimiento; de esta manera surge una paradoja sobre la aplicación de estrategias que conecten la lectura con las nuevas tecnologías utilizadas en la actualidad.

"Es evidente que la ortografía actual es significativamente peor que la de hace 20 años y en parte es porque estamos acostumbrados a escribir mensajes muy rápidos donde la ortografía no necesariamente es prestigiosa, lo que es prestigioso es contestar rápido en Whatsapp o Facebook. A pesar de este aspecto, surgen cosas muy interesantes, como el hecho de que Twitter te obligue a escribir mensajes muy cortos y eso hace que pienses mucho la sintaxis de las frases, eso tiene un gran potencial para entrenar la mente sobre cómo comunicarse con eficacia", dijo.

El Congreso se desarrolló con el fin de responder a las nuevas exigencias que tiene la sociedad sobre lectura y escritura en el ámbito profesional y en todos los niveles y áreas de la educación. Su objetivo principal es contribuir a la formación y actualización de docentes, investigadores y futuros profesionales en los procesos de comprensión y producción de textos como componente esencial del desarrollo de aprendizajes eficaces, profundos y duraderos.

Por: Valerie Salcedo

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