“Los necesitamos como familia para formar buenos ciudadanos”: Hernando Baquero

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Decano de la División de Ciencias de la Salud, durante su intervención.

Por:

23 jul 2019

Discurso de Hernando Baquero, decano de Ciencias de la Salud, durante la ceremonia de grados del 19 de julio de 2019

Hoy es un día de fiesta para la División Ciencias de la Salud de la Universidad del Norte. En unos minutos, un poco más de 150 nuevos profesionales recibirán el diploma que los habilita para el ejercicio profesional de la Medicina o de la Enfermería. A ese numeroso grupo de nuevos profesionales se unirán en celebración los nuevos especialistas médico quirúrgicos y magísteres.

Reflexionaré a continuación acerca de la importancia simbólica que para mí tiene el hecho de poder, en un mismo acto solemne, celebrar la culminación de ciclos profesionales y de posgrados. Reflexiones que espero al final de mis palabras logren en ustedes, graduandos, generar interrogantes para los que sientan la necesidad de construir respuestas.

Tradicionalmente la educación se ha aceptado como una manera de aprender cosas, de adquirir volúmenes de conocimientos y habilidades para lograr ejercer una profesión o un oficio que permita al individuo ganar dinero para satisfacer sus necesidades. Muchos seres humanos han desarrollado su proyecto de vida alrededor de estudiar, titularse, recibir una remuneración y jubilarse. No pretendo yo juzgar este enfoque, solo llamar su atención acerca de lo egocéntrico que, en términos sociales, esto puede resultar.

A quienes hemos tenido la fortuna de educarnos bajo una visión holística de los seres humanos, la triste realidad de la sociedad inequitativa en que vivimos nos ha impuesto la necesidad de ir más allá de nuestros sentidos, creciendo en valores que dan sentido a la vida y están sustentados en las relaciones con los demás, con el mundo. Bajo este enfoque, la educación se concibe como aquella dirigida a la apropiación social del conocimiento, es decir, no solo para lograr el anhelado desarrollo personal, sino también para que con él logremos impactar positivamente nuestro entorno, nuestra sociedad, nuestro mundo.

La educación entendida de esta manera, supera la definición de simple aprendizaje, de instrucción y se convierte en la mejor vía para trascender en la vida. Con ella todos deberíamos poder resolver las preguntas: ¿por qué? y ¿para qué? nuestra existencia, y así poder ocuparnos de marcar huellas en otros seres humanos con quienes interactuemos en nuestro corto tiempo terrenal. De manera clara, de trabajar por hacer de este mundo un lugar mejor del que encontramos.

Al aceptar que a través de la educación adquirimos el compromiso de transformar para bien la realidad, comprenderemos que siempre tendremos algo nuevo por aprender y justificará, que una y otra vez, volvamos a las casas de estudio, como Uninorte, por nuevas herramientas que nos ayuden a realizar la tarea emprendida.

Por eso les he mencionado la importancia simbólica de tener reunidos varios escalafones académicos en la misma ceremonia, pues nos muestra, con el ejemplo, la importancia de ver la educación como un ciclo vital continuo para el mejoramiento de nuestro entorno.

Llamo ahora la atención de los graduandos y de sus familias por una tendenciosa teoría que ha hecho carrera en nuestra sociedad. Si un profesional falta a la ley o a la moral se vincula su comportamiento en una relación de causalidad con la institución en donde realizó sus estudios. Ello desconociendo que, si bien durante nuestro largo ciclo de formación los colegios y universidades por donde pasamos llegan a convertirse en nuestros segundos hogares, está claro que nuestros hogares fueron nuestra primera escuela. Es en la casa en donde empezamos a formarnos en valores ciudadanos los cuales, en palabras de un prestigioso educador Colombiano, forman parte del currículo de familia que cimenta el desarrollo de las competencias del ser.

Como universidad podemos ocuparnos solos de formar buenos profesionales, pero los necesitamos a ustedes como familia para formar buenos ciudadanos, buenas personas.

Termino haciendo una mención especial al grupo de Medicina y Enfermería que hoy recibe su título. La madurez y compromiso que ustedes mostraron al enfrentar las pruebas Saber Pro nos dan la tranquilidad de que la tarea de formarlos integralmente con responsabilidad social la hemos logrado.

Su rendimiento colocó a sus programas académicos en los primeros puestos a nivel nacional, logrando con ello consolidarnos en Ciencias de la Salud como una opción desde el caribe, de similar calidad a las instituciones del centro del país para la educación de las nuevas generaciones de costeños.

En nombre de sus profesores y siendo uno de ellos, felicito a los graduandos y a sus familias, y los invito a celebrar con moderación. 

Muchas gracias.

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