Los retos de la Justicia transicional y la construcción de paz en Colombia

El panorama actual de este conjunto de medidas jurídicas y políticas fue analizado por el profesor Gabriel Cifuentes, en un espacio organizado por la  Coordinación General de Posgrados de la División Derecho, Ciencia Política y Relaciones Internacionales.

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Los docentes María Lourdes Ramírez y Gabriel Cifuentes en conferencia.

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20 may 2021

En el marco de la conferencia Los retos de la Justicia transicional y de la construcción de paz en Colombia, organizada por la Coordinación General de Posgrados de la División Derecho, Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad del Norte, se generó un espacio de reflexión en torno al modelo de justicia transicional presente en el país y su incidencia en la crisis social. El evento, dirigido el 19 de mayo a los estudiantes de maestría y doctorado, estuvo moderado por la docente María Lourdes Ramírez y contó con la participación del profesor, abogado y magíster en Derecho, Gabriel Cifuentes.

“Este es un tema que ha estado en la agenda política y jurídica en los últimos años en el país, pero que por estos días está en el centro de todos los debates, teniendo en cuenta las realidades actuales que hemos debido enfrentar a nivel nacional”, expresó la profesora María Lourdes, doctora en Derecho.

Cifuentes, docente del departamento de Derecho de Uninorte, introdujo su ponencia explicando que el modelo de Justicia transicional que se adopta en Colombia y en cualquier parte del mundo es, si se quiere, como una fotografía de un determinado momento para lograr dar un paso entre una situación de graves abusos y vulneración de los derechos humanos a otra de democracia o de paz. El modelo debe garantizar cuatro componentes: justicia, verdad, reparación, satisfacción y garantía de no repetición. 

El conferencista planteó una hipótesis desafiante en la que afirmó que, por medio de un estudio preliminar comparado de los procesos de justicia transicional alrededor del mundo, se atreve a afirmar que Colombia, después del café, encontró su segundo producto de exportación y es el modelo de justicia transicional, ya que, según afirmó, es muy sofisticado, un modelo único debido a que es el primero que se ha diseñado e implementado.

“Quisiera llegar a esa conclusión no para convencerlos de que lo que tenemos hoy en día es lo mejor que hubiéramos podido tener, por el contrario, yo quisiera generar un debate y una conversación, un análisis objetivo sobre nuestro actual modelo de justicia transicional de cara a lo que han sido los procesos de justicia transicional, por lo menos en la historia de la segunda la mitad del siglo XX, teniendo en cuenta hoy los estándares del derecho internacional”, argumentó.

Por otro lado, agregó que la justicia transicional opera como una balanza, en la cual se encarnan enormes frustraciones de carácter social y político, y obliga a la renuncia de ciertos elementos con miras a obtener un resultado. De manera que, dependiendo de la circunstancia y el proceso, cada modelo trae una receta distinta que pueda renunciar a unas dosis de reparación para compensar unas dosis de justicia. Cada país decide cuál es su receta o fórmula. 

En la actualidad, coexisten todavía diferentes modelos de justicia transicional en Colombia, la idea de la conferencia fue reflexionar sobre dónde está ubicado el país, cuáles son los retos y reconocer los avances que se han logrado en el proceso. Guillermo Cifuentes enfatizó que no existe una definición de justicia transicional, ya que esta no está recogida en un código, tratado, acuerdo o constitución, sino que es una aspiración de una serie de dilemas políticos que atienden a una necesidad dentro de los estamentos sociales.

“Los procesos de justicia transicional recogen mecanismos, procesos, instancias que son instrumentales para superar una situación determinada que puede ser un conflicto armado o una dictadura y poder transitar hacia un escenario de construcción de paz o democracia”, enfatizó el conferencista.

En Colombia, la garantía de derechos es un privilegio, un país de víctimas en el cual el 19.8 % de la población nacional es víctima, de acuerdo con la Ley 1448, y una de cada 5 personas en el país ha sido víctima directa o indirecta de la violencia. 

“Nosotros mismos no estamos dispuestos a reconocer que estamos viviendo en momentos excepcionales, todavía no hemos visto la luz, ni hemos visto en la plenitud el ejercicio de nuestros derechos, como debería ser en el Estado social de derecho; para hacerlo necesitamos lograr la paz, pero no cualquier paz, una que sea responsable con el ejercicio de los derechos de las víctimas, una paz duradera”, concluyó Cifuentes.

Por Katheryn Meléndez Solano. 

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