Los retos de salud pública en Barranquilla por causa de la inmigración venezolana

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David Rodríguez Pérez, epidemiólogo consultor de la Organización Internacional para las Migraciones.

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18 dic 2017

La migración de venezolanos a Colombia, y su efecto en la salud pública del país fue analizada por expertos durante un foro llevado a cabo en Uninorte, el pasado 13 de diciembre. Médicos y docentes de la universidad y expertos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y las secretarías de Salud de Barranquilla y el Atlántico, se dieron cita para discutir los problemas de salud y necesidades de los migrantes venezolanos, entre los que se incluyen retos como la falta de información sobre la salud de este grupo de personas y la dificultad que tienen los municipios colombianos para atender sus requerimientos médicos.

El epidemiólogo David Rodríguez Pérez, consultor de la OIM, afirmó que la migración no es siempre un riesgo, pero sí es un determinante en el proceso salud-enfermedad. Rodríguez explica que si la migración se da de forma organizada puede que no tenga un mayor impacto negativo, pero en el caso de la reciente oleada migratoria de Venezuela, muchas de estas personas están en condiciones de vulnerabilidad.

“Al llegar a espacios urbanos, sea para asentarse o de tránsito a otro país, terminan habitando caseríos con malas condiciones de saneamiento, sin acceso a agua potable, hacinamiento y asumen trabajos más riesgosos con un alto costo de salud”, indicó Rodríguez.

La condición de irregularidad, añadió el experto, afecta el acceso a la salud, e independiente de la capacidad monetaria del migrante, este muchas veces teme acercarse a servicios sociales por temor a ser deportado.

Según Julián Fernández Niño, profesor del departamento de Salud Pública de la Universidad del Norte, la falta de registros sobre la población venezolana en el Atlántico impide que se conozca la situación de salud y de acceso a atención médica. El 14 % de la diáspora venezolana en Colombia está en este departamento, pero Fernández señala que no se sabe a ciencia cierta cuántos están de forma irregular y con problemas de salud.

La explotación laboral de venezolanos es otro de los aspectos preocupantes que se abordaron durante el conversatorio, más específicamente la subcontratación sin beneficios y los riesgos ocupacionales. Fernández se refirió al caso de la prostitución, apuntando que la gran mayoría de trabajadoras sexuales de origen venezolano no se dedicaban a este oficio en su país. “La tasa de cambio –explicó– permite que se maximicen los beneficios y haya incentivos perversos para incurrir en prácticas de riesgo como el sexo sin protección, incrementando el riesgo de enfermedades”.

Fernández también se refirió al estigma que sufren los migrantes venezolanos y cómo este se trasmite a través de redes sociales. “Es totalmente paradójico que los colombianos que nos quejamos históricamente de nuestros estigmas, estemos ahora reproduciendo el mismo discurso con los inmigrantes venezolanos que son consanguíneamente y culturalmente muy cercanos a nosotros”, dijo y advirtió que esto indudablemente tiene un impacto en la atención del sistema de salud hacia venezolanos, específicamente en el comportamiento del personal de salud.

Entretanto, Maribel Pérez, jefe de Salud Pública de la secretaría de Salud de Barranquilla, afirmó que el 85 % de los migrantes venezolanos no están legalizados, lo cual implica una dificultad en la atención en salud. Para 2018 se espera que la secretaría tenga los primeros resultados de un proceso de caracterización en cuanto a condiciones de salud de la población venezolana en la ciudad.

El decano de Ciencias de la Salud, Hernando Baquero, a su vez, anunció que la Universidad del Norte se encuentra gestionando recursos para realizar el estudio de caracterización de la población venezolana alrededor del país.

Por Andrés Martínez Zalamea

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